«Escuela de padres», artículo de Mikel Cuadra del año 2007

En la web de mi buen amigo Paco Rengel BASKETCONFIDENCIAL, Mikel Cuadra escribió un artículo en el año 2007 (pero no ha perdido actualidad) en relación a un escrito que en dicho rincón cestista firmó el prestigioso entrenador Aíto García Reneses. Lo remite a BASKETMANÍA uno de los más cualificados entrenadores del baloncesto tinerfeño. Dice así:

Mikel Cuadra, en la presentación de uno de sus libros

«Después de leer el magnífico artículo de Aíto García Reneses sobre la verdadera función de los entrenadores de base, no he podido sucumbir a la tentación, como padre de niño en ‘baloncestización’, de hacer alguna reflexión.

El pasado sábado el equipo de mi hijo de 10 años se enfrentaba a su rival directo por la primera posición. Ya me pareció increíble que hubiera en premini primera o ninguna posición, pero aún aluciné más, sin haberme tomado ni un triste café, con las actitudes de ciertos padres con el árbitro, con el planteamiento de los entrenadores dejando en el banquillo a sus ‘peores’ jugadores (sin repartir los minutos que en esta categoría es obligatorio); haciendo sistemas cuando aún piensan que un reverso es un niño enrevesado; un cambio de dirección, una señal de tráfico; un corte, una herida en la mano, y el bote, marcharse de un sitio o algo que lleva tomate en su interior… Por eso, me fui con una felicidad de los ganadores (entre los que me encontraba) que me produjo tristeza.

Las escuelas siempre han sido sitios para aprender, para educarse, para compartir, para hacer amigos, sentir al compañero… y ahora parecen secuelas, por lo que dejan a nuestros niños en sus mentes en desarrollo con su competitividad mal entendida y el afán individualista lleno de ‘play station’, ‘games-boy’ y de ordenadores sin sentimientos.

Ruego al Ministerio de Deportes una Escuela para Padres que ayude a superar las frustraciones deportivas de la infancia y reparta bozales para tanto burro, y  Escuelas de baloncesto para niños,  donde se insista que nuestro deporte es ante todo un juego divertido y no un suplicio chino lleno de resultados y estadísticas.





El artículo de Aíto García Reneses es el siguiente:

«Competitividad y educación»


«Con ocasión del Congreso Internacional de Minibasket, celebrado en Manresa, tuve la ocasión de reencontrarme con muchas personas que se siguen dedicando, con pasión, a educar y enseñar a los jóvenes mediante nuestro querido minibasket. Recordé, asimismo, mis inicios como entrenador en el ‘mini’ del Estudiantes y después con la selección castellana para continuar con la selección catalana. Recuerdos entrañables e inolvidables.
En la charla que tuvimos durante el Congreso resultó de especial interés cómo encauzar la competitividad de los jugadores hacia donde más interesa y no dejarse arrastrar por una competitividad mal entendida que, desgraciadamente, está muy extendida.

La sociedad es muy competitiva, hay que ganar aunque el precio que haya que pagar por ello sea muy alto, pero no se debe transmitir ese tipo de competitividad a jugadores, y personas, tan jóvenes que deben tener otras prioridades.

No es difícil encauzar esa competitividad hacia el aprendizaje. Recuerdo que, en mis comienzos como entrenador, alguna vez el equipo titular del partido eran los cinco primeros jugadores que hiciesen bien la entrada por la izquierda, y otros muchos ejemplos parecidos de tal forma que lo que más les motivaba era aprender cosas, y aprenderlas bien. Eso, por supuesto, no quiere decir que después no intentasen ganar el partido.

Ese planteamiento, además, no conlleva perder las competiciones ya que aprenderán mucho más y, en poco tiempo, el equipo será mucho mejor y ganará a equipos que sólo ven el futuro inmediato y no el de medio y largo plazo, que debería ser el objetivo más importante de los equipos de minibasket. Hay que desembarazarse de la presión ejercida por el entorno, donde lo más importante es ganar el partido del domingo.

Otro aspecto aún más importante es educar a los niños a trabajar en equipo, con respeto hacia los compañeros, los entrenadores, los rivales y los árbitros. Creo que es fácil arrastrar a los niños y niñas hacia esa forma de proceder, pero a veces nos encontramos con dificultades externas. Como en otras veces el entorno nos hace más difícil esta tarea.

Me sorprende oír, en muchas ocasiones, que la educación actual es mucho peor que la de la generación anterior; me sorprende porque he visto demasiados partidos donde los padres increpan e insultan al árbitro, también lo hacen con los jugadores del equipo rival y también con el entrenador de su hijo e, incluso, con los compañeros de equipo porque, por ejemplo, no le pasan el balón. No sé qué tenía la educación de estos padres para catalogarla como mejor que la de sus hijos. ¿Van a ser peores los niños cuando sean padres? Espero que no.

¿Qué se puede hacer ante esta actitud tan extendida aunque, afortunadamente, no generalizada? Pues insistir en lo básico y fundamental: estamos educando y aprendiendo. Esa debe de ser la mentalidad que debe tener y transmitir el entrenador. Si al mismo tiempo se puede influir en otras áreas para que colaboren, mucho mejor. Pero si no es posible, por lo menos que a nuestro equipo no le arrastre el entorno hacia terrenos que comporten la mala educación o la competitividad enfocada a ganar los partidos por encima del aprendizaje, la formación y la educación.

Estoy seguro de que somos muchos los que pensamos así. Lo único que tenemos que hacer es ser fuertes para no dejarnos influir evitando que nos desvíen hacia otros caminos.

Un comentario en ««Escuela de padres», artículo de Mikel Cuadra del año 2007»

  • el 31/08/2011 a las 13:54
    Enlace permanente

    Este comentario y seguramente otros , de igual índole, deben estar siempre en la mente de todos los deportistas, en los que claro está se incluyen a los padres. Éste artículo deben leerlo muchísimos y ahi lo dejo…….enhorabuena por él……..

Los comentarios están cerrados.