María Teresa Cánovas de Paz (Santa Cruz de Tenerife, 1940) se emocionó el pasado jueves cuando retornó al CAE JA Rumeu Hardisson de Santa Cruz, conocido popularmente como de Tomé Cano, donde está ubicado con el lateral hacia la calle Elcano y muy cerca de la barriada de La Victoria. Teresa ejerció allí como enfermera al inicio de una carrera profesional que tras un par de años la llevó al Hospital Nuestra Señora de La Candelaria -al contrario que a su hija María Luisa Pérez "Guchi", también enfermera y presente en la entrevista no le gusta La Residencia- donde se jubiló a los 60 años en el 2000.

Teresa es a sus 78 años una mujer menuda con una piel tersa que no demuestra esa edad. Y muy lúcida. Tanto como valiente en su juventud. Porque a los 18 años se fue a Madrid a estudiar enfermería, algo muy poco frecuente entonces. "Tenía un tío médico preventista, Domingo González, que habló con mi madre y le dijo que era una profesión de futuro. Y me fui", explica.

Tere había nacido en el centro de Santa Cruz y pudo estudiar gracias a pertenecer a una familia más o menos pudiente. Tenían una tienda de instrumentos musicales, De Paz Cerezo, en el entorno de La Recova. Un sobrino mantiene la denominación en una tienda ubicada en La Laguna.

Al principio Teresa era una especie de "atracción" por desconocida. ¿La nativa canaria tendrá taparrabos? Se lo preguntaban algunos, pero acabó los estudios de ATS y se convirtió en una pionera.

Después de pasar por la Clínica Estrada y el ambulatorio provisional de la calle Pi y Margall frente a Gobierno Civil, hoy Subdelegación-había otros en la ciudad como el de General Antequera, que intentaban responder a la creciente demanda de la sanidad universal pero se quedaban pequeños- hasta que un anuncio en el periódico la llevó al incipiente centro de Tomé Cano.

"Todo es distinto, rememora emocionada Tere. También el entorno, entonces con muy pocas construcciones. Estaban los bomberos y poco más. El resto eran solares. El edificio destacaba".

Tere relata: "Cuando fui hablar con el director, Sebastián Darias, lo primero que me dijo es si tenía estudios y me preguntó por mi edad, entonces 21 años. Tuve que llevar un acta notarial para justificarlo y demostrárselo".

La primera sensación del nuevo ambulatorio en 1968 fue "impactante, nos quedamos locos", asegura porque "todo era a lo grande cuando estábamos acostumbrados a trabajar en precario. La entrada era preciosa y tenía tres plantas dedicadas a a consultas tanto de medicina general como de especialistas".

Otra vivencia: "Había un estatus de los médicos a los que tratábamos de usted, de doctor tal o cual. Eran otros tiempos. Aunque existía compañerismo entre los enfermeros, sobre todo enfermeras, o algunos de ellos que rompían esa jerarquía".

Cuenta como anécdota que "muchos pacientes pensaban que no era enfermera y me preguntaban ¿niña, tú me vas a tomar la tensión? No se fiaban porque aquí no había entonces Escuela de Enfermería. Por ejemplo, en la Clínica Estrada éramos sólo tres tituladas de un total de doce o trece".

Tere ha seguido con "interés" desde la distancia la evolución de las obras de reforma del centro que estuvieron años paradas pero, asegura, "por fin han terminado y ha quedado muy bonito".

Con una palabra definió Teresa el pasado jueves como veía el que fue hace ya muchos años su lugar de trabajo: "Masificado". Quedó maravillada con el atendimiento y el servicio que orientaba a los pacientes tras "meter su cita previa en unas máquinas".

Teresa tiene cinco nietos y tuvo tres hijas que hoy son maestra, médico y enfermera. Esta última, Guchi se considera "heredera de la vocación" de su madre, aunque quiso huir de su especialidad, el quirófano, y en concreto traumatología, donde Teresa estuvo a la órdenes de médicos de tanto prestigio como el doctor Montequi. Recuerda Guchi que "nací, crecí, estudié y trabajo en La Candelaria. Desde niña he estado entre vendas y viendo trabajar a mi madre". Un ejemplo.

Al estilo del NO-DO

"Ayer comenzó a prestar servicio el ambulatorio Juan Augusto Rumeu Hardisson -nombre del que fuera presidente de la Delegación Provincial del Instituto Nacional de Previsión, antecedente de la actual Seguridad Social-. Fue presentado por el presidente del Consejo Provincial de Trabajadores". Es el titular de la noticia aparecida en EL DÍA el martes 29 de octubre de 1968. La referencia -reproducida en la sección "Hace 50 años" de este periódico- correspondía a la jornada anterior, lunes, cuando Rafael Arteaga Padrón, también procurador en Cortes -las Cortes franquistas, por supuesto- visitaba las flamantes instalaciones. Tere Cánovas, entonces enfermera del centro, recuerda que "lo conocía de vista porque era empleado de banco, pero luego hizo carrera política y lo de procurador no era cualquier cosa". Al más puro estilo del NO-DO el texto refleja que "el funcionamiento del ambulatorio -como eran conocidos hasta no hace mucho los centros de salud- había sido objeto de constante interés por parte de dicho órgano (el Consejo) de la Organización Sindical (la vertical, única que existía entonces) , ya que vendría a facilitar la asistencia de los asalariados y sus familiares". Añade la noticia que "atendió al señor Arteaga Arteaga el médico jefe de los Servicios Sanitarios en la Provincia, Juan Manuel Rodríguez Piñero y Cifuentes". El edifico de cinco plantas constaba de 28 consultorios y 91 médicos adscritos para unos 2.000 enfermos diarios.

El Centro de Atención Especializada (CAE) Rumeu es uno de los centros dependientes del Complejo Hospitalario Universitario Nuestra Señora de Candelaria. En 2017, sus profesionales atendieron 144.532 consultas, más otras 35.071 en la modalidad de especialista consultor virtual (179.603 en toral). Entre 2008 y 2017 el centro realizó casi 1.733.715 de consultas presenciales. Y desde que en 2012 arrancase el proyecto del especialista consultor virtual, se han gestionado casi 92.000 online entre especialistas y Atención Primaria. Los CAE se conciben como una "extensión" de la atención sanitaria especializada a la población. En el caso del Rumeu, ofrece consultas externas y telemedicina en 15 especialidades: cardiología, cirugía general y digestiva, dermatología, digestivo, endocrinología, ginecología, neumología, neurología, otorrinolaringología, obstetricia y oftalmología, medicina física y rehabilitación, reumatología, traumatología y urología. Además de pruebas diagnósticas por imagen (radiografía y ecografía). En sus instalaciones se ubica la Unidad de Diagnóstico Precoz de Cáncer de Mama del Servicio Canario de la Salud.