Esta semana el protagonista absoluto de la actualidad sanitaria no ha sido otro que el III Plan Canario de Salud que, justo antes de aprobarse definitivamente, es un auténtico misterio para la mayoría de los representantes de los trabajadores y para la sociedad en general, puesto que no está abierto a consulta y solo se conocen algunas pinceladas de su contenido.

Para hablar sobre la importancia y repercusión de este documento que reorganizará la sanidad pública canaria entre 2014 y 2019, EL DÍA ha sentado en su mesa de debate a dirigentes de los principales sindicatos y colegiales y a un representante de Foro Social en defensa de la Sanidad Público que está compuesto por expertos y ciudadanos.

El único de los tertulianos que estuvo presente en la reunión del Consejo Canario de Salud donde se presentó el plan era el dirigente de UGT, Francisco Bautista, que destacó en su primera intervención que "la exposición de la consejera, Brígida Mendoza, fue muy bonita, pero ahora queda ver cuánto de verdad hay en sus palabras".

Según Bautista, "el plan, tal y como se ha planteado, es bueno, porque establece la creación de comisiones que permitirán revisarlo y hacer modificaciones cada año, pero claro, si en su elaboración no se ha contado con la participación e implicación de los profesionales, ya nace con problemas".

Además, reconoció que el documento que se presentó "tiene mucho que ver con el que ya hizo el Partido Popular en el año 2010", aunque considera que "se ha modificado sustancialmente" la parte en la que se implica y se da mayor protagonismo a los profesionales y a los usuarios.

"¿Y la ficha financiera?", le preguntó a Bautista el secretario general del Sindicato Médico Cesm y vocal del Colegio de Médicos de Santa Cruz de Tenerife, Levy Cabrera.

"De eso no se nos ha dicho nada. Por lo visto es que ni siquiera existe, porque está en el Plan de Gestión Convenida (PGC) de cada área", respondió Bautista ante la carcajada generalizada de todos los presentes.

"No nos digas más entonces", le contestó el dirigente del sindicato de enfermería Satse, José Manuel Llada.

No obstante, el dirigente de UGT dijo que "para que sea un auténtico plan y sirva para algo hay que saber qué dotación de personal y económica tiene y eso, de momento, es una incógnita".

Muy crítico con la actual dirección de la Consejería de Sanidad y con cómo se está actuando en todo lo referente al Plan de Salud se mostró el portavoz del Foro Social en Defensa de la Sanidad Pública, Francisco Rodríguez Pulido que lamento que "no se haya compartido información ni se haya dejado participar a la ciudadanía. No se ha abierto ningún periodo de consulta y se intentan atribuir méritos de consejeros anteriores, porque este plan es calcado al de 2010 y ya el Consejo Económico y Social (CES) advirtió por aquel entonces de que no se habían evaluado los planes anteriores ni existen datos sobre el grado de cumplimiento de los mismos, y esta es una acusación grave".

Asimismo, Pulido recordó que "en tres años la sanidad ha sufrido un recorte importante y esto significa que vincular el presupuesto de este plan de salud al presupuesto disponible servirá, como mucho, para quedarnos como ya estamos, y no para cambiar el modelo sanitario", decisión que calificó de "irrisoria".

Por su parte, el representantes del CESM se quejó de que "al sindicato mayoritario de profesionales de la medicina no le han hecho llegar ni el borrador y muchos menos le han dejado participar en su elaboración".

"Las reuniones y la participación ciudadana han sido nulas. El Consejo de Salud no se reúne ni una vez por año y lo mismo sucede con los insulares y municipales que funcionan, como mucho, en un 12%. ¿Dónde está la participación de la que presume la Consejería de Sanidad?. Yo es que ya no me creo nada porque, por ejemplo, para que Atención Primaria funcione adecuadamente tendría que contar con el 25% del presupuesto de la Consejería y actualmente no llega al 13% y esto es así por que los recortes se han centrado en ella y en la prestación farmacéutica", manifestó Cabrera.

"Lo más importante de este plan es que tenga sostenibilidad financiera y que contenga objetivos cuantificables y medibles y para ello en fundamental conocer el resultados de los planes anteriores", declaró el representante del sindicato de enfermería Satse, José Manuel Llada, que admitió estar "ilusionado" ante la posibilidad de obtener datos que hasta ahora "siempre se han ocultado", gracias a este plan, aunque se preguntó que "cómo se van a conseguir sus objetivos si el personal los desconoce".

"Este Plan de Salud es humo político y no creo que de él vaya a salir nada nuevo ni a cambiar nada, entre otras cosas por que, por lo que sabemos, su centro no es el paciente", añadió.

Abundando en la falta de información sobre la dotación presupuestaria, el portavoz de UGT recordó que "en los últimos años los PGC han sufrido auténticos hachazos y eso ha tenido una repercusión directa en el personal, que se ha recortado muchísimo".

"Bueno, es que los PGC se hacen por las Gerencias y Áreas de Salud y yo dudo mucho de su eficacia, porque lo que les prima y obsesiona es buscar de dónde ahorrar por encima de cualquier otro criterio", interrumpió Llada, para el que "es una mala noticia saber que el presupuesto del plan depende de este tipo de programas".

"Es que todo esto carece totalmente de viabilidad se mire como se mire. No hay fondos, el personal no lo conoce y se le va a imponer por eso creemos que está abocado al fracaso, porque quien lo ha creado es la dirección de la Administración sin contar con nadie más y ahora se pretenden crear unos consejos en los que tampoco se dejará participar ni al personal ni a la ciudadanía, sino que simplemente servirán para comunicar lo que se va a hacer y punto. Sinceramente, nosotros creemos que esto no es más que una cortina de humo con la que se busca ocultar los graves problemas que existen", intervino Rodríguez Pulido antes de añadir que "solo se puede trazar una estrategia o Plan de Salud con un escenario financiero claro y dibujado año tras año y eso no sucede en este caso. De hecho se habla de un periodo de duración que comprende desde 2014 hasta 2019 pero los objetivos no se detallan año por año".

De nuevo el representante de la profesión médica, Levy Cabrera, recalcó que "los facultativos son los que gestionan buena parte del gasto sanitario y solo por eso ya se hace necesaria la implicación de ellos en cualquier planificación; eso sería un indicador de calidad", y aseguró que desde el colectivo que representa están deseando colaborar y hacer aportaciones no solo a este plan sino a muchos otros, puesto que están en primera línea y conocen las necesidades.

Nuevamente el representante de los enfermeros destacó que "el Plan Canario de Salud no tiene por qué llevar aparejados grandes gastos, pero sí que tiene que tener objetivos claros y definidos para que pueda medirse su cumplimiento" y reconoció que "los profesionales sanitarios ahora mismo están en el limbo y desconocen todo lo que tiene que ver con este plan ni cuales son sus objetivos, pese a que serán ellos los que deberán cumplirlos".

Ya en la parte final de este debate, Francisco Bautista dijo que "el plan tiene que ser ambicioso y de hecho lo es, pero si no interactúan todos los agentes que forman parte de la sanidad y encima se está mirando más el ahorro que la eficacia y la eficacia, el fracaso parece casi inevitable, porque eso creo que una de las prioridades de la Consejería ha de ser que el personal se sienta partícipe del proyecto, pero claro, lejos de eso, se explota y maltrata al trabajador con bajadas de sueldos, cambios en la jornada laboral, cambios en las vacaciones y demás. Yo me creo lo que nos dijo la consejera este lunes y el plan que nos presentó, pero puede quedarse solo en palabras; el tiempo lo dirá".

Abundando en el contenido del documento que conoce en profundidad, el portavoz del Foro Social alertó de que "se establece la voluntad de que se introduzcan técnicas empresariales y favorecer la descentralización sanitaria y nosotros pensamos que esto es abrirle la puerta a nuevos copagos y que la sanidad pública pierda peso frente a la privada. Es algo que se verá, pero de lo que ya estamos alertando porque mucho nos tenemos que en vez de tener en cuenta los determinantes sociales que están afectando a la salud de la población se va a optar por utilizar discursos que los culpabilicen de su estilo de vida y sin tener en cuenta que una persona desempleada o con bajos ingresos lo más normal es que no se pueda permitir una alimentación variada".

"Desde luego desde Satse apoyamos cualquier modelo de gestión, siempre y cuando sea universal, gratuito y público y en esto tienen mucho que ver los planes de salud", afirmó cerrando el debate José Manuel Llada antes de argumentar su aseveración con un ejemplo.

"Hoy mismo me ha llamado una enfermera con una fuerte gripe y muchos dolores musculares para preguntarme si le descontaban dinero si pedía la baja y le dije que sí, que el 50% del salario cada día, y ella me respondió que, aunque se encontraba muy mal, su mayor temor era contagiar a las personas inmunodeprimidas con las que trabajaba. Este tipo de cuestiones no se tienen en cuenta y simplemente se sanciona al trabajador para que no falte, sin tener en cuenta que el perjuicio puede ser mayor. Si nos escuchasen quizás esto no sucedería más".