EL REENCUENTRO: «¿Tan difícil es entender las cosas?»

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AGUSTÍN ARIAS.-

Hay ocasiones en los que la cabeza me invita a dar un paso al costado y olvidarme de prestar mi colaboración con quienes me piden que les aporte mi experiencia en esto del basket para organizar algo bonito. Me cuentan la historia y me enamora. Claro que sí. Siempre he defendido la «memoria histórica», esa que nos permite mostrarle a las nuevas generaciones que antes, por aquellos años 50 y 60, un grupo de deportistas y dirigentes, con menos recursos pero con un gran estusiasmo, sacaban adelante el BA-LON-CES-TO que tanto nos apasiona.

Em mi etapa de presidente de la Asociación de la Prensa Deportiva de Tenerife (entre 1992 y 2002) me empeñé, con la estrecha colaboración de mi  directiva, en rendir homenajes en cada Gala del Deportes a quienes escribieron aquellas primeras páginas, tanto en esta actividad como en otras. Y quería que esas personas, leyendas de nuestra historia, recibieran en vida el reconocimiento y el «gracias» de la gente. Jamás me he arrepentido de reunir a aquél Náutico de Pepe Cabrera que jugó la final de la Copa del Generalísimo contra el Real Madrid; a las viejas glorias del CB María Auxiliadora, que dirigía el recordado Jerónimo Foronda; como insistí en distinguir con el Premio Leyenda Deportiva a los grandes deportistas Salvador Lecuona (tenis), Miguel Díez Alegre (baloncesto), Pedro Cruz (automovilismo), Olimpio Romero (fútbol), Pancho Suárez «Pollo de Los Campitos» (lucha canaria); al Tres de Mayo de balonmano, a las «mujeres 10″… y un largo etcétera.

Verles emocionarse ante un Teatro Guimerá que se les rendía a su historia me hacía comprender que premiar a los mayores era mostrar a los jóvenes que esa gente también hizo grande a nuestro deporte.

Se preguntarán, y con razón si no empiezo ya a exponer mi tema, el por qué de esta introducción, lo cuento:

BASKETMANÍA tenía en su agenda celebrar en este 2016 una comida en el Bodegón Guillermo y reunir a las jugadoras y técnicos del Krystal Asunción, equipo que 40 años antes habían logrado para Canarias el primer ascenso a la División de Honor Femenina. Y como siempre me ha apasionado la historia de nuestro baloncesto, me encontré entre mi documentación unos folios que me regaló el recordado periodista y directivo cestista Antonio Nóbregas (q.e.p.d.), donde se recogía los primeros 25 años del basket femenino en la Isla y también que la Federación Insular se había creado en el año 1941, es decir, se cumplen ahora los 75 años.

Rafael González, presidente de la FITB, me habló de celebrar tan importante efemérides y me invitó, como a otros amigos/as, a formar parte de la comisión organizadora de los actos que se irán celebrando a lo largo de este 2016.

Les «vendí» a mis compañeros la idea de homenajear al Krystal Asunción, contando de antemano con la complicidad de Charo Borges, la primera internacional canaria y jugadora que fue de aquellos primeros equipos federados. Rafa y Apeles me piden que había que ampliar ese reconocimiento a los otros tres clubes que también ascendieron a la élite (María Auxiliadora, Junta del Puerto e Isla de Tenerife). La idea prosperó.

Con el paso de los días se comezó a planificar el REENCUENTRO, eligiéndose sede, día y hora.

¿Y cómo hacer llegar a la familia del basket que se trataba de un homenaje al baloncesto femenino y que era necesario que jugadoras y entrenadoras, delegadas/os y presidentas de clubes, las árbitros se consideraran parte de la fiesta y acudieran ese 9 de abril al Pabellón Sergio Rodríguez para revivir sus etapas y aplaudir a quienes fueron las pioneras?

Pues una invitación popular a través de los dos únicos medios, BASKETMANÍA y EL DÍA, que siempre han estado al lado del basket femenino y que jamás se han olvidado de las que fueron jugadoras, entrenadoras, presidentas y árbitros en las décadas pasadas. El llevar 40 años llevando a los lectores el día a día del basket es una ventaja. Lo reconozco.

La sorpresa, la decepción, la incomprensión… llegan cuando hay quienes se sienten ¿ofendidos/ofendidas? por no haber recibido esa invitación personalizada a esta fiesta, pues se consideran (y tienen razón en hacerlo) parte de esa historia que se quiere festejar el día 9. A las y los que escribían y me hablaban con educación les expliqué el objetivo de este REENCUENTRO y que, claro que sí, todos forman parte del mismo, pero que la invitación personal resultada un IMPOSIBLE.

Pero además de estas personas con sensibilidad y sentido común se unieron otros/as que hablan de «claro deseo de protagonismo de los organizadores», de «centrar en dos clubes toda la historia dejando al margen a otros» y el cansino: «¿Por qué no me han invitado a mi?»…

He tenido ganas de arrojar la toalla y decirle a Rafael González y a mis compañeros de la comisión organizadora que me retiraba de esto ante la ingratitud de quienes anteponen el ego al éxito de un acto colectivo que solo pretende centrar este homenaje en las pioneras.

Miren, estoy a menos de siete meses para pasar a la «reserva» y vivir el basket desde la barrera, junto a los míos, con la misma pasión que he tenido en estos 40 años como periodista deportivo. Y si he decidido seguir colaborando en este acto del día 9 con la FITB es por mi respeto y admiración para con mujeres como Charo Borges, Ángeles, Antonia Gimeno, Merce y Conchy Marrero y una larga lista de deportistas que han puesto las primeras piedras en este basket femenino y que no dudan en aportarme documentación, fotos, anécdotas…

Les garantizo, y voy acabando ya, que cada uno de los integrantes de la Comisión organizadora no buscamos protagonismo; nos une a todos organizar distintos actos para conmemorar los 75 años de vida de la Federación de Tenerife. Quienes piensen lo contrario deberían solicitar cita médica con un psiquiatra para acabar con ese síndrome del «ombliguismo», de querer ver mala intención en donde hay seriedad, sencillez y ganas, muchas ganas, por felicitarnos todos por tantos años de historia y por tantas cosas bonitas en las que todos, cada uno aportando su granito de arena, hemos contribuido.

Les invito a que el día 9 de abril llenemos el pabellón de la Casa Cuna y, sintiéndonos parte de ese REENCUENTRO, le dediquemos una gran ovación a quienes se sentirán emocionadas al recibir la consideración y el respeto de las nuevas generaciones.