Un equipo de investigadores ha demostrado el papel de la bacteria común Porphyromonas gingivalis (Pg) en el desarrollo del alzhéimer y el potencial de los inhibidores de moléculas pequeñas para bloquear este patógeno, según un análisis publicado en la revista Science Advances.

"Agentes infecciosos han estado implicados en el desarrollo y la progresión de la enfermedad de Alzhéimer anteriormente, pero las pruebas de su causalidad no han sido convincentes", dijo el autor principal de la investigación, Stephen Dominy, cofundador de la farmacéutica Cortexyme, que ha promovido este estudio.

Dominy subrayó que por primera vez hay pruebas "sólidas" que vinculan "el patógeno gramnegativo, intracelular, Pg, y la patogénesis del alzhéimer, mientras que también se demuestra el potencial de una clase de terapias de moléculas pequeñas para cambiar la trayectoria de la enfermedad".