«Jugar al poste siendo exterior ¿y por qué no?», artículo sobre Javi Beirán

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La paradoja es que Javi Beirán, un excelso tirador desde el 6.75, sea el epicentro de este artículo como ejemplo de jugador en poste bajo, por la congoja que provoca a los rivales cada vez que se acerca ahí, es digno de escribirse y remarcar en su juego. ¿Por qué no?

 Antonio Rodríguez (En Endesa Basket Lover)

El dominio en el poste bajo como fundamento, como una parte más del juego. Para todos. Hoy día, unos lamentan que los pívots no lo hagan. Otros argumentan que si la evolución de este deporte, que si tal… Sin embargo, nos referimos a ello como algo vetado y exclusivo para los grandes pívots. Lo que hacen Ante Tomic o Walter TavaresGiorgi Shermadini o el gran Bojan Dubljevic, es un recurso que, en su caso, utilizan en gran parte de sus acciones. A partir de ahí se desenvuelven para anotar, sacar faltas o pasar. Porque cualquier decisión conlleva mucho peligro, por un simple razonamiento: se está más cerca de la canasta. Los tiros son cortos (aunque con más oposición), los errores rivales se castigan con gran severidad y es un enfoque privilegiado, inmerso en el núcleo del sistema defensivo rival, para ver el juego con claridad y pasar el balón. Es un recurso -reiteramos- más del juego, al alcance de todos, grandes y pequeños. Aunque cueste pensarlo.

En este marco, vemos a Javi Beirán, el tipo con más juego al poste bajo de su club, Iberostar Tenerife. Con más juego al poste que muchos pívots de la Liga Endesa. Y a sus rivales, ¡es que les vuelve locos! Conoce todos los trucos, fintas, pivotes… y sobre todo, las décimas de espera para saber cómo reacciona su ya condenado par y actuar. Merece atenciones de todos, aun sin moverse o sin pasar. Eso es dominar.

Y es cuando apreciamos, viendo ya el cinco contra cinco a partir de su batalla en uno contra uno, que ante tal amenaza desde el poste bajo, los rivales piensan en sus pases y la preocupación se acentúa cuando hay tiradores con el gatillo preparado desde el lado contrario. Añadan que a Txus Vidorreta, esta situación le tiene que resultar como un “por cosas como estas, yo me hice entrenador”, porque crea algo muy sencillo de montar, pero que suele poner en muchos aprietos a los rivales. Preferentemente, Tim Abromaitis en la esquina contraria a Beirán, esperando más allá de la línea de tres. Sumen un bloqueo arriba del pívot (Colton Iverson suele ser) para que un alero corte hacia canasta -también en el lado débil- y ya hay otro foco de atención. Y de quien se olvidan o ‘no damos para todo’ es de ese Abromaitis, que sigue en la esquina, testigo de todo este baile a la espera de recibir y tirar de tres con total comodidad (41,2% en triples).

Recuerdo que cierto entrenador -y maestro- con el que tuve la suerte de toparme, me mostró y puso la lupa en cómo los Detroit Pistons que ganaban títulos NBA a finales de los 80, usaban a un maestro del poste bajo para hacer mucho daño: Joe Dumars. Un escolta de 1,90 de estatura, todo un fenómeno lleno de recursos, quizás el mejor jugador al poste bajo de aquel profundo plantel junto a Adrian Dantley (o Mark Aguirre). Ayudado, entre otros motivos, por unos pívots eran consumados tiradores exteriores (Bill Laimbeer y James Edwards). Y mientras, en España, en nuestra Liga Endesa, veíamos algo semejante. George Karl trajo al Real Madrid a un genio del poste bajo, midiendo escasos 180 centímetros: su base Mike Anderson. Y si contaban con un pívot con notables capacidades para los tiros exteriores, como Antonio Martín, pues aquello funcionaba. Era como “un mundo al revés” que por qué no iba a darse si resultaba efectivo. Anderson, en todo su desfile de equipos por nuestra geografía, mostró ese enorme talento para desenvolverse en la zona, como en su periplo madridista también hacía su compañero José Biriukov.

¿Y en nuestros tiempos? Pues también existen casos. Algo a lo que se recurre poco, pero se sigue usando. Javier Juárez, entrenador de UCAM Murcia, ha pedido a su base, Charlon Kloof, en diferentes ocasiones, que lleve al poste a sus pares. Y aunque no tuvo mucho éxito en las primeras jornadas, sí que en Málaga vimos resultados claros de las ventajas que podía sacar. Albert Oliver, el veterano base de Herbalife Gran Canaria, ha de reconocer que es uno de sus sitios favoritos en pista. Y debiera serlo también para Chris Evans, porque en Endesa Basket Lover ya confesamos nuestra admiración por su juego cuando lo ejerce desde ahí. El escolta de Montakit FuenlabradaPaco Cruz, con todo el talento que atesora, es también un consumado jugador desde todas las posiciones, incluido el poste bajo, por el que confesamos nuestra profunda admiración. Son algunos ejemplos. Porque en realidad es una lección más, forma parte de su repertorio, que no debieran rechazar.

 

Y esta es la madre del cordero de este artículo. Como recurso, es extraordinario. ¿Saben a quién hemos visto el gancho -desde poste bajo- con mayor precisión y ejecución de esta temporada? Marcelinho Huertas, en plena exhibición en cancha obradoirista (24 puntos en 24 minutos, 11/14 en tiros de campo) se marcó un gancho de antología. En el baloncesto se trata de sumar, no restar. Y si existen los mejores triplistas de la historia hoy día, bienvenido sean. Pero un añadido más, nunca resta. Y por ello, la paradoja es que Javi Beirán, un excelso tirador desde el 6.75, sea el epicentro de este artículo como ejemplo de jugador en poste bajo, por la congoja que provoca a los rivales cada vez que se acerca ahí, es digno de escribirse y remarcar en su juego. ¿Por qué no?