«Abandonar la pista en pleno partido por el árbitro», opinión de Miguel Lois en «FullBasket»

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La incredulidad que puede generar el titular que acompaña este texto en primera persona es totalmente equiparable a la que pude sentir yo esta semana durante el transcurso del torneo Globasket

Artículo recomendado por el árbitro palmero IVÁN DÍAZ

by Miguel Lois (FULLBASKET)

Contextualizo. Globasket es un torneo privado -en el sentido que no tiene validez para competiciones nacionales, locales…-, internacional (106 equipos de 22 países distintos) y de categoría infantil y alevín (mini). Ganarlo es un premio, pero nosotros -formo parte de la organización llevando todo el tema de comunicación- apostamos por otros valores como el respeto, el intercambiar experiencias con otras culturas y hacer amigos. 

Al grano. Dos equipos decidieron abandonar sus respectivos encuentros alegando que con los árbitros de tales partidos era imposible jugar a baloncesto. Sí, en mitad de los partidos se fueron. Los entrenadores cogieron a sus jugadores (niños de 13-14 años) y se fueron al vestuario para posteriormente abandonar las instalaciones. Con el otro rival en pista, quedándose sin jugar, con una organización teniendo que dialogar para que cambiasen de idea, con unos árbitros impotentes… y con unos padres que, aún por encima, apoyaban tal decisión y caldeaban más el ambiente.

Independientemente de los errores que pudieran cometer los colegiados (que pueden equivocarse, pueden perder los papeles, que el partido se les vaya de las manos…), en mi vida había visto a un equipo abandonar un partido por tal motivo. Una falta de respeto gravísima, desde mi punto de mi vista. Sin justificación alguna, aunque los padres intentaran hacerlo creer así.

¿Cuál es el mensaje que transmites a los niños?  Cuando las cosas vayan mal o alguien te intente perjudicar -eso alegaban los padres-, abandona lo que estés haciendo. Déjalo. Vete.

Niños de 14 años se quedan sin jugar porque los adultos se cabrean y toman esas decisiones en caliente, quedando totalmente en ridículo ante gente de otros países que nos preguntaba si esto era normal.

Adultos de otros países que estuvieron presentes en el torneo observaban atónitos tal despropósito. No entendían cómo era posible que un equipo de niños de 14 años, ¡14!, dejara el partido por eso. ¡Si a estas edades los niños sólo quieren pasárselo bien, caramba!

Es un tema recurrente, que parece estar de moda, y necesitamos cambiarlo entre todos. Los padres creen que sus hijos van a ser Michael Jordan y están 40 minutos azotando al árbitro, incluso antes que animar a sus jugadores. En cambio, los padres/entrenadores de los equipos que ganaron el torneo, mostraron un respeto absoluto y se dedicaron a hacer lo que se debe a estas edades: animar a los suyos y disfrutar.

Ni mucho menos pretendo atacar a los dos equipos que hicieron tal acto del que seguramente se arrepienten ahora, pero sí debemos ser conscientes que las categorías inferiores no deben convertirse en una jungla de tensión y actos que ni mucho menos casan con el deporte.

Los más perjudicados, los niños. Aquellos que sólo quieren jugar al baloncesto. Respetémosles.