Fernando Romay: «Me gustaría haber sido atemporal»

En entrevista con la Agencia EFE, el único coruñés que había logrado medalla en unos Juegos hasta que este mes la regatista Sofía Toro le arrebató ese honor con un oro en vela, elogia a los subcampeones olímpicos de Londres y el rendimiento del deporte femenino, para el que reclama mayor atención
Carlos Alberto Fernández. La Coruña, 22 ago. 2012 (EFE).- A Fernando Romay le habría gustado ser «atemporal», haber conquistado la plata que ganó en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 84 pero también haber coincidido con la generación de los hermanos Gasol y compañía, que ha plasmado en la cancha el concepto de «equipo nacional» que instauró Díaz Miguel, al que siempre recuerda.

«Querría haber vivido mi etapa y esta. Me gustaría haber sido atemporal»
, apunta Romay, que en septiembre cumplirá 53 años y que, con sus 2,13 metros de altura, tiene un palmarés espectacular en el que figuran, además de la plata de Los Ángeles y del Eurobasket del 83, 7 Ligas, 5 Copas, 2 Copas de Europa, 2 Intercontinentales y 1 Copa Mundial de clubes, entre otros trofeos, todos como jugador del Real Madrid.

A pesar de ese currículo, no esconde un sentimiento de «envidia», sana, por supuesto, de la selección actual, que fue capaz de subir la cotización del oro que se llevó Estados Unidos en Londres.

«Me da envidia el equipo y los jugadores. En mi puesto podría ser Marc Gasol. Me da envidia cómo juega, lo que hace, la habilidad que tiene. Pau también me da envidia. Hasta sale guapo en las fotos. Yo no tengo ninguna foto en la que salga guapo, siempre tengo cara de estrés», ríe.

(ACB Photo)

En Londres se acordó una vez más de Fernando Martín, de Andrés Montes, pero, sobre todo, de Díaz Miguel, con el que logró la plata de Los Ángeles: «Era un apasionado del baloncesto y ver los éxitos del equipo nacional, de ese concepto que él creó por encima de la selección, verdaderamente le habría gustado».

«Este equipo se supera a sí mismo constantemente. Esta medalla de plata tiene un mérito tremendo por cómo estaban muchos de jugadores, castigados por una temporada tremenda y que encima van y en el último partido hacen un partidazo. Estaban cabreados por no haber ganado a los americanos», señala.

«Me decían que podían haber ganado tranquilamente. Eso da una sensación de poderío increíble»,
abunda Romay que no vio «suspicacias» detrás de la derrota de España ante Brasil que evitó el cruce con EEUU hasta la final de unos Juegos que comenzaron con Pau Gasol como abanderado español.

«Pau lucía hasta guapo. Llevaba la bandera con porte. Es un líder dentro de los Lakers y venir al equipo nacional no le va a dar mucho más mérito sino mucho más compromiso y eso había que premiarlo. Que el abanderado haya sido un jugador de baloncesto indica el nivel que tiene este deporte en España»
, se congratula Romay.

En Londres dejó de ser el único coruñés con medalla en los Juegos y, además, le superaron con un oro, el que logró Sofía Toro en Match Race Elliot 6, un éxito que le agrada.

«Mucho han tardado en quitarme el mérito. Los méritos están para batirlos. Ella lo ha hecho muy bien y además es mucho más guapa que yo para lucir la medalla. Le doy la enhorabuena y también a ese gran olvidado que es el deporte femenino. Hay que prestarle más ayuda y hacerle más caso porque nos han dado una lección en estos Juegos», reclama.

El pasado 24 de mayo, el también se colgó una medalla, la distinción al mérito deportivo de Galicia: «Este tipo de medallas son geniales porque no premia un momento, una acción, sino una trayectoria y eso indica que te han salido muy bien las cosas durante mucho tiempo», dice.

Es del Real Madrid, también del Deportivo, el equipo de su juventud y al que apoya su hija, porque le «parece una ordinariez tener un solo» escudo ya que, razona, «lo normal es que te lleves tristezas».

Cree que esta temporada la ACB va a ser «apasionante», a pesar de la crisis, «que llega a todo el deporte» y que dificulta la supervivencia de equipos como el único gallego de la Liga Endesa, el Obradoiro, que estuvo en peligro en su conversión a Sociedad Anónima.

«Es bueno tener un referente en ACB para esa cantera que hay en Galicia», como la del Basquet Coruña, con el que tiene vinculación por su amistad con el presidente Carlos Lamora, que le ha hecho, en las redes sociales, algún guiño para ser directivo.

«Está de cachondeo. Decía que se quería retirar y que yo era su sucesor. Lo lleva claro. Él lo está haciendo muy bien y tiene que sufrir un poco su cargo. Luego ya veremos que pasa. Yo colaboro con amistad, charlas, pero nada más. No hay nada. No empieces a liarla que no. Lo habrá dicho él que no quiere trabajar», advierte, con humor y una carcajada, Romay.

El humor forma parte de él, como el baloncesto, inseparable: «He vivido desde los 14 años baloncesto hasta ahora, que tengo 52. Me cuesta mucho desligarme de él. Mi trabajo en la Federación y toda mi vida gira en torno al baloncesto».