El Ayuntamiento de Londres ha desmentido las noticias publicadas en medios británicos sobre la prohibición de anunciar el aceite de oliva en el transporte público de la ciudad como medida para combatir la obesidad infantil.

Algunos medios locales, como el Evening Standard, recogieron que el Ejecutivo londinense prohibiría en febrero los anuncios sobre alimentos como la mantequilla, el aceite de oliva o el queso en las estaciones de metro y autobús al considerarlos "comida basura".

También el conservador Andrew Boff, miembro de la Asamblea municipal, afirmó en los medios que la prohibición era "imprudente", en un momento en que la empresa Transport for London (Transporte de Londres) enfrenta una etapa de "déficit".

Concretamente, criticó que los londinenses no podrían ver "anuncios de artículos cotidianos como el aceite de oliva, los cubitos de concentrado -de pollo o ternera-, o el pesto".

Sin embargo, el gobierno local aclaró posteriormente que la campaña municipal veta otros productos como las bebidas azucaradas, las hamburguesas con queso, las barritas de chocolate y los frutos secos salados, sin hacer mención al aceite de oliva.

La medida, impulsada por el alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, y que entrará en vigor el 25 de febrero, pretende hacer frente a las elevadas tasas de obesidad infantil que presenta la capital británica, donde casi el 40 % de los niños de entre 10 y 11 años tiene sobrepeso o son obesos.

La decisión del Ayuntamiento londinense está respaldada por los criterios de la agencia Public Health England (Salud Pública de Inglaterra) que puntúan los alimentos en función de los nutrientes beneficiosos para la salud y de los ingredientes que deben reducirse en la dieta infantil, tales como azúcares, grasas saturadas y sal.

Según se estima, la prohibición de los anuncios de comida basura supondrá una pérdida de 13 millones de libras al año (14,4 millones de euros) para la empresa Transport for London (Transporte de Londres).