Entre la "normalidad" y el "caos", los extremos entre los que suelen moverse los inicios de curso en función de que sean la Administración o los sindicatos los que opinen, la vuelta a las clases en 2013 parece marcada por una aparente tranquilidad. Si esta es fruto de una mejora de las condiciones objetivas o resultado de la resignación de la comunidad educativa ya es otra cuestión.