Nico Richotti: Primero fue el San Isidro

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Son muchos los aficionados al baloncesto en Tenerife que se alegran de la noticia facilitada por el CB Canarias, la que confirma que un jugador, nacido en la localidad argentina de Bahía, NICOLÁS RICHOTTI, se convirtió, tras jugar el choque de Liga contra el Real Madrid, en el extranjero con más partidos del CB Canarias. 

El internacional con la albiceleste ha vestido la camiseta aurinegra en 247 ocasiones, superando así los 246 del norteamericano Levi Rost. La lista del ranking de históricos foráneos la completan Jakim Donaldson, que ha disputado 226 encuentros oficiales, seguido de Lamont Boozer, quien se afincó en la Isla, llegando a formar parte de la plantilla del CB Tacoronte, con un total de 128 apariciones. Luego, el griego Fotis Lampropoulos (120) y el montenegrino Blagota Sekulic (110).

La historia en la Isla del Teide de Nico Richotti, el número 5 de la «Fiebre Amarilla», comenzó a escribirse gracias a Sixto Trujillo, presidente del CB San Isidro, quien autorizó la propuesta de fichaje que le pusieron sobre la mesa del club sus técnicos. 

Llegó al club orotavense para formar parte del plantel de Liga EBA de la temporada 2008/09. Vino del basket italiano, tierra de sus antepasados, de ahí que disponga de la doble nacionalidad italo-argentina, importante para no ocupar plaza de extranjero. Sus equipos fueron el CUS Bari (de la categoría C1) en la 05/06. A la siguiente militó en el Campobasso (C1) y en la 07/08 formó parte del Rovigo, de la misma categoría.

Nico quería dar el salto al país con más popularidad en lo que al baloncesto se refiere y aceptó la oferta del CB San Isidro. En su estancia jugó de base y metía puntos como si trabajara en una churrería.

Recuerdo que un día de esa citada 08/09 recibí una llamada de Sixto Trujillo: «Tú que sigues el día a día del CB Canarias y conoces bien a Alejandro Martínez dile que tenemos un jugador que es un espectáculo; incluso y a pesar de su altura las clava», me indicó. Esa misma tarde entrenaba el equipo aurinegro en el Juan Ríos Tejera y le conté lo de Nico. En aquel momento el jugador no tenía sitio en el equipo, ni como base ni como escolta. Así se lo hice saber al presi del «Sani».

En el verano del 2009 Nicolás Richotti recibió el «sí» del Real Madrid para formar parte del plantel de la LEB-Plata. Jugó la 09/10, con buenos números.

Al acabar la campaña y gracias a su relación sentimental con una guapa y simpática señorita de la tierra, su actual esposa María Isabel, nuestro capitán volvió a Tenerife. Recuerdo que en la pretemporada 10/11 se confirmó la baja por grave lesión de Jaime Heras. El equipo se llamaba Isla de Tenerife Canarias y ya militaba en la LEB-Oro. Alejandro Martínez «reclutó» a Nico y también a un jugador que procedía del CB Tenerife,  Dave Fergerson. 

“Creemos que Nicolás es ahora mismo el jugador que más se ajusta a las necesidades que tiene el grupo. Se trata de un jugador joven, con mucha hambre, un buen lanzador exterior y un buen defensor que nos ayudará bastante”. Fueron las palabras de Alejandro Martínez.

Ocho temporadas después, noviembre de 2017, el internacional con Argentina se midió al Real Madrid, en el que juega su amigo y compatriota Facundo Campazzo, cumpliendo su partido 247 con la camiseta aurinegra.

El «5» ha tenido oportunidades para cambiar el color de la elástica, pero su estrecha vinculación con su mujer isleña y conocedor de lo que representa para la afición y club lagunero, siempre ha querido seguir siendo un… ¡FIEBRE AMARILLA!.

Desde BASKETMANÍA, la felicitación para el protagonista, para Sixto Trujillo, quien dijo sí a su fichaje por el CB San Isidro, y a Alejandro Martínez, quien tras el «no» en 2009 comprobó en 2010 que «era el jugador que más se ajusta a las necesidades que tiene el grupo».

A sus 31 años recién cumplidos, NICO RICHOTTI está llamado a ampliar su número de encuentros oficiales con la camiseta que le llevó a ser una de las estrellas de la Liga ACB y a ser llamado por la selección absoluta de su país de origen.

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Gran descubrimiento el base argentino Nicolás Richotti (1986, 1.84, 22.3 ptos, 39% T3, 78% TL, 3.8 rebs, 4.3 asists) alma del conjunto y por quien pasan todas las situaciones de juego. Fuerte, gran penetrador a canasta a mano cambiada, tiro de tres letal y que no renuncia a la lucha por el rebote; en definitiva un jugador completo y de los mejores en el grupo “B”

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TRAYECTORIA DE NICO RICHOTTI

Categorías inferiores. Náutico Rada Tilly. 
2004-05. Hindú Resistecia (Argentina). TNA. 
2005-06. CUS Bari (Italia). C1. 
2006-07. Campobasso (Italia). C1. 
2007-08. Rovigo (Italia). C2. 
2008-09. Ferretería San Isidro. EBA. 
2009-10. Real Madrid B. LEB Plata. 
2010-11. Isla de Tenerife Canarias. LEB Oro. 
2011-12. Iberostar Canarias. LEB Oro. 
2012-13. CB Canarias. Liga Endesa 
2013-14. Iberostar Tenerife. Liga Endesa y Copa del Rey. 
2014-15. Iberostar Tenerife. Liga Endesa. 
2015-16. Iberostar Tenerife. Liga Endesa. 
2016-17. Iberostar Tenerife. Liga Endesa, Copa del Rey y Basketball Champions League.

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Palmarés

Consideraciones personales

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Argentinos por el mundo

«El destino quiso que me quedara en Tenerife y sería un sueño que acá retiraran mi camiseta»

El hijo de Marcelo, histórico base de la Liga Nacional, fue a probar suerte a Europa a los 18 años, jugó por poco dinero y un buen día pegó el salto que le forjó una carrera profesional.

 Entrevista de: Mauricio Codocea Mauricio Codocea

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En la mayoría de los ámbitos, pero particularmente en el deportivo, cuando se desciende de alguien reconocido y uno elige dedicarse a su misma actividad, la comparación se torna inevitable y no pocas veces insoportable, tanto para el protagonista como para el resto. Nicolás Richotti, sin embargo, se salvó de padecer eso. Hijo de Marcelo, histórico jugador de la Liga Nacional y hoy entrenador de Hispano Americano, dejó la Argentina con apenas 18 años para irse a probar suerte a Europa. Arrancó bien de abajo, jugó al básquetbol por muy poco dinero y, con un trabajo casi de orfebre, le dio forma a una exitosa carrera que hoy, a los 31, lo tiene como símbolo y capitán del Iberostar Tenerife, como se conoce por motivos de patrocinio al Club Canarias de la Liga ACB de España.

«Sinceramente, no sé cómo hubiese llevado la comparación con mi viejo si hubiera jugado en Argentina. Se hubiese escuchado mucho ‘Este Richotti es más malo’ o ‘Es mejor’. Pero estar afuera y hacerme visible cuando llegué a la ACB o a la Selección hizo que no se le diera tanta importancia», reconoce el escolta desde la tranquilidad de ese destino turístico español, que hace casi ocho años es su hogar.

Y cuenta, sobre la relación con su padre, antes de pasar a lo que es su vida en la isla: «Hablo mucho con él. Algo de esto sabe (risas), pero últimamente dejó de darme consejos tácticos. Me habla mucho sobre sus vivencias, me da consejos para la mentalidad, cosas así… Ya no me dice cómo jugar el pick and roll (risas). Eso lo hizo entre mis 16 y 22 años y no me gustaba nada, pero cuando sos más grande lo aprendés a valorar y entendés que es un lujo tenerlo como guía«.

-¿Cómo fueron esos primeros años en Europa? ¿Podías vivir bien?

-Cuando llegué a Italia tenía un contrato muy básico, por no decir que no ganaba casi nada. No tenía gastos extras, porque me pagaban el departamento y la comida, así que lo que ganaba lo usaba en el día a día. No era fácil, pero sabía que solamente estaba ahí para seguir escalando y por suerte así fue. Me había ido porque varios chicos jóvenes estaban yendo a probar suerte y yo tenía pasaporte. En el segundo año que estuve, pasé a ganar casi el triple y eso que era una sexta categoría. Y de ahí pegué el salto a España.

Después de aquellas tres temporadas en el ascenso italiano, Nicolás llegó en 2008 a la quinta división de España, en lo que fue su primer paso por la isla de Tenerife. Sus buenas actuaciones le valieron una chance en Real Madrid B, en la tercera división, aunque ahí estuvo sólo un año y luego el horizonte se llenó de sombras, justo cuando el escolta parecía encaminarse al pico de la colina.

-Llegaste a Canarias en 2010, cuando ni tenías equipo. ¿Cómo aguantaste esos momentos difíciles y de incertidumbre?

-¡Ufff! Fue difícil. Había terminado la temporada en la liga LEB Plata, en Real Madrid B, y llegué casi a agosto sin equipo. Había vuelto acá, a Tenerife, a visitar a mi novia, le pedí al club entrenarme en las instalaciones y si bien no estaba desesperado, sí me iba poniendo nervioso porque los equipos cerraban todos los planteles y a mí no me llegaba una buena oferta.

En la pretemporada, al Canarias se le lesionaron dos de sus escoltas y a Richotti se le abrió una puerta con un contrato temporal tras la baja de Jaime Heras. Nunca más dejó el equipo amarillo. «Al final, me gané el lugar y el destino quiso que me quedara acá», reflexiona. Mucho tuvo que ver aquella visita a su novia, María. «Sí, es cierto», reconoce el bahiense entre risas, al tiempo que agrega: «A la hora de tomar una decisión respecto a Tenerife, valoré eso, el entorno, la gente, el club; todo sumó. Y en este tiempo las ambiciones del equipo fueron creciendo junto con las mías».

-¿Cómo es la vida en la isla?

-Se vive muy bien. Toda la gente que ha venido se lleva un muy buen recuerdo. Hay aproximadamente un millón de habitantes, de modo que no es muy grande pero tampoco es chica. Está muy desarrollada para el sector turístico y entonces siempre tenés cosas para hacer. El clima es muy lindo todo el año -en invierno nunca hace menos de 15 grados- y la gente es muy parecida a la argentina: súper cálidos, amables, te abren las puertas y te hacen sentir uno más.

-¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

-Uno de mis hobbies es la fotografía, así que cada vez que tengo la oportunidad -aunque en este año se achicaron por jugar dos torneos- me escapo a algún rincón de la isla que no conozco y hago algunas fotos. Todavía me quedan mucho por descubrir. Hay rincones a los que es difícil llegar, que no tienen rutas y sólo se accede por senderos. Entonces esos los tenés que dejar para las vacaciones, porque físicamente es demandante y tenemos que cuidarnos durante la temporada. También me gusta salir a comer afuera.

-Llevás varios años y te convertiste en un referente del club. ¿Evaluás quedarte ahí a vivir cuando te retires?

-No lo descarto. Después de tanto tiempo viviendo acá, te mimetizás un poco, agarrás costumbres y acá hay una paz y una calidad de vida muy buena. No tengo que preocuparme por otra cosa que no sea jugar al básquetbol.

Richotti viene de una temporada mágica para el equipo, pero dura para él. Canarias, por primera vez, se metió en los playoffs de la Liga española y se dio el gusto de ganar su primer título internacional, la Champions League organizada por la FIBA y que se encuadraría como el tercer torneo en importancia del continente, tras la Euroliga y la Eurocopa. También levantó la Intercontinental, al vencer a Guaros de Lara, el equipo venezolano que ganó la última Liga de las Américas. Sin embargo, a él las lesiones lo complicaron desde temprano (debió bajarse de la preselección argentina para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, por ejemplo) y sólo disfrutó a pleno el último tramo de la temporada.

-¿Cómo juega la cabeza cuando sufrís varias lesiones seguidas?

-Empezás a preguntarte por qué pasan las cosas, si es algo que hacés mal o qué, no lo llegás a entender. En mi caso. las tres lesiones que sufrí fueron por traumatismos y entonces eso me tranquilizaba, porque sabés que te pegaron o te golpeaste y te lesionaste. Es distinto es si son desgarros o lo que sea. Pero igual, no es fácil: perdés tiempo, ritmo, vivís todo desde afuera. Yo me perdí muchísimas cosas que el equipo vivía en el mejor momento del club y daba un poquito de impotencia no sentirme tan partícipe.

-¿Lo más duro en esos momentos pasa por la cabeza más que por el cuerpo?

-Sí, sin dudas. El cuerpo, una vez que tenés el alta médica, está. Pero la cabeza empieza con miedos, dudas. Sentís que te falta confianza, ves a tus compañeros que hacen las cosas fluidas, que no les cuesta nada, y vos, que llevás dos meses o tres sin jugar, te encontrás con que te cuesta hacer cosas que antes hacías bien o con facilidad. En el deporte, la cabeza influye más de lo que uno imagina.

-Arrancaste con Canarias en Segunda y hoy el equipo creció muchísimo. ¿Cuál es el próximo objetivo?

-No tenemos que obsesionarnos con el año que pasó. Fue increíble, pero es difícil que se repita tanto éxito. Tenemos que aprender que si se trabaja, un equipo humilde como nosotros puede conseguir las cosas. Nos gustaría volver a jugar la Copa del Rey y los playoffs. Es a lo que el equipo debe aspirar. La ambición ya es mayor a conformarse con la permanencia o a quedarnos en tierra de nadie.

-Sos capitán y líder del equipo dentro y fuera de la cancha en el mejor momento del club. ¿Te imaginás el retiro de la camiseta 5?

-¡Me encantaría! Sería hermoso conseguirlo. Para todo jugador, que le retiren la camiseta es un sueño, un reconocimiento eterno a tantos años de entrega por unos colores. Ver mi camiseta colgada del techo del estadio sería increíble.

La Selección, esa cuenta pendiente

Nicolás Richotti estuvo en varias convocatorias de la Selección e incluso ganó la clasificación a Río 2016 en el Preolímpico de México. Sin embargo, todavía le falta un torneo grande y no deja de soñarlo: «Sería como llegar al techo con la camiseta argentina». Además, lamenta no haber sido convocado para la Americup, pero se esperanza con lo que viene.

«La primera fase fue en Bahía Blanca y venía con las ganas que me habían quedado en la preselección de los Juegos Olímpicos. Me hubiese gustado jugar delante de mi familia y de mi gente, pero no pudo ser -explica-. Igual me gustó muchísimo el equipo, me encantó cómo jugaron, mostraron una gran identidad y generaron ilusión. Por suerte la Champions y la ACB paran durante las «ventanas»: ojalá me toque estar en alguna«.