Cara y cruz para España en la cumbre climática de Katowice (Polonia) que comienza hoy, donde acude con un ambicioso proyecto de cambio climático y transición energética, pero también con indicadores que revelan que las emisiones de gases de efecto invernadero continúan creciendo.

La 24 Conferencia de las Partes de la Convención de Cambio Climático de la ONU (COP24) arranca hoy en Katowice, donde se darán cita 30.000 delegados de 197 países con un reto principal: fijar las reglas del juego para implementar el Acuerdo de París y mantener el calentamiento global del planeta por debajo de los 2 grados.

En línea con sus socios europeos, España apostará por la plena descarbonización de la economía para el año 2050, y en la cumbre climática va a defender que los países más desarrollados asuman compromisos más ambiciosos que los que se plasmaron en el Acuerdo de París.

Pero además, la delegación española, que hoy encabeza el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y que la próxima semana liderara la ministra Teresa Ribera, quiere incidir en la importancia de que esa transición hacia una economía descarbonizada debe ser "justa" y en el papel que deben desempeñar los trabajadores y las localidades más vulnerables.

PRIMERA LEY DE CAMBIO CLIMÁTICO

Aunque es todavía un borrador, el proyecto de ley (o decreto, porque el Gobierno no ha decidido cómo lo tramitará) de cambio climático planea que las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050 se hayan reducido en un 90 por ciento con respecto al año base de las negociaciones (1990).

Junto a esta iniciativa, España puede presumir en la cumbre de haber colocado el cambio climático de una forma transversal en todas las agendas del Gobierno, con la creación de un Ministerio destinado a dirigir la transición ecológica.

Y de haber puesto al frente del mismo a una persona, Teresa Ribera, con una gran trayectoria en el ámbito de la negociación climática y una importante proyección internacional en ese campo, culminada durante los últimos años al frente del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales, con sede en París.

El Gobierno quiere que la acción contra el calentamiento global sea tan transversal que propondrá por ley que al menos el 20 por ciento de los Presupuestos Generales del Estado deberán tener un impacto positivo en la lucha contra el cambio climático.

En esa apuesta por la descarbonizacización total de la economía española, el Gobierno español va a proponer que el sistema eléctrico se base exclusivamente en fuentes renovables en el año 2050, y que para ese año las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera se hayan reducido en un 90 por ciento con respecto a los niveles de 1990.

Para el Gobierno, una descarbonización completa de la economía no se puede conseguir sin descarbonizar por completo la movilidad, y se dispone a prohibir en 2040 la venta y matriculación de todos los vehículos ligeros que emiten de forma directa dióxido de carbono (los de diesel, gasolina, gas o híbridos) y en 2050 su circulación.

LOS GASES DE EFECTO INVERNADERO SIGUEN CRECIENDO EN ESPAÑA

Pero los datos ponen de relieve que las emisiones de dióxido de carbono siguen creciendo en España, y en la actualidad están cerca de un 17 por ciento por encima de los niveles de 1990 (año de referencia en los acuerdos internacionales).

Precisamente el Instituto Nacional de Estadística acaba de hacer público el último informe sobre emisiones de gases de efecto invernadero en España, que revela que volvieron a crecer el pasado año.

Esas emisiones crecieron el pasado año un 2,6 por ciento con respecto a las cifras de 2016, al situarse en 344 millones de toneladas.

El dióxido de carbono es el principal gas de efecto invernadero y sus emisiones crecieron el pasado año un 3,8 por ciento, pero la estadística del INE refleja también cómo han evolucionado otros gases responsables del calentamiento global del planeta, como el metano o el óxido nitroso.

La publicación del informe del INE ha coincidido con la difusión de los datos recopilados en el observatorio meteorológico de Izaña (Tenerife), donde se han registrado en 2018 valores "de récord" de concentraciones de los dos principales gases de efecto invernadero, el dióxido de carbono y el metano.

Los datos de Izaña se han incorporado al informe que ha publicado la Organización Meteorológica Mundial, que ha revelado además que no hay indicios de inversión en esta tendencia que está desencadenando un cambio climático a largo plazo, la subida del nivel del mar, la acidificación de los océanos y un mayor número de fenómenos meteorológicos extremos.

LAS EXIGENCIAS DE LAS ORGANIZACIONES ECOLOGISTAS

Ante esta situación, las principales organizaciones ecologistas españolas han advertido sobre la trascendencia de la Cumbre de Katowice.

Greenpeace ha reclamado un compromiso "audaz" para acelerar la acción climática y ha subrayado que ésta es "la última generación de líderes que todavía tienen tiempo para actuar", y en el mismo sentido Amigos de la Tierra prevé una cumbre "larga e intensa" ante el nivel de exigencia que se necesita en un momento en el que las evidencias climáticas "ya no dan tregua para seguir postergando la acción".

La organización WWF ha recordado que numerosos informes científicos han puesto sobre la mesa los "catastróficos" impactos que se producirán sin una "urgente y amplia" acción climática, y ha urgido a la comunidad internacional a aprovechar esta cumbre para encaminar el planeta hacia una transición energética.