El presidente Pedro Sánchez ha confirmado que el Consejo de Ministros aprobará la subida del salario mínimo interprofesional a 900 euros. Una medida que el propio Sánchez ha decidido validar por real decreto, desvinculándolo así del proyecto de presupuestos para 2019. Ha comentado que se trata de la mayor alza desde 1977 y ha justificado esta medida señalando que en un país rico no puede haber trabajadores pobres.

Dicho así suena muy bien pero? ¿país rico? ¿Alguien puede definir por favor el concepto de país rico? Lo cierto es que distamos mucho de ser un país rico cuando nuestros índices de pobreza siguen cantando que da gusto y muchas de nuestras familias viven miserablemente para llegar a fin de mes.

No digo que la medida sea mala. Suena bien. Muchos trabajadores se van a alegrar la vida, pero? ¿quién lo va a pagar? ¿Nos meterán algún impuesto extra para hacerlo? Ya ayer mismo diferentes patronales de empresarios confesaron que no podrán pagar ese salario, a menos que por otro lado se les libere de cargas impositivas. Las medidas populares suelen ser aplaudidas, pero una cosa es aplaudir y otra es pagar. Propietarios de pequeñas empresas me decían ya ayer que para acometer esta medida tendrán que despedir a empleados. Entonces, ¿de qué sirve la subida? No soy economista, pero creo que la improvisación suele ser mala estrategia.