El Barça Regal se reencuentra a sí mismo para regresar al Palau (60-70)

 
¡Habrá quinto partido! El Barça Regal mantiene vivo el sueño de la Final Four tras mostrar poderío y dominar ante el Panathinaikos (60-70), con un Navarro decisivo, un gran Tomic y unos recuperados Huertas y Lorbek

Redacción, 18 Abr. 2013.- Atenas no fue suficiente. El Barça Regal se reencuentra a sí mismo y a algunos de sus hombres más importantes para sobrevivir en Grecia. Habrá partido de todo o nada. El Palau Blaugrana será la última estación hacia Londres. El FC Barcelona Regal, tras una victoria de gran mérito, se jugará el match ball en casa.

El factor pista ha vuelto a manos azulgranas, después de sobreponerse a la barrera mental que parecía haber impuesto el Panathinaikos sobre el conjunto culé y sobre varios de sus referentes. El Barça Regal llevó la iniciativa durante la mayor parte del partido. Hasta el punto de acallar por instantes al OAKA, que ha sufrido los malos porcentajes de su equipo (47% en tiros de dos y 22% en triples).

Y eso que los griegos reaccionaron en el segundo cuarto, llevando el encuentro a su terreno. Pero el Barça Regal mostró fortaleza mental para volver a escaparse y para soportar el arreón final ateniense, gracias, sobre todo, a un Juan Carlos Navarro (17 puntos) que anotó dos triples clave para enfriar el feudo del trébol. Antes Ante Tomic (16 puntos) había estado por momentos sublime, Marcelinho Huertas se había convertido de nuevo en peligro anotador (10) y Erazem Lorbek, en la segunda mitad, recuperó también parte de su nivel perdido. El Barça Regal se reencontraba con sí mismo, con su dominio acostumbrado y se gana el derecho al quinto partido. A jugársela en casa.

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Cambio de guion

El Barça Regal empezaba modificando completamente el guion inicial de los anteriores encuentros de la serie. La apuesta contra la especulación griega era evidente, con Marcelinho Huertas, Juan Carlos Navarro y Álex Abrines de inicio. En defensa, la zona 2-3 volvía a ser el recurso aplicado para compensar las debilidades defensivas. Y los resultados parecían ser inmediatos: 0-4 de arranque, con Huertas estrenando el marcador. La certificación de la peligrosidad del brasileño era una de las mejores noticias para los azulgranas, tras su intrascendencia en el tercer choque, en el que se quedó sin anotar.

Los problemas llegaban en defensa, cuando los mayores espacios que la zona ofrecía a Sofoklis Schortsanitis para jugar al poste bajo terminaban en canasta. O en falta, como le sucedía a Nathan Jawai, que cometía su segunda personal en apenas tres minutos. El Barça Regal regresaba a la defensa individual (la alternancia sería constante durante todo el encuentro, en función de los quintetos dispuestos en la pista), para frenar ese desequilibrio en la pintura. Y eso que en ataque todo parecía funcionar mucho mejor: con 4/4 en tiros de dos, los catalanes controlaban el marcador (4-9 en el minuto 5). El equipo de Xavi Pascual era más incisivo, estaba más cómodo y hasta buscaba una cierta velocidad en ataque a la que ni siquiera había podido aspirar en los anteriores encuentros.

Argiris Pedoulakis se veía obligado a parar el encuentro. Pero, tras el parón, Huertas amplió la renta con un tiro a tabla (4-11). Con esa máxima ventaja, los árbitros obligaron a detener una molesta sirena que emitían los altavoces del pabellón. Únicamente en los ataques del Barça Regal. Aunque la petición de los árbitros se cumplió durante escasos momentos.

Pero los hombres de Xavi Pascual parecían más cómodos que en anteriores guiones de partido. El ritmo había crecido ligeramente (los tiros se sucedían a mayor velocidad, aunque volvía a aparecer el desacierto, especialmente desde la línea de 6,75), y eso favorecía a un Barça Regal que se colocaba 6-13. Aunque Schortsanitis regresó a la pista para imponer su orden. En cuanto el pívot griego se iba al banquillo con el 9-13, el conjunto catalán regresaba a la zona 2-3. La iniciativa tenía color azulgrana. El marcador, también. Y es que, con un triple de Joe Ingles (tras el 0/7 de su equipo), la diferencia alcanzaba ya los 10 puntos (10-20) al final del primer periodo.

En la reanudación, el Panathinaikos mostró su enorme capacidad para castigar cada pequeño error. Una pérdida de Sarunas Jasikevicius terminó en un espectacular mate al contraataque de Michael Bramos. Pero el Barça Regal no se frenó. Siguió siendo incisivo en ataque, penetrando a la búsqueda de la falta personal, lanzando sin temor al error. Y, lo más importante, castigando a su rival a base de rebotes ofensivos. Uno de Ante Tomic permitía a Jasikevicius colocar una nueva máxima diferencia (14-25). No solo era la ejecución, sino la determinación ofensiva, lo que estaba lanzando al FC Barcelona Regal en el marcador.

El juego de las anomalías

El Panathinaikos respondía con un anómalo trío interior en pista: Lasme-Tsartsaris-Gist. Esa ventaja interior castigaba al Barça Regal. Y, en defensa, con James Gist defendiendo a Jasikevicius, el base lituano se veía con una aparente ventaja que le incitaba a buscar penetraciones sin éxito. Pascual reaccionaba colocando a un tercer interior. Jawai, Lorbek y CJ Wallace (convertido luego en Tomic-Lorbek-Wallace) a la vez en la cancha, en una composición absolutamente novedosa para el conjunto azulgrana. La iniciativa táctica volvía a estar en el tejado ateniense. Aunque la ventaja en el luminoso seguía siendo azulgrana, pese a su atasco anotador, que Sofo aprovechaba para reducir diferencias (20-27).

Panathinaikos, con una nueva rareza defensiva, había vuelto a secar al conjunto culé. Con tres hombres altos, el Barça Regal no se encontraba cómodo en ataque. Y los tiros exteriores no entraban. Sí lo hacía el de Bramos, que armaba la fiesta en el OAKA, tras reducir la desventaja hasta los cuatro puntos (23-27).

Cuatro minutos sin anotar era tiempo suficiente para el regreso de las dudas. Pero, con un quinteto clásico de tres exteriores y dos interiores de nuevo en pista, los de Pascual retomaron el camino de la anotación. Primero con la determinación de Abrines y, después, con la de Navarro. El castigo de Schortsanitis (11 tantos al descanso, su mejor actuación de la serie) igualaba la contienda. El marcador al paso por vestuarios era, una vez más, escaso (27-31). El Panathinaikos había acercado el encuentro a su terreno.

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Escapar, certificar, ganar y a Barcelona

Panathinaikos se acercaba a dos puntos justo después del descanso. El Barça Regal siguió por delante, combatiendo a Sofo en defensa y manteniendo el pulso en el juego táctico de constante acción y reacción, del que salían parcialmente vencedores. Lorbek y Tomic anotaron un par de canastas de media-larga distancia y el croata culminó un alley-oop lanzado por Huertas que permitía escaparse por ocho puntos (31-39). La recuperación fue completa cuando Lorbek certificó el regreso de su lanzamiento exterior y Huertas se convirtió en un hombre realmente peligroso en ataque. El triple del base cerraba el parcial de 0-12, que lanzaba al Barça Regal a su máxima ventaja del partido (31-45). Un mundo, teniendo en cuenta las cifras en las que se movía el partido. Pero, sobre todo, teniendo en cuenta lo que suponía: que el Barça Regal mostraba dureza mental para volver a escaparse justo cuando el Panathinaikos parecía haberle llevado de nuevo a su terreno.

El conjunto del trébol mostró una rápida reacción, gracias a dos rebotes ofensivos que propiciaron un 4-0, pero su lanzamiento exterior cayó y el Barça Regal se serenó después de un par de ataques marcados por la precipitación. La diferencia volvía a ser amplia: 35-49. La clase de un Ante Tomic espectacular llegaba a colocar el +16. El Barça Regal sumía a los atenienses en el desconcierto.

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Y, en la primera jugada del último periodo, Navarro encestaba un triple que ponía los decibelios del OAKA bajo mínimos. El FC Barcelona Regal buscaba finiquitar el encuentro. Sin especular en ataque, los azulgranas parecían tener aprendido que el Panathinaikos posee una extrema habilidad para incrementar las condenas. Los 17 puntos de ventaja que colocaba un nuevo triple de Erazem Lorbek (40-57) permitía huir de aquello que había condenado ya por dos veces al conjunto catalán: el final apretado.

El Barça Regal se había sacudido la presión. El Panathinaikos respondía con una canasta de Stephane Lasme y un triple de Jonas Maciulis, pero ni así perdían la compostura. Marcelinho Huertas aparecía para refrigerar las ilusiones verdes, que, sin nada que perder, se lanzaban al ataque. Bramos, con su segundo triple, dejaba la diferencia en 10 (50-60).

Tras el tiempo muerto de urgencia por el parcial de 3-10, era como si los miedos volviesen a hacer acto de presencia. Víctor Sada fallaba una canasta que parecía hecha y Lasme reducía la diferencia de los mitológicos 10 puntos.

Pero aparecía, entonces, Juan Carlos Navarro, para jugar al frío y calor con el OAKA. Un triple ponía la diferencia de nuevo en 11 (52-63). Y volvía a la carga para colocar lo que parecía la sentencia. Nuevo triple para el 52-66, a menos de dos minutos para el final. El Panathinaikos lucharía, pero ya era insuficiente para que Atenas dictara sentencia (60-70).