Pedro Martínez y su paso por el Tenerife Baloncesto

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El periodista de ACB.com, Daniel Barranquero, firma un amplio y excelente reportaje sobre la trayectoria deportiva del entrenador PEDRO MARTÍNEZ. El lector la puede leer en la web oficial de la ACB. Entre los clubes en los que estuvo el laureado entrenador catalán figura el TENERIFE BALONCESTO, del que en dicho artículo se escribe lo siguiente:

«Más se ilusiona, aunque nuevamente fuera en LEB, alejado de todos los focos, a la hora de hablar de su año en Tenerife, cumpliendo su palabra con Reynés“Le pregunté que si daba el paso para ser profesional de verdad. Sorprendentemente, se vino conmigo”. Junto al base, había jugadores de la talla de Sitapha Savané, Gaby Ruiz, Isma Torres, Francesc Sabaté o Larry Lewis“Larry es otro de los que me marcaron. Me lo ofreció su agente, diciéndome que llevaba 5 años en Japón y que quería probarse en ligas mejores. Por normativa no jugaba mucho allí, aunque vi vídeos y dominaba. Cuando le vimos en un torneo en Chile se nos quitó cualquier duda. Habíamos acertado. Era una auténtica maravilla”.

Nuevamente subcampeón copero. Una vez más acariciando el ascenso, a pesar de denunciar las promesas incumplidas y el impago de tres meses a un par de días de arrancar el Playoff. Pura profesionalidad, eliminando en el quinto encuentro al León. Y otra serie agónica resuelta en el 5º encuentro frente a su ex manresano, liderado por Oliver, Laviña, Peñarroya y Stacey. El 82-76 final desató la fiesta en el Nou Congost, en un final demasiado cruel para un equipo que lo había hecho tan bien con tantas piedras en el camino.

Para colmo, salió por la puerta de atrás del club. Según su presidente, por sus “protestas inadmisibles”. Ni siquiera eso empaña lo vivido. “El año, muy bueno. Una pena no conseguir el ascenso, nos lo merecimos, aunque hay que reconocer que ellos también tenían un equipazo y contaron con el factor pista. A nivel deportivo, como temporada, estuvo todo muy bien”. Irónicamente, su etapa tinerfeña resultó ser la llave para poder abrir la puerta de la ACB de la mano del vecino canario. La cerradura ya nunca se le volvería a resistir.