Asier Amador y el motivo de su dimisión

He tenido la oportunidad de conocer la versión de Asier Amador sobre los motivos que le llevaron a tomar la decisión de presentar su dimisión como consejero del Tenerife CB SAD. Y les garantizo que yo en su lugar -y no tengo por qué dudar de su palabra- , hubiese adoptado la misma postura, aunque tal vez me hubiera ido unos cuantos meses antes. Asier no quiere, de momento, ni entrevistas, ni contestar a quienes le han insultado y descalificado de manera despiadada, pues me dice, sencillamente: «No es mi estilo y prefiero ignorarlos».

Asier Amador siempre ha contado con mi amistad pues tuve el placer de compartir estudios con Raimundo, su padre, con el que me enfrenté, dentro de un campo de fútbol, cuando él era el portero del Rayo lagunero y un servidor delantero centro del Arguijón, de La Cuesta. ¡Tiempos aquellos! que te permitían jugar al basket los sábados y al fútbol los domingo… También viví el crecimiento cestista de Asier, tanto en su etapa de jugador de la cantera como cuando defendió la camiseta del primer equipo del CB Canarias o del Tacoronte. Luego le vi convertirse en profesional en asuntos empresariales, que le llevaron a la gerencia del CB Isla de Tenerife, a formar parte del área de Deportes del Cabildo, a colaborar con el OAD de La Laguna para convertirse en consejeri del Tenerife CB SAD.

Asier Amador -y esto lo saben sus amistades más próximas- se negó a aceptar el presupuesto elaborado por el consejo de administración para una temporada reciente. Al parecer, se establecieron cantidades para el capítulo de gastos que no guardaba relación con el de ingresos. La mayoría lo aprobó y Amador dijo que se hiciera constar en el acta de esa reunión su rechazo a dicho presupuesto. «En ese momento, lo reconozco, tuve que haber dimitido, pero no lo hice»,  me confesó.

Entre tanto, su lucha fue por ajustar la situación económica al máximo, como había hecho años anteriores, siendo parte determinante en la elaboración de los famosos reajustes que sirvieron para sacar a la entidad de los número rojos, si bien es cierto que siempre acababa la historia con el Cabildo salvando la papeleta.

Por lo visto, esa labor de desgaste le originó algunos problemas con quienes pretendían gastar cinco euros cuando en la caja sólo habían tres. La bola, el desengaño, la pérdida de confianza y todo lo que el lector quiera añadir fue aumentando hasta que llegó el día en el que Asier Amador alzó su voz y dijo: ¡Basta ya!

Se fue, pero lo hizo como entró, de manera silenciosa, pues entiende que no le corresponde ningún protagonismo y que llegó al club para aportar su granito de arena con el fin de sacarlo del pozo y reconvertirlo en una SAD sin tantos problemas económicos.

El lector se preguntará ¿y recogió Agustín Arias la versión de l presidente o del portavoz del Tenerife CB SAD sobre esta dimisiòn? Por supuesto que lo intenté pero, desgraciadamente, en esta entidad la respuesta siempre es la misma: O «No coment» o «no tengo noticias de ello» o «lo sabrán en su día los accionistas en la Junta«, aunque últimamente la frase más repetida por el presidente del Tenerife CB SAD es esta: «No entiendo por qué le da a la gente por sacar las cosas malas o negativas del club«…

Me viene ahora a la mente una entrevista amplia con determindo dirigente de club quien, al formularle una pregunta de las llamadas «peliagudas», me dijo: «¡Hombre!, no me hagas esas preguntas. Mira que si se enteran en casa».  Estaba relacionada con temas económicos, pues los hay que incluso se arriesgan a poner en peligro su patrimonio para conseguir que una entidad bancaria conceda al club un crédito. 

Con este artículo no pretendo ni crear polémicas, ni busco enfrentamientos ni malos rollos con los aficionados del Tenerife Rural. Sólo hacer justicia, con los datos que aporto, a una persona que dedicó muchas horas al Tenerife CB SAD y al que se ha querido desprestigiar. Y si alguien del consejo de administración considera que lo que se ha expuesto aquí no se ajusta a la verdad, con mucho gusto le cederá este modesto blog para que nos ofrezca su versión de los hechos. Porque no hay nada más digno que hacer llegar la verdad a quienes viven el día a día de una u otra entidad deportiva.