El Ayuntamiento de La Laguna está trabajando en un proyecto para resolver los problemas de la playa de El Arenal, ubicada entre Bajamar y la Punta del Hidalgo. La actuación consiste en la búsqueda de un sistema para evitar los desprendimientos y establecer itinerarios peatonales para bajar hacia la zona de baño, según explicó el alcalde de La Laguna, José Alberto Díaz, en declaraciones a este periódico.

"Tenemos un proyecto de hacer una protección de la ladera para que se pueda abrir la playa y, además, meter un recorrido por el que se pueda ir caminando desde diferentes puntos a El Arenal", precisó el regidor local. "Será de protección del acantilado, pero, al mismo tiempo, que permita hacer una canalización para que se pueda ir caminando", continuó sobre la obra.

Preguntado por los costes, el político nacionalista señaló que por ahora han elaborado un borrador y unos "primeros planos", por lo que aún resta encargar el proyecto y, en consecuencia, la iniciativa será para el próximo mandato.

En concreto, el problema en la zona se debe a los desprendimientos, que llevaron años atrás a que las autoridades locales optasen por impedir el paso, si bien es habitual que haya quienes se saltan la prohibición y utilizan el sendero. Todo se debe a que esta tranquila cala de arena negra -aunque con un mar en ocasiones algo bravío- se encuentra a los pies de un acantilado; no en vano, lleva generando problemas al menos desde 1934.

El domingo 11 de marzo de ese año, La Prensa publicaba en portada: "La playa del Arenal, situada entre Bajamar y la Punta del Hidalgo, donde se proyecta construir una rampa de acceso, según propuesta que ha hecho el señor Rodríguez López a la Junta de Carreteras. Con esta mejora, la citada playa del Arenal, que reúne excelentes condiciones para los bañistas, se convertirá en un lugar de esparcimiento veraniego, que seguramente ha de verse muy concurrido".

Posteriormente, ya en los años dorados del turismo en Bajamar, se llegó a fantasear con una isla artificial que se ubicaría frente a la playa. Por entonces, hace más de 40 años, unos inversores encargaron un proyecto para construir 401.000 metros cuadrados residenciales, 148.000 de red viaria, 16.000 para un centro recreativo y 205.000 de espacios libres. Eran un total de 770.0000 metros y una población prevista de 6.000 personas. Hasta se estimó que el plazo de ejecución sería de cuatro años y que el coste rondaría los 1.200 millones de pesetas. Sin embargo, la actuación quedó en el olvido una vez que se produjo la riada de 1977.

Fue en 2010 cuando se decretó el cierre definitivo. Se habían producido desprendimientos de importancia y el episodio de Los Guíos, en Santiago del Teide, en el que dos mujeres perdieron la vida, estaba reciente. Dos años después, el área de Obras e Infraestructuras del Ayuntamiento de La Laguna anunció su deseo de abrir cuanto antes El Arenal, y su decisión fue encargar a la empresa Traverca un informe detallado sobre el estado del acantilado (desde el edificio Nautilus, en Bajamar, hasta el barranco de la Punta del Hidalgo), y se calculó que el coste de colocar una malla por toda la ladera, de unos cuatro kilómetros, era de alrededor de un millón y medio de euros.

El siguiente hito de la cronología se sitúa antes de las elecciones de mayo de 2015, con las manifestaciones del hoy concejal no adscrito Javier Abreu, que era el candidato del Partido Socialista (PSOE). El edil lagunero expresó en aquella ocasión su intención de que exigiría tanto al Cabildo de Tenerife como al Gobierno de Canarias la aportación de una partida presupuestaria de un millón de euros para iniciar las obras para abrir la playa. Ya en el mes de abril de 2017, la Policía Local realizó una actuación en la que desalojó una acampada y procedió a la identificación de 48 personas, de las que 26 eran menores.

LAS CLAVES

La cala de arena negra se sitúa a los pies de un acantilado y ha venido generando problemas desde hace décadas.

Hace más de 40 años se llegó a barajar la construcción de una isla artificial frente a la playa, pero quedó en el olvido con la riada que afectó a Bajamar en 1977.

El cierre definitivo se produjo en 2010, cuando tuvieron lugar desprendimientos de importancia y estaba reciente el episodio de Los Guíos, en el municipio sureño de Santiago del Teide, en el que fallecieron dos mujeres.