Canarias vivirá su cuarta COPA DEL REY

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¡La Copa del Rey más canaria!

Tres Copas en Canarias, tres recuerdos imborrables. Finales históricas por la lluvia de puntos, exhibiciones individuales sin parangón. Sorpresas monumentales, hitos, reivindicaciones… cualquier mirada al pasado es un motivo más para ilusionarse con la cuarta edición en las islas. Esta vez, con dos equipos de la tierra en liza: es la Copa del Rey más canaria

Daniel Barranquero
 @danibarranquero
ACB.COM

 Pasarán los años, pasarán las décadas… y el recuerdo seguirá intacto para los que lo disfrutaron en primera persona. Aquel 13 de diciembre no era un día más. En el Palacio Municipal de Deportes de Santa Cruz de Tenerife se iba a vivir un sábado explosivo, absolutamente intenso. Tocaba Copa del Rey, con ocho equipos luchando por un sueño común y una agenda que, simplemente, invitaba a gozar todo un día de baloncesto sin abandonar la instalación deportiva más que para comer. Y con algo de prisa.

A las 13:15 estaba programado el primer partido y a las 16:15, el segundo. La jornada de cuartos de final de Copa del Rey se cerraba con otros dos choques a continuación, a partir de las 18:15 y de las 20:15. El torneo, con un formato idéntico en cuanto a eliminatorias y diferente en cuanto a su desarrollo, arrancaba frenético el sábado con cuatro partidos, reservaba el domingo para las semifinales (12:15 y 18:00) y celebraba su final, tras el lunes de descanso, a las 18:45 del martes. Un martes 16 de diciembre de 1986. Curiosamente, la Copa del 87 llegó con unas semanas de adelanto.
.El Barcelona se impuso en una apasionante final al Jovetut

 
En la prensa se hablaba del éxito en las gradas y del cartel de “No hay entradas” en las taquillas. Igualmente, de los autobuses oficiales de cada equipo, importados de Bélgica un mes antes, de los 20 grados de temperatura en la ciudad y de cuánto se habían volcado con el evento los aficionados canarios, que habían recibido por primera vez en la historia la Copa del Rey en su comunidad con altísima expectación e ilusión.

Lo cierto es que mereció la pena esperar, a pesar incluso de la eliminación, a las primeras de cambio, del CajaCanarias a manos del Ron Negrita Joventut, en un choque lleno de igualdad (97-92). Eso sí, en cuartos el bombazo lo dio el Cajabilbao, que tras asegurar en la previa que estaban de turismo –“Vinimos a descansar porque no teníamos casi posibilidad de ganarles”, dijo su técnico-, se vistió de verdugo para eliminar al Real Madrid (89-84), en otro día de ensueño de Lockhart y Kopicki.
Los auxiliares de mesa de la final en Tenerife

 
El otro momento para recordar de aquella cita fue la final, la primera catalana en 36 años, que aún hoy, transcurridas más de tres décadas, es la más anotadora en era ACB: 110-102 para el Barça frente a su vecino verdinegro, con un Bryant (29) desatado que se quedó sin galardón extra. Aún no había MVP. El campeón se llevó el título remontando y el derrotado el cariño de la grada tinerfeña, que reclamó una y otra vez que el Joventut saliera otra vez a pista para recibir su merecida ovación.

La segunda Copa del Rey en Canarias fue en el CID de Las Palmas

El CAI Zaragoza, liderado por Mark Davis, celebra el título de Copa del Rey en 1990 (Foto ACB Photo)

“Tendrán que pasar años para volver a ver una demostración de básquet con la calidad, emoción, acierto y fortaleza física que ofrecieron ambos equipos”, se podía leer en una crónica de la época que no vislumbraba una segunda parte tan temprana. Corría 1990, esta vez en Las Palmas de Gran Canaria. La Copa regresaba a la Comunidad. Otro torneo para los libros de historia.

Primero por la gesta del Grupo IFA de Creus y Comas, que eliminó en cuartos (83-85) al campeón de la anterior Copa canaria. En semifinales, el héroe fue un CAI Zaragoza que contuvo el ímpetu del Real Madrid (73-74), definiendo la primera final sin la presencia de ninguno de los dos equipos más laureados en este campeonato desde 1968. 

La Copa del Rey tenía el mismo diseño que en la edición tinerfeña: su sábado grande con cuatro partidos, domingo de semis, lunes de descanso y martes de fínalísima. Lo que ni el más optimista de los aficionados pudo prever es que ese 13 de febrero iban a contemplar de cerca otro cuento de hadas copero. Escrito en letras de oro.

Mark Davis, el protagonista. El culpable, el héroe, el imparable. 44 puntos para ser leyenda en Zaragoza. 44 puntos para darle el título al CAI de Chus Carrera -¡24 años!- frente al RAM Joventut. 44 puntos para ser el primer MVP de la historia copera. 44 puntos para parar el tiempo, en un registro que sigue vigente casi tres décadas después. Jamás ningún jugador hizo tanto en una final.

La tercera fue en el Gran Canaria Arena

Sergio Rodríguez anota ante Abrines y Doellman (ACB Photo)

Y eso que, justo un cuarto de siglo después, Ante Tomic lo intentó, con 40 de valoración. Sin embargo, el hito tuvo sabor agridulce para él. Copa 2015, Las Palmas, con un Gran Canaria Arena que se mostraba al mundo y una isla que recuperaba las sensaciones que había vivido 25 años antes. No, la fiesta no fue completa para los de casa, con otra derrota en primera ronda del Herbalife GC, frente a la Penya del ídolo Savané. La final, ahora sí, un Barça-Real Madrid como guinda a otro torneo para recordar.

Ya con 4 días, cargados de adrenalina, como ocurrirá este año. De jueves a domingo, con más de cien países al otro lado de la pantalla. La Copa de los triples, jamás hubo tantos. La de los llenos y el ambientazo, con 9.714 espectadores por cita. La de la tercera final más vista en el siglo. La que encumbró al Real Madrid por segunda vez consecutiva, 29 años después. La de la canasta final de Sergio Rodríguez cuando el balón más quemaba y la de un Rudy Fernández que volvió a unir su nombre al de las tres letras más anheladas por cualquier jugador. 

De la lluvia de puntos en Tenerife a la emoción de 2015, pasando por la hazaña de Mark Davis. De diciembre del 86 a febrero de 2018, cuando este particular relato descubrirá su cuarto capítulo, también en Las Palmas. La Copa del Rey más canaria, con Herbalife GC e Iberostar Tenerife por fin juntos en su tierra, buscando un paso al frente más. El ayer y el hoy entremezclados. Aroma a días de oro, ilusión por lo que llega. Gigantes que fueron, gigantes que son. La historia se vuelve a escribir en presente. ¡Y ya van cuatro!