La profesionalidad es ese concepto al que hay que acudir ahora que el desgaste físico y emocional es enorme y a cualquiera le apetecería otra cosa que jugar al baloncesto. Pero la temporada no acaba el 13 de abril, sino que a los hombres de negro aún les quedan un mes y algunos días más antes de recoger los bártulos y ceder el protagonismo a la gente de los despachos. El deporte siempre da revanchas y el Bilbao Basket tiene la oportunidad de cerrar la Liga regular con la mejor clasificación de su historia y, quién sabe, volver a poner pie en las semifinales.

Pero para eso hay que ganar algunos partidos más. En esta jornada que el equipo bilbaino ha estado ocupado en Charleroi se han dado algunos resultados sorprendentes, como las derrotas caseras del Real Madrid y el Barcelona, que han apretado los puestos de play-off. El Bilbao Basket, ahora mismo, tiene 17 victorias y un partido menos que los demás, el que tiene que jugar ante el Caja Laboral. Con un triunfo más o una derrota del Unicaja, casi aseguraría una plaza entre los ocho mejores por quinta vez en seis campañas, pero el objetivo debe ser conseguir la mejor posición ante la lucha por el título.

TODO ABIERTO

Los de Fotis Katsikaris optan a ser terceros, pero también podrían caer hasta la séptima plaza si se descuidan. En los seis partidos que faltan para acabar la Liga regular, tienen que visitar al CB Canarias, al Cajasol y al Blusens Monbus y recibir al Caja Laboral, al CAI Zaragoza y al Valencia Basket, duelos estos dos últimos que serán decisivos ya que ambos son rivales directos ante los que el Bilbao Basket cayó en la primera vuelta. Volver a perder supondría quedar rezagado y dar un paso atrás en las aspiraciones de hacerse con el factor cancha para la eliminatoria de cuartos de final.

Los tres encuentros en Miribilla son los que marcarán el termómetro de la confianza de la afición en su equipo y los que tendrán que servir para restañar las heridas que ha dejado la final de la Eurocup. Ganar es la mejor medicina para el deportista y acabar la temporada con una buena cara dejaría Charleroi solo como un mal recuerdo, no como un punto final. El partido del domingo ante el CB Canarias debe servir para una nueva demostración del carácter luchador del que hace gala el Bilbao Basket. El pasado sábado recibió uno de sus golpes más duros, pero de esos también hay que levantarse. Es hora de hechos, no de palabras.