Los talibanes afganos calificaron de pérdida "irreparable" para el mundo musulmán la muerte del clérigo Sami ul Haq, conocido como el padre paquistaní de los insurgentes y asesinado ayer en su casa próxima a Islamabad.

"El Emirato Islámico de Afganistán (como se autodenominan los talibanes) toma esta muerte como una pérdida grande e irreparable para todo el mundo musulmán. El maestro Sami-ul-Haq dedicó toda su vida a servir a la religión en los campos político y religioso, y falleció de la misma forma", dijeron anoche los insurgentes en un comunicado.

Ul-Haq, líder del partido Jamiat Ulema-e-Islam y antiguo senador, siempre defendió a los afganos oprimidos y ofreció un servicio "increíble" durante la guerra contra los soviéticos en Afganistán (1979-1989), destaca la nota.

"El Emirato Islámico de Afganistán expresa su pesar por el deceso del maestro Sami ul Haq, el ataque al maestro es, de hecho, un acto perpetrado por los enemigos del islam", concluyeron los talibanes.

Nacido en 1937 en lo que es hoy la provincia del noroeste Khyber Pakhtunkhwa, estudió en la madrasa Darul Uloom Haqqania, fundada por su padre en 1947 y que más tarde dirigiría el mismo.

Bajo su mando, Darul Uloom Haqqania, en la ciudad noroccidental de Akora Khattak, formó a generaciones de estudiantes en las tres décadas de conflicto afgano desde la invasión soviética, entre ellos los fallecidos líderes talibanes mulá Omar y Mansur o el jefe de la red Haqqani, Jalaluddin Haqqani, que tomó su nombre del centro.

Por ese motivo, el centro ha sido bautizado como la "universidad de la yihad" y Sami ul Haq como el padre de los talibanes afganos.

El centro acoge hoy a unos 4.500 estudiantes que desde los cinco años estudian el Corán de memoria siguiendo la tradición deobandi, rama ortodoxa suní del islam relacionada a menudo con el extremismo.