«El Iberostar Tenerife manda en Canarias: paliza al Granca», titula el diario AS

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Apabulla al Gran Canaria con una primera parte de leyenda (12 triples). Llegó a ir ganando de 32 puntos (68-36).

Pablo Checa DIARIO AS

 

Con hambre. Así afrontó este partido desde el salto inicial el Iberostar Tenerife, y así devoró a un desconocido Gran Canaria, que ni siquiera puede usar como excusa la baja del lesionado Albert Oliver. Los locales machacaron en la primera parte, y en la segunda vivieron cómodamente de las rentas.

La tunda que el Iberostar Tenerife le dio al Gran Canaria se veía venir incluso desde el primer cuarto, al alba del partido, mucho más intensos los locales, saliendo a morir desde el inicio, timoratos los visitantes. White, como quien no quiere la cosa, anotó su primer triple para el 3-2, contestándole Eriksson acto seguido desde idéntica distancia. Parecía que había un intercambio de canastas, preciosos estos primeros minutos, hasta que el 7-7 inicial fracturó por completo el encuentro. Así, tres triples seguidos de los locales, dos de White y otro de Beirán, obligaron a Casimiro a parar el partido tras encajar un parcial de 9-0.

Rabaseda respondió desde idéntica distancia, pero White y Beirán, viendo el aro como una piscina, se volvieron a citar en el 6,75 para liderar la ventaja local, 26-18, al final del primer cuarto.
Beirán seguía a lo suyo, extramotivado siempre ante su ex equipo (14 puntos en los primeros 20 minutos, 2 en la segunda parte), y enchufó su cuarto triple nada más arrancar el último periodo, 29-18. Aguantaba como podía el Gran Canaria, hasta que una falta ‘regalada’ al Iberostar, de Rabaseda sobre White, rompió por completo el partido. Esta acción fue aderezada con una técnica por protestar al alero catalán, lo que se tradujo en 5 puntos seguidos para los locales y el 39-24 en el marcador.

Dos triples seguidos, de nuevo de un tremendo White (19 puntos en la primera parte, 4 en la segunda) y Vasileiadis, ponían +23 al equipo tinerfeño, 47-24, marchándose en el marcador a la velocidad de la luz. Un nuevo triple del griego hizo que el Iberostar ya doblara en el marcador al Granca, 52-26, que bastante hizo con llegar pediendo ‘solo’ de 25 al descanso, 55-30.

Nada cambió en la segunda parte, salvo un mínimo de tensión competitiva por parte del Herbalife, inexistente en la primera. White volvió loco a Seeley en dos ataques seguidos para darle un +31 a los suyos, 61-30, aunque Eriksson se empeñara en la epopeya con dos triples seguidos, viniendo poco después un tercero que en nada cambiaba el marcador, 68-39.

Con todo decidido, apenas quedaba el aliciente de saber de cuánto sería la diferencia final, que de no relajarse el Iberostar hubiera sido salvaje. Salvo el arresto de Rabaseda en los últimos diez minutos, nada más propuso el Herbalife, superado como nunca, netamente inferior. “Parece que no nos damos cuenta de que estamos jugando un derbi canario”, dijo Báez en el descanso. Su equipo no se dio cuenta tampoco en la segunda parte, y de ahí el 92-71 final, muy corto para lo que se vio en los 39 minutos anteriores.