«El sueño de los Gigantes», por Rafael Maceira

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BALONCESTO, UN ETERNO INSTANTE DE GLORIA.

ARTÍCULO DE RAFAEL MACEIRA EN LA VÍSPERA DE LA COPA INTERCONTINENTAL

Comunión. Clímax. Exaltación. Gloria. Historia. Un sueño hecho realidad. 
Hay veces en las que todo se resume en una suspensión. Un último golpe de muñeca. En dejar la mente en blanco y abandonar a la memoria muscular un cuerpo trabajado a conciencia.

Es solo después cuando se desata la magia. Hay veces en las que todo debe resumirse en un último tiro decisorio. Mientras el balón vuela en el aire, como suspendido en el tiempo, los ojos de la afición rebosan de sus órbitas y el corazón, hasta entonces atrincherado en el pecho, duele como nunca. Es natural. No sabe si la emoción que apenas puede contener está a punto de romper sus cadenas o caerle encima como una losa de cementerio.

Pero es por esos momentos por los que vive. Son esos sueños los que evoca, no solo la grada, si no también los hombres que nacieron con la determinación y destreza necesaria para castigarse en cada entrenamiento creyendo en un sueño común. En una visión de conjunto mayor que ellos mismos.

El balón se cuela dentro sin acariciar siquiera el metal. La nada es entonces interrumpida por el sonido de la red escupiendo el cuero. Ya no hay vuelta atrás. Miles de gargantas explotan desatando una tormenta de júbilo que pocos días después parece relegada al olvido, pero que en realidad es una semilla que generaciones más tarde seguirá germinando en las miradas más jóvenes. Quizás esas que mejor comprenden la magia del deporte.

¡Vamos Canarias! La gloria está al alcance de la mano. Jugamos en casa. El trabajo está hecho. Ya sois héroes. Nada hay que perder. Jueguen este partido como si fuera el último y si lo ganamos, si lo ganamos…. ¡Ay si lo ganamos!

¡VAMOS CANARIAS!