Este ha sido el año en el que la justicia española ha sido puesta en tela de juicio. Mucho más que cuando los casos de corrupción no parecían llegar a ninguna parte o cuando han salido impunes aquellos que enaltecían el terrorismo. Porque este año la mujer ha sido, por desgracia, la protagonista y la víctima de unas sentencias que no han conseguido ser lo suficientemente garantistas. Quizás el caso más sonado sea el de La Manada, pero durante estos meses hemos visto las consecuencias de la falta de protección a víctimas de violencia de género que lo han solicitado o asistimos perplejos a las consideraciones de "agresión sexual" a violaciones en grupo debido a que la víctima nunca se opuso.

Con un cacharro en la mano, dos niñas pequeñas recorren la avenida Tres de Mayo cerca de la estación de guaguas, en Santa Cruz de Tenerife. Están acompañadas de sus madres y recorren el camino que les llevará a su segunda manifestación del día y quizás la primera de sus vidas. No son las únicas niñas, ni las únicas madres que ayer se congregaron en el exterior del Palacio de Justicia en la capital tinerfeña, para reivindicar una justicia, valga la redundancia, más justa.

Aunque la manifestación no comenzaba hasta las 12:00 horas, un cuarto de hora antes el espacio ya lo llenaba un grupo de entre 50 o 60 personas. Ataviadas con camisas, pantalones, chaquetas e incluso, cabellos púrpuras, las mujeres se iban acercando a la pequeña plaza, que a pocos minutos de empezar la reivindicación ya llenaban cientos de personas. Los minutos antes de que las portavoces de la Plataforma Feminista 8M cogieran el megáfono eran imprescindibles. Algunas hacían retoques de última hora a sus pancartas, otras debatían con sus compañeras sobre igualdad y los niños y niñas corrían de un lado al otro, inquietos por saber lo que iba a pasar a continuación.

A las 12:00 horas en punto, comenzó la reivindicación contra la "justicia patriarcal". Esa que las mujeres sufren al tener que soportar sentencias judiciales "donde se culpabiliza y se les resta credibilidad", como alegó Begoña Barras, integrante y portavoz de la plataforma feminista 8M Tenerife. Esta situación, que se ha visto reflejada en sentencias como la de La Manada, "desde luego, no sienta las bases para erradicar las violencias machistas", remarcó Barras. Una hora después, ya serían doscientas personas entre mujeres, hombres y niños los que quisieron visibilizar que la igualdad también es necesaria en los órganos judiciales.

Al grito de Violencia institucional, justicia patriarcal, Jueces y fiscales también son culpables o No es no, lo demás es violación, varios cientos de personas pidieron que las leyes se modifiquen para evitar injusticias, que se aumente la representación de las mujeres en los órganos judiciales y que, en definitiva, se empiecen a valorar los casos bajo perspectiva de género.

La secretaria de la Mujer de Intersindical Canaria, Patricia Hernández, insistió en que estas sentencias "demuestran que evidentemente la mujer vive en precario en esta sociedad". Por lo que abogó por formar "un frente común" que "nos haga cambiar como sociedad" para que las mujeres puedan ser "libres" y "no tener miedo". "Queremos salir a la calle sin ningún tipo de problema porque es lo que ahora mismo no tenemos", concluyó.

LAS MANIFESTANTES

Mónica González

EDUCADORA SOCIAL Y FEMINISTA

"Es el estamento más patriarcal que hay"

La feminista de toda la vida Mónica González (57 años) afirma que "la justicia ahora mismo es el estamento -quitando algunos partidos de derecha- más patriarcal que hay". Asegura que acude a este tipo de manifestaciones porque "tenemos que seguir trabajando para conseguir la igualdad real entre mujeres y hombres" y pone el punto de mira en los partidos de ultraderecha, ya que afirma "buscan volver a convertir a las mujeres en ciudadanas de segunda". "Lo que no vamos a permitir es dar pasos hacia atrás".

Candelaria

JUBILADA, FUNCIONARIA DEL INSS

"Hay que cambiar el código penal"

Candelaria considera que "hay que cambiar el código penal para que se ajuste a la realidad", así como valorar lo que realmente es una "violación". La mujer, ya prejubilada, ha luchado por los derechos de las mujeres desde el año 1976 y asegura seguir viendo necesario salir a la calle "para hacernos oír y que acabe este machismo". Recuerda que las cosas han cambiado, pero insiste en que "hay muchísimo por hacer" especialmente en las instituciones donde la mujer sigue teniendo muy poca visibilización.