«Cada cual en el sitio que se merece», por Rony Martín

Puede ser que al fin y a la postre haya que agradecer a ciertos personajes que se convirtieron en antagonistas del derecho a un ascenso administrativo. Si contemplamos que en vez de pagar cuatro millones y medio solo se ha tenido que pagar dos millones seiscientos mil euros, y si las matemáticas no han sufrido algún recorte de los de Rajoy, resulta que su empecinamiento ha servido para proporcionar al Canarias un ahorro que ha ascendido a nada mas ni nada menos que a un millón novecientos mil euros, unos trescientos dieciséis millones de pesetas.

Se dice que no hace daño quien quiere sino quien puede. Durante un período de tiempo bastante largo, pues ha durado mas de una liga con lo que ello significa deportivamente, se ha tenido que soportar todas las aberraciones imaginables por parte de algunos que se cuentas con los dedos de la mano, al erigirse -por supuesto con la complicidad por omisión de quienes han tenido la obligación de velar y exigir cumplimientos, pero que no lo hicieron- sin más derecho que el que dimana de una simple invitación, pero que a estos interpretaron como una concesión ilimitada de derechos y que han terminado por creerse los dueños de una sociedad anónima deportiva que han dejado, por su pésima gestión, totalmente en declive y abocada a una posible desaparición al menos del baloncesto nacional, pero que por su deplorable actitud la han conseguido con pleno merecimiento.

Otros, sufriendo en silencio la incomprensión de su actitud, luchando denodadamente ante todas las adversidades, desde no poder competir con el CIF de la otra, a no disponer de canon suficiente, o a permanecer impasible y expectantes hasta que a los señores de la ACB se dignaran dar una respuesta a sus pretensiones, etc. etc. pero finalmente, en otro acto lleno de coraje de los directivos del Canarias, supieron presionar oportunamente para lograr una respuesta antes del plazo fijado por aquellos, con la amenaza velada de renunciar a participar en la segunda mejor liga del mundo.

Hoy felizmente, podemos decir con todo el orgullo de laguneros y aurinegros que una vez más, el refranero español es sabio y que cada cual ha de ocupar el sitio que por su trabajo y por sus acciones se merece. Los que con cuyo comportamiento incívico propiciaron las situaciones más desfavorables para el Baloncesto de Tenerife, hoy están en la ruina deportiva y económica postergados en una competición inferior; los otros, los que se lo ganaron tanto en el parquet como en los despachos, por un lado quedando campeones de la LEB Oro, aparte de haber ganado también la Copa del Príncipe, y  por mor de un perfecto trinomio económico-deportivo-administrativo están situados en la cúspide del baloncesto nacional ostentando con orgullo ser los legítimos representantes del Baloncesto de Élite de Tenerife. Lo dicho, cada cual ha de ocupar, el sitio que se merece.

Rony Martín