María José Pérez (La Laguna, 19/03/1984) es uno de tantos ejemplos de mujer que ha tenido que lidiar con las numerosas vicisitudes que la sociedad le ha interpuesto en su camino. En base a esfuerzo, constancia y perseverancia se ha hecho un hueco en un deporte en el que impera el patriarcado; aún en pleno siglo XXI, el fútbol no ha conseguido desmarcarse del machismo.

La jugadora de la UD Granadilla Tenerife Egatesa, equipo representativo en la Primera División Femenina, reconoce que en los últimos años "se ha evolucionado muchísimo" en la promoción, visibilización y consideración social del deporte femenino. María José es consciente de que se ha pasado "de no tener nada a tener algo" en base al trabajo de muchas personas, sobre todo de esas mujeres que se atrevieron en momentos más difíciles, comenta la ariete lagunera. "Para conseguir ser alguien en el deporte, el esfuerzo de las mujeres tiene que ser mayor que el de los hombres", sentencia Pérez.

"Cuando empecé a jugar a fútbol, había muy pocas chicas jugando y tenía que jugar con chicos. Entonces, el futuro era incierto, había una Primera División denominada como Superliga; el hecho de jugar en la élite era relativo, debido a que tenías que sacar el dinero de tu bolsillo", rememora. El 14 de julio de 2016, tras ser el buque insignia del Granadilla Egatesa, marchó al Levante UD en busca de no tener necesidad de compaginar la práctica del fútbol y un trabajo. Desde entonces, se ha centrado de manera exclusiva en ser y sentirse futbolista.

La delantera tinerfeña pasó por Sabadell, Huelva Estudiantes y Puebla Extremadura en busca de hacerse un nombre y una consideración que empieza a tener "ahora. Mucha gente ya me reconoce por la calle, eso era impensable hace unos años. No obstante, pocos sabrán que he sido internacional 30 veces con la selección española", asevera.

A día de hoy y desde hace varios meses, se trabaja en la formalización de un convenio colectivo que atienda a las necesidades de la futbolista. El mentado tratado, para María José es algo "fundamental" para dotar de "derechos" a la mujer futbolista. "Es algo que nos hemos ganado. Las partes implicadas no llegan a un punto de encuentro y, ahí, las perjudicadas somos nosotras. Esperemos que llegue lo antes posible", señala la de Aguere.

Para la goleadora, la evolución de los últimos tiempos "no debe servir para obviar la realidad desigual. Buena parte de las jugadoras de Primera División tienen que compaginar un trabajo con el fútbol; eso es muy difícil. Además, en nuestro caso, entrenamos a las siete de la tarde y dependemos de clubes masculinos a los cuales nos tenemos que acomodar. Espero que en un futuro no muy lejano tengamos disponible un campo para poder entrenar por la mañana", indica.

A sus 34 años de edad, María José Pérez es consciente de que no le queda una larga carrera deportiva como futbolista, pero sí que se mantiene infranqueable en el propósito de, con la anuencia de sus compañeras futbolistas, romper con los techos de cristal. "Seguiremos trabajando y esforzándonos para que en el día de mañana las generaciones futuras puedan recoger los frutos", termina diciendo la pichichi.