En esta segunda edición de la semana de formación -inicia su relato- estuvimos por lugares maravillosos donde nos abrieron las puertas para enseñarnos cómo funciona cada uno de los establecimientos de restauración y alimentación seleccionados en el despliegue docente.

Estuvimos de lunes a viernes en la que sería una experiencia de aprendizaje y conocimiento absoluto de la esencia propia de cada lugar; también en los pequeños detalles que los hacen los mejores en lo que desarrollan. Empezamos en el restaurante Etéreo del jefe de cocina Pedro Nel.

Un gran ser humano, que tiene por naturaleza ese don de la docencia explicando el porqué y el cómo de todos los procesos relacionados con la restauración. Tuve la gran oportunidad de conocer a Fernanda Fuentes y Andrea Bernardi, propietarios del restaurante NUB que obtuvieron hace un año de una estrella Michelín (La Laguna); aquí la charla se hizo amena, contrastando la importancia de salir del confort culinario para atreverse a dar experiencias a los comensales y respetar el producto.

Cerramos el lunes con la visita a San Sebastián 57. Para el chef Alberto González Margallo es de gran importancia la gestión de un restaurante, un punto crucial para que todo marche en perfecto equilibrio con la creatividad y el buen servicio. Allí tuve la oportunidad de conocer a Albert Adria, que para mí ha marcado la historia de la cocina en dos. Pude expresarle mi admiración con un ratito de charla en la que pude apreciar la sencillez y la humildad que lo caracteriza.

El martes iniciamos una nueva aventura conociendo la industria de Montesano, sus instalaciones, que te cambian la perspectiva de la gran responsabilidad que tenemos con el consumidor y de cómo cuidan sus productos, como por ejemplo los productos de serrano. Pasamos de la industria a otro modelo de restauración, Nielsen, un restaurante llevado Danny Nielsen con esas influencias danesas y donde pude encontrar una particularidad que me sorprendió: el ahumador casero traído de sus tierras natales. Ese recurso casero que le aporta potencia a los productos que se hacen en este espacio culinario.

En esta jornada culminamos con la visita a la finca de Mijardínsecome, donde Laura López nos muestra las diferentes especies de flores comestibles, cultivadas en permacultura, trasmitiendo vida y naturaleza. DE allí nos fuimos con interrogantes de cómo debemos apoyar este tipo de iniciativas para una mejor alimentación y conservación del sistema natural.

A mitad de semana nos trasladamos a Gran Canaria y visitamos más ejemplos interesantes de la industria de la isleña, La Isleña, Jucarne e Incabe-Heineken. Un día de fuerte rendimiento, aprendiendo y asmilando que la tradición, la constancia y la buena calidad hacen la diferencia de los productos.

Ya para el jueves iniciamos la jornada con una breve visita a Sqina (hamburguesería gourmet de Santa Cruz), de Nacho Solana y Erika Sanz, con una propuesta diferente, fresca, que da oportunidades a una comida sana. Solana me inculcó que la tenacidad y la capacidad de afrontar riesgos son esenciales para un buen emprendedor.

Nos trasladamos a Aborigen, proyecto de Marcos Tavío. Quedé maravillada con su filosofía, el rescate de la historia canaria; aprendí no solo de historia sino también de cómo expresarme a través de mi profesión. Este día no podía faltar la visita a Abikore; Tadashi Tagami, que lidera este gran lugar, me enseñó técnicas de la comida japonesa, con una gran habilidad para manipular el producto donde la sencillez y el buen trato puede tener como resultado una experiencia gustativa incomparable.

El viernes y último día, algo cansados del ritmo trepidante, Fran Belín (tutor) y Salvador Aznar (fotógrafo), mis cómplices y que custodiaban este viaje, y yo teníamos la sensación de haber vivido intensamente una gran semana; agotados pero con las expectativas intactas nos sumergimos en un viaje al sur de la isla. Vivimos la experiencia de El Rincón de Juan Carlos (Los Gigantes).

Juan Carlos y Jonathan, los responsables de un magnífico establecimiento, con estrella Michelín, donde la innovación y el trabajo investigativo nos dejó con gratas sensaciones; luego, recalamos en el Txoko de Martín Berasategui, con la tradición y la comida sencilla pero muy bien elaborada. Me hacen razonar de cómo estos grandes cocineros ponen el alma y el cuerpo dando de comer a muchos comensales, manteniendo la calidad y el buen trato a todo aquel que se acerque por sus laderas.

Luego un rato intenso con Diego Schattenhofer llenándome de consejos que recibí con manos abiertas. Gran trabajo y labor, explicándome que la humildad, el constante aprendizaje y rodearme de personas sabias son puntos imprescindibles para mi formación profesional y personal.

Llegamos al Grupo Monkey y a despedirnos con una gran cena a manos de Mario Rodríguez Ureña, de Qué leche! (Las Palmas de Gran Canaria). Nos deleitaron con un menú degustación y maridaje de vinos exquisito.

Despedida de la semana: nos deja las personas, aquellas, todas, con las que estoy enormemente agradecida por permitirme irrumpir en su intimidad ¡Gracias! por enseñarme, por las conversaciones, las gratas sensaciones que, espero, sean el principio de un camino que forjaré con trabajo y dedicación sin dejar atrás mi identidad y mi origen, Colombia.