Estudiar en el extranjero es un atractivo para encontrar un futuro profesional. Esto, en la etapa universitaria, está bastante claro y el éxito está reconocido internacionalmente. Las becas Erasmus que durante los últimos años han protagonizado el intercambio de alumnos por toda Europa han sido uno de los mayores éxitos de la Unión Europea. No obstante, desde hace algún tiempo, el estudio en el extranjero de un curso cuando se está en edad escolar también se ha puesto de moda en España. ¿Por qué? ¿Cuáles son las ventajas que ofrece?

Entre los motivos que está propiciando el auge de que los más jóvenes, con edades comprendidas entre los 11 y los 18 años, realicen un curso escolar en el extranjero, o al menos un trimestre, destaca el hecho de aprender un idioma mejor desde jóvenes, conocer una nueva cultura y adquirir una mayor responsabilidad al vivir durante un año escolar sin la presencia paternal.

Los padres, conscientes de la importancia que tienen estos factores en el desarrollo personal y profesional de sus hijos en el futuro, ya empiezan a plantearse con más frecuencia la posibilidad de que sus hijos estudien en el extranjero. Sin embargo, ¿Cuál es el mejor destino para ellos? ¿Dónde pueden sentirse más cómodos para vivir una etapa tan importante de su vida?

Al respecto, la respuesta no es sencilla y nunca puede ser única, ya que depende mucho del alumno, del conocimiento previo que tenga de un idioma y de las posibilidades económicas de la familia. Estudiar un año escolar en Irlanda, país angloparlante y que goza de una excelente conexión con España, es una de las opciones más solicitadas por los padres y estudiantes de España debido a diferentes factores que convierten a Irlanda en un país perfecto para tal fin.

Entre estos destaca que su oferta educativa es muy amplia e incluye una gran variedad de colegios, concertados o privados, religiosos o laicos, masculinos, femeninos o mixtos. Asimismo y para los jóvenes españoles, Irlanda es un país que tiene un choque cultural más bajo con respecto a otros países como, por ejemplo, Estados Unidos o Canadá. Además y gracias a su cercanía con España se pueden realizar viajes a lo largo de todo el año, por lo que es posible mantener el contacto y las visitas entre los padres y los alumnos sin problemas.

Otra de las ventajas que tiene Irlanda con respecto a otros países es que tiene un sistema educativo muy parecido al español, por lo que estudiar bachillerato o un curso de la ESO no supone un cambio importante, al tiempo que no habrá ningún problema a la hora de convalidar los cursos de ESO y Bachillerato siempre que el alumno supere las asignaturas obligatorias.

Para realizar todo el proceso de trámite y gestión a la hora de realizar un año escolar en el extranjero en países como Irlanda existen en España empresas especializadas que ofrecen un servicio personalizado. Entre estas compañías se encuentra EDIC, una compañía que gestiona los trámites de escolares de todas las provincias de España a centros de Irlanda cada año y que se ha convertido en un referente por la excelente labor que realizan en la orientación y seguimiento de alumnos con edades comprendidas entre 11 y 18 años.

Con respecto a la mejor edad a la hora de iniciar una experiencia como la de estudiar en el extranjero no existe una mejor o peor opción, ya que dependerá de cada estudiante y de la responsabilidad y autonomía que tengan. En este sentido, hay expertos que aconsejan que los jóvenes vivan esta experiencia antes de la entrada en la adolescencia para evitar los problemas que esta suele acarrear pero no es un motivo excluyente, ya que muchos jóvenes son muy responsables durante la adolescencia.

¿Qué tipo de alojamiento es mejor?

Los estudiantes que realizan un año escolar en Irlanda pueden escoger entre vivir en casa de una familia o en un colegio internado. La elección de una u otra opción debe estar basada en las características del joven, teniendo en cuenta que el concepto de “internado” que tenemos en España no es el mismo que el que existe en Irlanda.

Por ello, cada modalidad de alojamiento tiene sus ventajas e inconvenientes. Alojarse con una familia facilita la inmersión lingüística y cultural del estudiante. No obstante, hay niños más introvertidos a los que la adaptación a una familia puede resultar más complicada y difícil, por lo que en esos casos lo mejor sería un alojamiento en residencia. Para aceptar en la elección lo mejor es dejarse asesorar por expertos en este tipo de trámites.