Cuando la edad no perdona

Cuando uno tenía 30 años y asumía a tope la información de la Vuelta Ciclista a la Isla disponía de ganas para, además, escribir de basket. Pero reconozco que con 55 tacos y después de cuatro horas con los ciclistas lo de abrir este blog una vez haces las tres páginas de la Vuelta me resulta complicado, prevaleciando el deseo de darte una buena ducha, bajar a la piscina del hotel de concentración y recuperarte mental y físicamente para la siguiente etapa.

Por eso pido disculpas a los basketmaníakos por no haber comenzado desde el jueves a hablar de basket, el deporte que nos une. Les prometo que a partir del lunes, una vez la Vuelta 2010 sea ya historia pasada, encontrarán en Basketmanía la más rabiosa a ctualidad, además de darles mis opiniones sobre esos temas que no salen a la prensa y otros que salen pero de manera tergiversada.

Llamaré a mi amigo Victoriano Rodríguez para que me cuente cosas, como los rumores que dicen que hay mal rollito con un periodista. O trataré de saber la verdad de la posible «unión» del Unelco con el equipo de la EBA.

Insisto, a partir del lunes, con las pilas cargadas y sin escribir al dictado de nadie, ni hacer la pelota a los políticos que se creen los dueños de los dineros públicos, les comenzaré a contar la vida y obra de nuestro baloncesto.

Ojalá que esta temporada todo nos vaya bonito y que el Isla de Tenerife Canarias, al que los que asistan al Santiago Martín seguirán gritando «Canarias, Canarias, Canarias» sea capaz de brindarnos un año cargadito de buenos resultados.

Un abrazo a todos y les dejo porque ya tengo a mi lado a los de la Vuelta y están diciendo: «Pero no está escribiendo de ciclismo sino de baloncesto». Y como a ellos sólo les dedico mi tiempo y cariño siete días al año, con motivo de la Vuelta (por cierto, no entenderé jamás la razón por la que sólo dos periodistas: Luis Fumero (Radio Isla) y un servidor, cubren la información insitu de esta gran prueba. Los otros esperan sentados en la redacción que la organización les envíen las crónicas. Esa es la gran diferencia entre el periodista acomodado y el que se lo curra. Fumero y Arias, es decir YO, llevamos ya 30 años siguiendo esta carrera.

Que me marcho. Hasta el lunes.