«Sobre partidos, victorias y formación», por Trifón Poch

_MSM Entr Fuenlabrada

EL ENTRENADOR TRIFÓN POCH ESCRIBE EN EL BLOG «TEAMBASKET» UUN INTERESANTE ARTÍCULO RELACIONADO CON EL TRADICIONAL TORNEO JÚNIOR DE HOSPITALET.

«Yo esperaba ver un torneo de jóvenes, unos partidos entre chicos de 17 años, pero lo que he visto no se diferencia mucho de lo que sucede en la liga de verano de Las Vegas o de lo que se puede ver en un partido ACB. Todo se parece demasiado al baloncesto profesional, fuera y dentro de la pista. Desde el aspecto de los jugadores, con un variado surtido de cascos multicolor, y su manera de comportarse, hasta la forma de jugar de los equipos, a cómo se desarrolla el partido. Y todo con la música de la Euroliga de fondo.

Solo describo lo que he visto.
Un equipo que gana anotando solo 62 puntos.
Los dos equipos en zona durante muchos minutos, en los momentos importantes del partido. Apenas un contrataque finalizado por cuarto. Más opciones de correr abortadas con una falta que defendidas o ejecutadas con la energía necesaria para ser consideradas como un contrataque.
Mucha más presencia del físico y de la táctica, por encima del talento, que también lo había, aunque estaba maniatado.
Juego de ataque basado casi exclusivamente en sistemas rígidos, con muy poca iniciativa para los jugadores.

Solo doy mi opinión.
Se puede anotar solo 62 puntos por que estás desacertado, o por que estás cansado después de varios días de competición exigente. El Joventut, por ejemplo, creo que anotó solo 40 en el partido por el tercer y cuarto puesto. Es distinto, sin embargo, si esas anotaciones bajas se producen por que tu estilo de juego lo provoca o por que priorizas ganar por encima de cualquier otra cosa.

Es obvio que las defensas zonales son opciones tácticas tan válidas como cualquier otra. Creo que en formación se debería distinguir el uso de la zona por la manera de ejecutarla, por la cantidad de minutos que la utilizas y por el objetivo que subyace en su uso durante un determinado partido. Se puede entender ejecutada con agresividad en la defensa del balón e incluso de algunas lineas de pase, movilidad en las posiciones y comunicación y no solo limitada al territorio que hay más adentro de la linea de tres puntos. Se puede aceptar si no especula con la evidente dificultad que supone para determinadas edades anotar con porcentajes fiables lanzando siempre de distancia o de tres puntos.

El baloncesto es un deporte rico en posibilidades que admite poder jugar con estilos diversos. Me parece válido en baloncesto profesional, si lo define la personalidad de un entrenador y la empresa que lo contrata está de acuerdo por los motivos que sea, que un equipo pueda jugar a pocas posesiones, renunciando a correr y a tomar riesgos con situaciones de ataque de tiros rápidos. En baloncesto de formación es ir en contra de la propia naturaleza de los jóvenes, con los depósitos de energía al 100%, con pasión verdadera por jugar y divertirse. Cada día entiendo menos un partido de niños o chicas que no se juegue a máxima velocidad. La perversión extrema sucede cuando veo en partidos de formación que un jugador hace una falta para parar un contrataque.

Tampoco tengo nada en contra de que los chicos parezcan entrenados físicamente para rodar la séptima parte de Soldado Universal. Lo que me parece sorprendente es que tras una rueda de concurso de mates, durante el partido no recuerdo que se hiciera ninguno. O que el ritmo de juego llevado siempre a situaciones de 5 contra 5 y la defensa especulativa propiciaran el uso de ese derroche físico en una lucha cuerpo a cuerpo y no en acciones a campo abierto o de 1 contra 1.

Creo que uno de los aspectos fundamentales en la formación de un jugador-persona es la toma de decisiones. Tenemos que plantear un estilo de juego, tanto en defensa como en ataque, que les obligue a tener que leer lo que sucede, pensar, anticipar, tenemos que ofrecerles unos conceptos que fuercen su toma de decisiones. En ese entorno, como entrenadores responsables de su guía, tenemos que saber convivir con sus errores y ayudarles a que ellos también lo consigan, para así poder superarlos y mejorar en todos los sentidos. El objetivo en formación no es un equipo competitivo que esté por encima de los jugadores, el objetivo es la mejora individual de los jugadores para conseguir un equipo más competitivo. Una defensa cerrada y especulativa con el fallo del rival o unos sistemas de ataque repetidos e inquebrantables no ayudan en absoluto a sentirse implicado en el juego del equipo.

Sé que solo pude acudir a ver los partidos de la última jornada del prestigioso Torneo de Hospitalet en los que se disputaba el tercer y cuarto puesto y la final. Entiendo que es posible que el resto de partidos presentaran unas características diferentes. Opino sobre lo que vi y esa observación me da pie a continuar con una reflexión constante sobre el fondo y la forma del baloncesto de formación. Respeto que otra persona pueda haber visto cosas diferentes en ese mismo partido y, por supuesto, que se tengan opiniones diversas.