Falleció Antonio Cañamero, ex consejero del Tenerife Baloncesto
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Padre del entrenador del Club La Salle Tenerife, Antonio Cañamero
El baloncesto tinerfeño se viste hoy de luto para dar el último adiós a uno de los suyos. Antonio Cañamero Redondo, oficial retirado de la Guardia Civil, falleció en la mañana de hoy al no superar un nuevo ataque de su corazón, con el que en los últimos años ha mantenido un «uno contra uno» que iba ganando. No aguantó más, haciendo imposible su traslado a tierras peninsulares para someterle a una nueva intervención.
Se nos va una buena y gran persona. Madridista de corazón y blanquiazul de adopción, seguidor tanto del Tete como del Tenerife CB SAD, del que formó parte de su consejo de administración.
Sus visitas a la redacción de EL DÍA y su frase de rigor: «Si bajas, me invitas a un cortado». Cada semana nos reuníamos en el bar Las Raíces para hablar de baloncesto y contarme los últimos chismes llegados a sus oídos. Mi amistad con Antonio nació hace 36 años, cuando era el jefe de los «Ángeles de la Carretera», esos guardias civiles que cubrían la Vuelta Ciclista a la Isla. «A mi me encanta el ciclismo, pero soy del baloncesto; yo jugué con el equipo de Ignacio Pinedo en Madrid», me soltó de entrada al saber que mi pasión por el pedal solo la superaba mis sentimientos por el basket.
Se me va un amigo y eso me hace sentir muy triste. La edad no perdona y, cuando se superan los 60, el desfile de quienes son una década mayor es inevitable si el «motor» no carbura bien. Descansa en paz, querido Cañamero.
El ayer cestista de Antonio Cañamero Redondo
Antonio Cañamero Redondo, Coronel retirado de la Guardia Civil, con residencia en Tenerife desde hace varias décadas, fue jugador de baloncesto, como demuestran el carnet y la foto que ilustra esta información. Nacido en Extremadura comenzó a jugar en Badajoz, de ahí su licencia con el equipo Ateneo BA, con fecha 19 de febrero de 1963. Cuando fue a Madrid, a la Academia de la Guardia Civil, formó en el Cuartel de la Montaña (en la foto, el primero de la izquierda, de pie). Ignacio Pinedo, por entonces entrenador del Estudiantes, le vio jugar y trató de incorporarlo al equipo, pero debido a su marcha a Zaragoza no se culminó el fichaje. Una vez en la capital maña pasó a militar en el Helios, antiguo CB Zaragoza.
En Tenerife fue invitado por el consejero de Deportes del Cabildo Dámaso Arteaga a formar parte del consejo de administración del Tenerife CB SAD, si bien un infarto, del que se recuperó satisfactoriamente, solo le permitió estar un mes en la entidad blanquiazul.
Le gustaba el basket y, cuando ese corazón «tocado» se lo permitía asistía a los partidos del equipo que entrena su hijo Antonio en el colegio La Salle. A él y a sus hermanos/as y viuda hacemos llegar el más sincero pesar por tan dolorosa pérdida.
Tuve la gran satisfacción de estar con él en el Colegio en Madrid en donde preparaba sus estudios para la A. G. M.de Zaragoza y a la vez jugar al baloncesto.Buen compañero,hermano ymejor baloncestista. D. E. P. Egurce