Paco Rengel: Adiós a un gran señor y excelente periodista
Día muy triste para el periodismo deportivo español y, en concreto, para el del baloncesto. El periodista malagueño Paco Rengel ha fallecido hoy, a la edad de 52 años, tras sufrir un cáncer. La triste noticia me la dio esta mañana Richi Guillén, jugador del CB Canarias, quien conocía muy bien a Paco pues fueron muchos los años en los que el pívot tinerfeño militó en el Unicaja.
Rengel, que desarrolló la mayor parte de su carrera profesional en Diario SUR de Málaga, donde empezó como redactor, fue posteriormente creador y propietario del periódico digital ymalaga.com, así como de la página web de información de baloncesto basketconfidencial.com.
Paco Rengel centró fundamentalmente su labor profesional en su gran pasión, el baloncesto, deporte del que fue uno de los impulsores en Málaga.
Doy fe de su amabilidad, de su respeto y cariño por sus amigos periodistas, siendo en todo momento un gran anfitrión. Recuerdo un viaje con el CajaCanarias a Málaga, para hacer la crónica de un partido de la Liga ACB frente al Caja de Ronda (hoy Unicaja). Nos conocíamos antes por el intercambio de información de clubes, pero siempre a través del teléfono. Esa noche en la que llegamos al hotel me espera mi amigo Paco en recepción. «De hotel nada, tu te vienes a mi casa», me dijo enrabietado por no haberle avisado de mi ida a su ciudad, aunque se había enterado a través de Norberto Chijeb, también buen amigo de Rengel. Fui a su casa, donde él y su encantadora señora me trataron como un hermano mayor (le llevo cinco años a Paco). No acepté quedarme en su casa pero sí cenar esa noche, almorzar la siguiente… además de ofrecerme su lugar en la redacción del diario SUR, en el que era jefe de deportes.
Sabía, tanbto por Richi Guillén como por Alejandro Martínez, que Paquito, mi amigo, pasaba por esa maldita enfermedad, pero tanto por teléfono como por Facebook me tranquilizaba con su optimismo característico. «Lo voy a superar; estoy bien», me decía. Pero no, ese partido lo perdió. Se nos fue un gran periodista y una extraordinaria persona, con la que compartí muchas canchas, tanto en partidos directos de nuestros equipos representativos, como en fases de la Copa del Rey. Hubiese querido estar desde ayer en Vitoria, pero no le fue posible.
Paco Rengel fue un periodista valiente. De los que se visten por los pies. Jamás se casó periodísticamente con nadie pues siempre tuvo claro que solo vale la pena arropar y ayudar a los que hacen las cosas bien. No le tembló el pulso cuando se hacía necesario sacar a la luz pública trapos sucios que descubrió en el Unicaja de Málaga, lo que le trajo graves consecuencias profesionales, al punto de perder su trabajo en el diario. Eso sí, siguió escribiendo de su pasión, el basket, desde ese gran blog de reconocido prestigio nacional llamado basketconfidencial.com.
Paco escribió un libro polémico, en el que dio a conocer el intento de soborno que recibió por parte de ciertos personajes malagueños, directivos de una entidad bancaria estrechamente ligada al basket. Aceptó una reunión y, como se esperaba alguna sorpresa, optó por llevarse la grabadora en el bolsillo y la puso a grabar. «Me ofrecieron» me dijo «liquidar mi hipoteca con ellos si cambiaba mi línea editorial». No solo no aceptó el chantage sino que lo denunció a sus propios jefes, aunque no encontró la complicidad que en estos casos busca el periodista en sus jefes.
Sí, sus amigos, que son legión, vivimos hoy con tristeza tan mala noticia. Se nos fue una persona alegre, divertida… Siempre dejaba claro que era andaluz de los pies a la cabeza, de ahí su forma de respetar, admirar, defender… a quienes hacen las cosas bien por el baloncesto.
El entierro de Paquito Rengel tendrá lugar mañana sábado a las nueve de la mañana en Parcemasa (Málaga). Rezaré por tí, querido amigo y siempre te recordaré como tú has querido, como un caballero amigo de sus amigos y un periodista ejemplar, incapaz de ocultar una verdad que le hacía daño al deporte de su tierra y, en especial, al BA-LON-CES-TO.
DESCANSE EN PAZ PACO RENGEL