LA CATEDRAL hizo vibrar a 2.557 aficionados

Nostalgia, buenas sensaciones, emoción… Es lo que se siente cuando acudes al Pabellón Juan Ríos Tejera para ver y disfrutar del baloncesto-espectáculo que en los últimos años está ofreciendo el CB Canarias. La animación comenzó casi 90 minutos antes de lanzarse el primer balón al aire. El bar de la esquina -que estará echando de menos al representativo- volvió a vibrar con la entusiasta y agradecida «fiebre amarilla», que llenó el sitio y hasta entonó sus cánticos, Vamos, estaban calentando motores.

Me emocionó, porque cuando pasas de los 55 casi todo lo bueno te hace tilín en el estómago, cuando los chicos del Frente Los Pollos Amarillos -en la grada uno blanco fue pasando de peñista en peñista- vieron al hijo del recordado y querido Richy Bethencourt y comenzaron a corear el nombre del malogrado deportista (q.e.p.d.), cuya camiseta con el 8 fue retirada de la equipación aurinegra.

También los miembros de la Peña San Benito calentaban motores y se emocionaban con la vuelta a ese rincón mágico en el que vivieron en la década de los 80 los mejores momentos del canarismo, así como las últimas etapas del equipo de la Adecco Oro.

¿Lo mejor? el reencuentro con esos aficionados que, siendo aurinegros, no han querido bajar al Santiago Martín, con argumentos tan banales como que les queda lejos. ¡Mira que son vagos! (con perdón). Esa gente vibró con su Canarias y al final, contentos, algunos se me acercaron para decirme: «Lo ves, esto es especial. Hay que volver a la Catedral». No quieren aceptar la comodidad del Santiago Martín (aparcamientos, sitios amplios y numerados perfectamente que te permiten acceder con facilidad aunque llegues con el partido comenzado. Amplios pasillos para comentar en el descanso sin necesidad de salir a la calle… Los amplios palcos de prensa y radio). Pero bueno, seguro que cuando el equipo se coloque líder y se comience a especular con jugar la Copa Príncipe se animarán a acudir a un pabellón que fue construido pensando precisamente en el CB Canarias.

¿El partido? trabado. En parte por las lagunas defensivas del primer tiempo, permitiéndose que los bajitos entraran como Pedro por su casa sin que nadie les molestase. También se falló en el rebote, aunque cuando Middelton se cargó con su absurda segunda falta el rendimiento interior del Girona bajó.

Ellos hicieron un buen partido. Sí señor. Esta vez no fue un equipo simplón. En absoluto. Dentro de sus limitadas rotaciones lo hicieron francamente bien, de manera especial sus exterior. El retirarse en el primer cuarto con ventaja era el premio a su quehacer defensivo y a su efectividad arriba.

Alejandro movía el banquillo. Lo hace siempre. Si yo fuera el entrenador también lo haría. Y es que este año tiene dos pedazos de quintetos que asustan. «El Canarias es un Ferrari. Para mí es el mejor equipo de la Liga», dijo en sala de prensa Zan Tabak, quien fuera jugador y ayudante en el Real Madrid.

En el cuadro local salió a relucir la figura de un afortunada -aunque no haya nacido en las Islas- Richotti. El italo-argentino las enchufó con sencillez desde el 6,75. Richi y Jakim, demoledores bajo los aros. E intimidadores, obligando a los rivales a repetir sus movimientos por no disponer de espacios. Me maravillo con el juego del viejito de la Liga, con 45 años a sus espaldas.

Bajo mi modesta opinión Fotios, Heras y Chagoyen no rindieron ayer al nivel esperado. Cuando no lo hacen y el E-QUI-PO gana, es buena señal. Jaime se metió pronto con 3 faltas y se fue “cabreado” al banquillo. Fotios se sintió impotente al ver que nada le salía bien y por eso le pitaron una técnica que originó 4 tiros libres y posesión. A Jesús le faltó acierto, aunque atrás se fajó. Por cierto, le pegaron dos «viajes» al número 13 de ellos que casi lo tienen que ingresar. ¡Así hay que defender!

En la segunda mitad el Canarias dio otra imagen. Alejandro optó por situar a Heras de «uno», con Nico de «dos», dejando sentados a Sábat -muy bien ayer- y a Adrián, quien sigue falto de ritmo de competición. Las cosas salieron bien pues Richotti las seguía metiendo. De hecho acabó con 21 puntos. Pero ¡ojito! lo dice el coach: «Aquí ganan y pierden todos; no soy partidario de las individualidades». Y tiene razón, pero su opinión no impide que la mía, y la de muchos aficionados, sea que ayer Richotti salvó con sus aciertos al E-QUI-PO.

Luego, cuando parecía todo controlado y se ganaba por 10, malas selecciones de tiro y algunas cositas en defensa dieron aire a un asfixiado Girona que se volvió a meter en el partido con un preocupante 60-58. En ese momento Alejandro miró al banco y llamó a Jakim Donaldson quien, con Guillén, fortalecieron el rebote y el poder de intimidación, mientras que los exteriores pusieron los puntos desde el 6,75. Por cierto, el último Girona-Canarias acabó con triple de Levi Rost. Ayer, en la CATEDRAL, también. Eso sí, aquél fue más decisivo, aunque este sirvió para dejar la diferencia en +11, «beneficiando» a dos basketmaníakos que en PRONOS dieron esa renta.

Al final, como apenas eran las 8 de la tarde, la gente no se quiso ir del Ríos Tejera. Esperó al tradicional RIQUI-RACA y luego obligó a los aurinegros a volver al parquet. De hecho estábamos en sala de prensa y los bombos y cánticos de los peñistas no nos dejaban escuchar bien las declaraciones de Zan Tabak. «Ambientes como este no hay en la categoría, Ni un insulto, ni un problema a lo largo del partido. Una afición ejemplar y magnífica. Me gustaría jugar siempre con este tipo de afición«, piropeó el gigante Zan a la «fiebre amarilla». «¿Es que aquí ha ganado alguien?…» concretó.

Tras las declaraciones de Martínez cogí el coche y para la redacción. Ayer me tocó hacer vestuarios. La crónica la hizo Javi Soto. Tituló algo así como «El Iberostar sufrió ante el Girona». Yo hubiese titulado: «LA CATEDRAL volvió a vibrar bajo el empuje y la entrega de 2.557 hinchas canaristas«. No es una crítica. Son formas diferentes de enviar un mensaje al aficionado del equipo local.

Ahora, a preparar el TOURMALET. Vienen subidas importantes ante los grandes de esta Liga: Cáceres, León, Granada, Burgos, Menorca y Melilla. Eso sí, partido a partido.

¡Ah! y un mensajito para algunos que se confiesan «canaristas a muerte«. El entrenador no mete puntos, pero es de los «culpables» de estar con un 5-1. Los jugadores pueden tener un día bueno, otro malo y un tercero regular, pero son los jugadores del CANARIAS, no son rivales. Insultarles por fallar una canasta no es de buen aficionado. Eso sí, tienen derecho a gritar lo que les venga en gana en la cancha o delante del televisor, pero de ahí a descalificar a un entrenador o a un jugador cuando aquí gana o pierde el E-QUI-PO me parece una deslealtad. Como me parece una hipocresía ver a esos «aficionados» encontrarse con «ese» jugador y darle una palmadita en la espalda. Así no entiendo yo el SENTIMIENTO a unos colores.

Saludos a todos y a disfrutar del BA-LON-CES-TO. Por cierto, desde ya les invito a asistir el sábado a dos interesantes partidos en el Palacio de los Deportes de la capital tinerfeña: Uni Tenerife-Aguere (Liga Femenina-2) y el choque del Tenerife Baloncesto (Adecco Plata). Será una apasionante doble sesión: 18 y 20 horas