¡¡Tri, tri, tri, tri… Triple!!

Después de más de diecinueve años desde que tuve que abandonar las canchas y en las que ocupaba la zona de base o escolta, he vuelto a experimentar una sensación muy maravillosa con el baloncesto. Ha tenido que transcurrir este tiempo para que mi sueño se hiciera realidad, y ahora, lo único que hago desde las ocho de la noche del catorce de enero del presente año es recordarlo.

Mientras que cruzo la puerta de acceso de los ascensores que me conducen a lo más alto del interior del Pabellón Santiago Martín, y a falta de los cuarenta y cinco minutos aproximadamente para que se enfrenten el Club Baloncesto Canarias – Baskonia escucho el sonido de los tambores, además del conjunto de la afición que ocupa las butacas animando con sus voces al equipo aurinegro.
Los aficionados hacemos ruido, mucho ruido. Parece que una marea hormonal sacude a mi cuerpo. La carga emocional tan intensa me sale por las orejas. Me siento poco capaz de apartar la mirada de la cancha, y de permanecer quieta en mi asiento durante los diez minutos que corresponden a los cuatro cuartos sin animar al Iberostar Tenerife, y mucho menos aún sin reclamar al trío arbitral las jugadas más conflictivas.
Cuando concluyen los noventa minutos solo atino a reflexionar por qué me apasiona tanto el baloncesto: Táctica, emoción, trabajo en equipo, ilusión, entrega, superación, diversión, etcétera.

Ha sido una noche tan especial en la que en mi pizarra táctica dibujo mi más profundo agradecimiento a todas las personas que han hecho posible que gozara de una noche tan extraordinaria (Cristo, Federico, C.B.Canarias, Walter) y donde ya trazo de nuevo el movimiento que me sostiene para no caer en el abatimiento y la frustración con el primer obstáculo que se interponga en mi camino mientras que lucho. Me esfuerzo todo lo que soy capaz por mejorar mi estado de ánimo, e incluso mi propia autoestima. A la vez que elaboro proyectos que me conduzcan a la victoria personal.

¡¡Ba-lon-ces-to!!… Cuatro letras que se nutren del valor de las dos letras con las que compongo ¡¡Vi-da!!