«PERSONAJES», artículo de Pablo Casado en el suplemento de EL DÍA

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Pablo Casado
Exentrenador del CB Canarias

Conocí  al personaje que nos ocupa, el CB Canarias, que cumplirá 75 añitos, con 23 años y yo un lustro menos, cuando vine desde Las Palmas a estudiar a La Laguna y me ficharon. Yo era más bien “maloso”, pero en aquellos tiempos sin extranjeros medir 1,91 era un valor a tener en cuenta.

Debuté en el partido de presentación del equipo, que se jugó en la cancha Anchieta contra el Náutico, que tenía un superequipo con los hermanos  Monje, los Alfambra, Tavío, Plasencia, etc, entrenados por Pepe Cabrera.

Jugué en el Canarias las temporadas 62-63 y 63-64 hasta mi marcha a Madrid a estudiar Arquitectura. Recuerdo algunos del equipo: Adrián “el moro”, Juanito Miranda, “Margarito”, Díaz Llanos.

Yo aprendí bastante en los 2X2 que jugábamos a mediodía entre Adrián, Juanito, Yusi y yo.

De mi época de jugador guardo anécdotas. Recuerdo el primer triunfo del Canarias en Icod de los Vinos, plaza catalogada difícil, sobre todo por la presencia de dos hermanos, muy altos, que encima sabían jugar. Nuestra hazaña fue que después de ir perdiendo todo el tiempo conseguimos levantarles el partido con solo tres  jugadores en cancha. Lo celebramos desde las 13:30 que terminó el partido haciendo “escalas técnicas” en todos los guachinches desde Icod a La Laguna. La fiesta acabó de noche en el bar La Carrera.

En la temporada 64-65, mi hermano Salvi se quedó, como entrenador, campeón de Canarias con el juvenil, ¿sería una premonición?

Como entrenador, mi relación comienza en 1979, cuando en Madrid se puso en contacto conmigo Federico Isidro de Lis. La idea no sé si salió de él o de Pepe Cabrera. Federico me conocía por haber entrenado a un hijo suyo en un juvenil del Estudiantes. Fiché por un año, en la temporada 79-80. Además del primer equipo se trataba de “hacer” en el Luther King una especie de Ramiro de Maeztu.

El Canarias militaba en 1ª B, las “fuerzas vivas” las presidía David García Linares y estaban Adolfo García Delgado, director-propietario del colegio Luther King, las instalaciones donde jugábamos, el vice era Miguel Suárez Naveiras; Federico Isidro de Lis, director de la Caja Rural y espónsor; Jorge Zurita, el secretario; Paco Martínez, el “matasanos”; Jorge de Dios… Pepe Cabrera, el secretario técnico, formó un equipo joven con mayoría de su Isla, La Palma.

Durante las conversaciones con el Club, yo había pedido que me buscasen un estudio  de Arquitectura, pues me faltaba sólo el proyecto fin de carrera. Así conocí a Luis Sanson-Chirinos, que me permitió colaborar en varios proyectos suyos. Durante los cuatro años que permanecí en la Isla, la familia Sanon-Chirinos Lecuona fue de gran apoyo para mí, sobre todo en los momentos malos. Mantenemos una entrañable amistad.

Antes de finalizar esta primera temporada, David me preguntó por el tiempo de subir al equipo, le dije dos años, tal vez un atrevimiento ya que el Canarias nunca había estado en 1ª, firmé por dos años.

Subimos en el primero. Dentro de lo que he vivido en mis años de entrenador  lo que recuerdo con más emoción fue el día que se produjo el ascenso,  además en casa. El Canarias contaba con una afición volcada con su equipo, que explotó el día que por primera vez en su historia vieron al Club en la élite del baloncesto nacional.

No se me olvidará ver al padre Adán y a don Juan Miranda llorando como dos colegiales. La Laguna en peso vibró y festejó el ascenso, especial mención a la Peña San Benito y su mentor Fandiño, que si bien en algunos momentos  fueron duros conmigo, cuando ya en 1987 estaba entrenando al Villalba y nos visitó el Canarias me entregaron una placa en recuerdo de mis años en La Laguna.

Como se habían cumplido las expectativas, creí que estaba libre y le dije al Estudiantes que quería volver. Cuando se lo comenté a David y a Pepe me dijeron que tenía que cumplir el contrato.

Mi tercera temporada con el equipo ya en Primera comenzó con varias cosas negativas, la primera es que los dos “cinco” con los que habíamos ascendido nos dejaron Domingo Camacho y Ventura de la Rosa. Con el Estudiantes se negoció la venida de Paz Talán.

La segunda, la dificultad de fichar al americano. En los torneos de pretemporada en Madrid Tom Boswell me preocupó y lo despedimos. Después trajimos a Jimmy Davis y lo mismo. Por fin Larry McNeil, llegó el día antes del partido de presentación del equipo contra el Náutico en Santa Cruz que organizaron los periodistas de basket. Creí conveniente el que no apareciese pues ni conocía a los compañeros, lo que me ocasionó unas críticas muy duras y a mi parecer injustas, ya que yo les había dicho que no estaría.

La tercera es que ante la mala marcha del equipo y las presiones, en febrero del 83, fui “dimitido”, la pena fue que a pesar de mi cambio por mi amigo Daniel Pintor el equipo perdió la categoría (la cuarta cosa negativa); nos acompañaron el Náutico y La Salle Bonanova. Total, una temporada “horribilis”. Para olvidar.

A pesar de esto mi relación con el Canarias no había acabado. Por esas cosas inexplicables de la vida, con el Canarias descendido, en junio de ese mismo 83,  el club me ofrece volver. Cuando Pepe Cabrera me lo propone, estábamos viendo el Campeonato de España Júnior en Guadalajara, en principio no daba crédito. Recuerdo que se lo comenté  a Ignacio Pinedo y me aconsejó cómo tratar el tema, pero sobre todo que tenía que estar convencido  de la seguridad de volver a subir. El nuevo presidente era Santiago Martin y la directiva había cambiado bastante, aunque el incombustible Pepe seguía en su cargo. Subimos a falta de 7 jornadas.

Esta es la historia resumida de mis 6 años en el CB Canarias

Si se han fijado no he nombrado prácticamente a jugadores, ya que el espacio que Agustín Arias ha tenido a bien concederme no da para más, pero en representación de todos citaré al que era en mi época el capitán, Bethencourt.
Richy, Pepe y Santiago nos dejaron, pero donde estén celebrarán el cumpleaños.

Felicitarnos y felicitar a todos los que vibran, padecen y gozan con la FIEBRE AMARILLA.
Y para acabar, una prórroga, es fantástico celebrar el cumple del abuelete, con el equipo en la máxima categoría, después del gran trabajo realizado por Alejandro Martínez y sus chicos todos estos años, en especial el pasado.

¡QUE EMPIECE LA FIESTA!