«Rodríguez-Jiménez y Asociados, y la ACB», artículo de Rony Martín (y II)

«Las últimas declaraciones de Victoriano, que mejor le queda el nombre de “Cho Vitoriano” por las magadas  (incongruencias y relatos y pensamientos oníricos) que dice y hace, no tiene desperdicio; por ejemplo,  arremete contra Manolo Gómez, Presidente de la Fundación por unas declaraciones de éste relacionadas con la incalificable
actitud del Presidente del TBC  SAD y sus adláteres al no respetar los acuerdos por un lado y al solicitarle que exponga los motivos en el  que basan su negativa a diligenciar los trámites; y para su defensa este, vamos a decir caballero aunque no se lo merezca, como siempre, actúa con una huida hacia adelante, acusa a Manolo Gómez de haber pertenecido a un consejo de administración del Tenerife dejando una deuda de un millón doscientos mil euros, a lo que añadió y cito textualmente, “A Manolo Gómez no se le puede dar ninguna credibilidad”, comentario más que suficiente para que aquel le presentara una querella por difamación.

¿Qué se saca en conclusión de las últimas actuaciones de  esta sociedad?, pues simplemente, que como ya han visto que el panorama está amenazando lluvia, intentan ahora buscar un paraguas para que esta no les empape, pero lo tienen muy difícil tal cuales son las posturas tanto del Cabildo como de la Fundación.

Me hace pensar que este enredo es como una película del indios, pero de las malas, por cuanto ahora, los buenos
(Cabildo y Fundación) van a la carga contra los malos (“Rodríguez – Jiménez y Asociados”) y es precisamente mala esta película porque, como es sabido, al final siempre ganan los buenos, como siempre tarde y en el último momento, casi cuando está apareciendo la palabra FIN, pero en este caso, si prospera el pacto con el Lucentum de Alicante, la batalla ha de costar nada menos que la suma de 2.400.000 € de dinero público (cuatrocientos
millones de pesetas) que equivaldría a entregar no menos de veinte viviendas para familias sin techo y que presumiblemente se han tirado a la basura como mínimo y si no es que -antes de que  lo incineren- puedan recuperarse pero, eso sí, va a ser tarde, yo diría muy tarde, si es que se recupera alguna vez, y  eso lo han propiciado hombres y mujeres ( no me atrevo a calificarlos para que no puedan querellarse, pero todos sabemos de qué categoría humana son) con nombres y apellidos a los que el Baloncesto de Tenerife les estará eternamente
agradecido y a quienes recordaremos como los fundidores del Tenerife SAD..

Ya ven ustedes lo mucho que ha aportado esta Sociedad Anónima Deportiva creada por las ambición desmedida de
algunos politiquillos, que por cierto han huido del escenario para no salir manchados, al Baloncesto de Tenerife y los desmerecimientos que se han granjeado sus rectores, los cuales se han hecho acreedores a que desde los juzgados se les remita alguna que otra citación, primero para que se les meta el miedo en el cuerpo,  para que tiemblen un poco y después para que paguen con una sanción equivalente a los caudales que, de una u otra manera y por su culpa, se han dilapidado. Pero me temo que de eso, nada de nada.

Y que conste que si pudiésemos monetizarlo también sería objeto de reclamación. ¿Cuánto costaría evaluar el
sufrimiento que se ha pasado por la incertidumbre creada ante su negativa a agilizar los trámites para la finalización del proceso no solo a los aficionados del Canarias, sino a los seguidores del Baloncesto de Tenerife?.

Pero a quien vamos a culpar ahora de todos los desaguisados que se han producido desde el final de temporada hasta
esta fecha, por supuesto a la Federación Española de Baloncesto y su pasividad ante una Liga Profesional llamada ACB a quien permite que arruine de forma inmisericorde a todos aquellos que tienen la desgracia de querer competir, con un sano deseo de superación, y participar en una liga que por su coste podríamos denominarla, en vez de ACB la “APM“ “A POR MILLONES” .

No hay derecho que, tanto en los momentos de crisis actuales como cuando la economía permitía el uso del dinero a manos llenas, que para competir haya que depositar cuatro millones y medio de euros (casi setecientos cincuenta millones de pesetas) más si añadimos, para poder conformar una plantilla medianamente competitiva, otros tres millones, (o sea, otros quinientos millones de pesetas más), todo ello nos da como resultado tener que desembolsar una friolera de casi mil doscientos cincuenta millones de pesetas.

Desde luego que las entidades bancarias no están por la labor, eso se cae de maduro, pero aún si los bancos pudieran
prestar esa suma de dinero, el coste en intereses que habría que pagar sería del orden de sesenta y dos millones y
medio de pesetas
anuales, y por ello me asaltan algunas incógnitas sobre la continuidad de esta Liga elitista.

Con una prima por encima de los quinientos cincuenta puntos, con un país próximo a caer en la recesión, con un
gobierno a punto de tener que pedir un rescate -ya lo ha hecho pero solamente para salvar a la banca- situación en donde nos han metido otros  políticos descamisados, sin principios y con las únicas metas de embolsarse los dineros públicos y fijarse cada vez mayores sueldos, dietas y pensiones. La existencias de esta Liga, solo por el prurito de tener una competición privada casi calcada e la NBA porque eso sí copiar lo malo si sabemos) aunque tenga que ser sustentada a base de millones, muchos de los cuales desaparecen de España como una sangría incesante, y, me pregunto, ¿Deportivamente, la Federación Española de Baloncesto no habría de tomar cartas en el asunto? Y,
ante el flagrante despilfarro ¿Puede el Gobierno de España, ante la evidencia de que los clubes que participan en competiciones deportivas nacionales de cualquier deporte, no solo del baloncesto, terminan en la ruina y además teniendo que nombrar interventores concursales para controlar la disoluciones de las sociedades anónimas deportivas y para que los acreedores puedan recibir unas migajas a cuenta de los impagados y viendo al mismo tiempo como caen estos suministradores por falta de pago, cerrando sus empresas y aumentando consecuentemente el paro, no tomando cartas en el asunto ni siquiera para averiguar dónde se va tal cantidad de dinero? ¿No podría Hacienda cerrar la salida de divisas españolas producto del deporte ante la evidente descapitalización nacional?

La ACB, que es a quien nos referimos especialmente, necesita un freno de inmediato o terminarán por jugar solo los
grandes, cuatro o seis clubes. Pero para arreglar este despropósito bastaría conque la Federación Española crease la LEB Platino del baloncesto español a la cual ascender o descender por los procedimiento establecidos para el resto de las competiciones, y aquellos otros que tengan medios suficientes –pero sin ninguna clase de subvenciones, por supuesto- que se vayan a jugar a una Liga Europea, o que soliciten participar en la NBA; con sus dineros que vayan donde ellos quieran.

Los españolitos, en estos momentos, no nos podemos permitir el lujo de derrochar tanto dinero, y si alguno no no lo cree, que se lo pregunten a todos estos equipos que están atravesando graves problemas económicos y que posiblemente algunos deban desaparecer si no lo han hecho ya, como por ejemplo  Menorca, Granada, León, Girona, Tarragona, La Palma, Mallorca y el Alicante, de momento, más otros tantos que no han podido ascender por falta de recursos, además de otros pocos que definitivamente desaparecerán de las competiciones, y sin olvidarnos de los equipos femeninos en igual trance aunque no participen en ACB, pero a ellos, eso nada les importa en absoluto mientras otros le sustituyan. Eso es precisamente lo que no hay que hacer, que la Asamblea de Clubes de la LEB tome el acuerdo de que nadie les sustituya, que se queden solos, verán como se tienen que bajar del burro. Todo es a base de millones con una mamadera que inexplicablemente nadie denuncia…algo debe haber.

Pero, si a un padre de familia intenta “coger prestado” algo para dar de comer a sus hijos, si lo “trincan” (expresión
muy nuestra) le cuesta la cárcel; pero a otros que están ahí, sabiendo quienes son y además con una seguridad absoluta y sin lugar a dudas, en donde no cabe -dada la certeza- siquiera la presunción de inocencia, también con casi absoluta seguridad, van a quedar absueltos y sin castigo, ni siquiera un castigo ejemplarizante para que nadie pueda caer de nuevo en la tentación de desobedecer las consignas y dilapidar además los caudales públicos… eso sería poco menos que “pedirle peras al olmo”  y a estas alturas, todos sabemos que clase de frutos dan esos árboles.

Rony Martín

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