«Es mentira», artículo de Pepe Laso
ESTE ARTÍCULO DE OPINIÓN LO PUBLICA EL EXPERIMENTADO ENTRENADOR ESPAÑOL PEPE LASO EN SU BLOG PERSONAL. EN EL MISMO HACE ALUSIÓN A LAS DECLARACIONES DE ÁNGEL PALMI (FEB) EN EL PAÍS.
«En unas declaraciones a toda página al periódico El País el pasado 2 de agosto el Sr. Palmi dice cosas que me atrevo a calificar como de ciencia ficción.
Amparado en los logros de las selecciones sub-20 y sub-18, cuenta algunas cosas al periodista que no me queda más remedio que calificar de puras mentiras.
Es mentira que controle a 350 jugadores de todas las categorías, como que tiene a 150 entrenadores, «todo como una maquinaria única y bien engrasada».
El asunto se desmonta fácilmente, el 90% de los campeones pertenecen a clubes ACB, lo más que hace la FEB es alguna concentración en vacaciones escolares.
Sino como se podría comprender que un jugador como Abrines no estuviera en su programa, o como sus entrenadores del Clinicas Rincón, no tuvieron directrices por parte de la organización federativa.
El jugador, ahora volverá a su club que le pondrá en el equipo que quiera, le pagara, le cuidara lo mejor que pueda, y el próximo verano se lo cederá a la selección española para felicidad de todos.
Otro ejemplo, el R. Madrid durante una triste etapa pasada no aportaba jugadores a selecciones, hace un par de años llego a la casa blanca Alberto Angulo, y surgen jugadores.
Donde estaban todos los enseñantes federativos cuando la cantera madridista era un desierto.
Por tanto, quede claro que, con todos los defectos que puedan tener los clubes ACB, son los auténticos forjadores de estos escasos pero brillante jugadores de baloncesto.
«El espíritu pasa de una generación a otra. Hay una dinámica global».
Cuando algún jugador se cae se olvidan de él. Luis Conde el base malagueño es un buen ejemplo, apartado y olvidado como otros muchos campeones de etapas pretéritas, habiendo sido uno de los elegidos durante mucho tiempo.
Mentira es que «los seleccionadores son mas maestros que entrenadores”.
Con excepción de Orenga, con corta carrera profesional, la tradición federativa es poner expertos técnicos como Guill, Aranzana o Casas, en la dirección de estos equipos.
Es más, la palabra maestro no ha salido de la boca del Sr. Palmi hasta que se la oyó a los demás.
Mentira es esta perla «el objetivo ahora es ayudar a cada jugador a descubrir su talento y potenciarlo. No hay ninguno, ni siquiera en la selección absoluta, que pueda hacer más que dos o tres cosas. Todos se han especializado, y eso hacemos también con los niños».
Al Sr. Palmi le parece poco su atrevimiento y a la pregunta del periodista, ¿y el estilo de juego de cada selección?.
Contesta sin rubor, “Hay obligación para cada equipo y cada técnico de aplicar la táctica al servicio del jugador».
O sea, que Guill, uno de los más brillantes técnicos de la nueva hornada tiene que esperar no se que táctica al servicio……
Mas mentiras, en este caso bufas «en la selección no les enseñan otras cosas, sino las que deben mejorar…..ese es el camino. Es un entramado que no tiene nadie en el mundo».
No quiero extenderme más…
Mientras tanto que quede claro, con todos los defectos que puedan tener los clubes ACB, son los auténticos forjadores de estos escasos pero brillantes jugadores de baloncesto.
Repasemos algunas verdades sobre la FEB.
El presidente Sr. Sáez si tiene clarísima su visión sobre cómo debe funcionar la institución.
Prioriza toda la gestión al éxito de los equipos nacionales, consigue que nuestras grandes estrellas de la NBA quieran pasar su tiempo de vacaciones jugando alegremente.
Promociona las actividades con tal perfección que llena pabellones en pleno estío. Paga espléndidamente, con el dinero que genera tanto a los veteranos como a los jóvenes, lo cual me parece perfecto, en el deseo de consolidar su proyecto.
En definitiva ha creado un súper club llamado España. Por tanto solo él puede presumir del éxito, los demás chitón.
Mientras Palmi y su “ejercito” incumplen el principio de Kant sobre la educación: «el principio del arte de la educación es que no se debe educar a los niños conforme al presente, sino conforme a un estado mejor, posiblemente en el futuro».