El pasado miércoles, el Congreso de los Diputados votó las propuestas de resolución tras el Debate del Estado de la Nación. Coalición Canaria (CC) consiguió sacar adelante sus cuatro iniciativas con el apoyo de los socialistas, mientras que éstos lograron la aprobación de las suyas con el respaldo de los nacionalistas canarios, entre otros grupos. Se trata del último capítulo del cada vez más evidente acercamiento entre CC y el Gobierno del Estado, por una parte, y con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), por otra.
La situación abre una interrogante sobre el papel que juega la oposición en Canarias, que sigue una línea combativa con escaso margen para el acuerdo mientras que sus compañeros de partido a nivel estatal, así como el propio Gobierno central, aprueban los temas que de verdad les interesan con CC. No se trata de una situación nueva ni sobrevenida. El Ejecutivo central y el PSOE han alcanzado el presente grado de entendimiento con CC de forma gradual y más bien silenciosa.
Pero como suele pasar en las novelas, nadie admite este tipo de enredos de forma pública. La portavoz nacionalista en el Congreso, Ana Oramas, al valorar las últimas iniciativas del Estado para Canarias anunciadas por el Ejecutivo central insistió en que su formación "no baja la guardia" y llegó a advertir de que habría "bronca" en el Debate de la Nación para que el Estado conociera la situación real de Canarias, dando a entender que CC mantiene una postura de confrontación.
Por su parte, el portavoz del Partido Socialista Canario (PSC) en el Parlamento regional, Santiago Pérez, asegura que su fuerza política ha recibido una "encomienda" en términos "rotundos" por parte del presidente de Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, que ratifica la hoja de ruta que sigue su formación frente al bipartito de CC y el Partido Popular (PP) en las Islas, desmintiendo así cualquier sospecha de "divorcio" entre el PSC y el PSOE en este asunto.
Como se recordará, el buen entendimiento entre el Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero y el Ejecutivo autónomo se ha traducido, entre otros aspectos, en los recientes acuerdos alcanzados por el presidente canario, Paulino Rivero, y el vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, para negociar un aumento de la financiación autonómica, las inversiones estatales en Canarias y la supresión de la devolución de las cantidades derivadas del extinto Impuesto sobre el Tráfico de Empresas (ITE).
Zapatero, además, anunció la celebración de un Consejo de Ministros en Canarias antes de fin de año y la aprobación del Plan Integral, un instrumento que coordinará medidas, en su mayor parte de carácter económico, pensadas de forma específica para las Islas, en sintonía con las demandas que los nacionalistas habían propuesto al Gobierno.
Las buenas relaciones también han permitido que el Ejecutivo central haya acordado la celebración de una cumbre en el Archipiélago el próximo mes con los ministros de Fomento, José Blanco, e Industria, Comercio y Turismo, Miguel Sebastián.
Además, CC consiguió en marzo la aprobación de una moción, defendida por Oramas, que insta al Gobierno central a la adopción de 18 medidas para hacer frente a la crisis en el Archipiélago.
Sin llegar a plantear que haya algo más, hay nacionalistas que reconocen de forma pública las "buenas" relaciones entre CC y el Gobierno del Estado en un contexto de entendimiento. Es el caso del compañero de Oramas en el Congreso, el también diputado José Luis Perestelo, que se refirió a esta situación justo antes de la celebración del Debate del Estado de la Nación.
El análisis sobre la conflictividad en materia de competencias que la Comunidad Autónoma ha planteado frente al Estado, y viceversa, desde la reelección del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, también revela que en el periodo posterior a los comicios generales las incidencias alcanzaron su punto más alto, para caer luego al extremo de que no se han presentado más casos en los últimos dos trimestres.
Fuentes socialistas de Canarias aseguran que el entendimiento entre CC y el Estado "es una cuestión simbiótica" en la que, para desazón del PSC, el mayor interés "no está precisamente del lado de los nacionalistas", sino que es "igualmente compartido". Se trata de un planteamiento coherente con la aritmética parlamentaria surgida en las Cortes tras las elecciones autonómicas en el País Vasco y Galicia celebradas en marzo.
Delicado equilibrio
Entonces, el PSOE perdió el apoyo en el Congreso por parte del Partido Nacionalista Vasco (PNV), pues vio la posibilidad de pactar con los populares la presidencia en esa autonomía, lo que finalmente consiguió, y desplazó así de Vitoria a los nacionalistas.
En Galicia, tras perder los comicios que dejaron fuera del Ejecutivo regional a sus antiguos socios, el Bloque Nacionalista Gallego (BNG), éste decidió que ya no tenía motivos para respaldar al PSOE en las Cortes. Sin el apoyo de ambos grupos, de pronto los votos de CC resultaron claves para el Gobierno de Zapatero, así como el de otros partidos minoritarios. Los recientes resultados de las votaciones de las propuestas de resolución del Debate del Estado de la Nación así lo confirman.
Desde el lado nacionalista se destaca el papel de "conseguidora" que ejerce Ana Oramas en Madrid tanto frente al Gobierno central como al PSOE. En el seno de esta formación se lamenta que los socialistas canarios apunten sus dianas contra la diputada por desempeñar esta función que, según afirman, recibe las descargas de la ira del PSC.
Sin embargo, entre los socialistas de las Islas se asegura que eso no es cierto porque "somos conscientes de que el PSOE nacional quiere mantener buenas relaciones con los nacionalistas y algo así originaría una llamada al orden".
El pacto, saludable
Quizás haya resultado un tanto sorprendente el recíproco apoyo de los nacionalistas y los socialistas del Congreso en el pasado Debate del Estado de la Nación, pero todavía más desconcertante puede resultar que CC, socio de gobierno del PP en las Islas, haya votado contra una de las iniciativas impulsadas por los populares en materia de inmigración irregular, así como que el PP se haya opuesto a otra de los nacionalistas referida a la cooperación entre el Archipiélago y África. Esta situación lleva a preguntarse por el futuro inmediato del pacto de gobierno, asunto en el que CC y PP descartan cualquier diferencia y aseguran, tanto en público como privado, que "goza de buena salud", si bien a principios de este mes el presidente de los nacionalistas en Gran Canaria, Manuel Lobo, abrió una polémica al señalar que si él fuera el vicepresidente del Gobierno, José Manuel Soria, "dimitiría" por el daño a la imagen del Gobierno que causaba debido al "caso salmón". Pero todo pasó antes de que se archivara la causa.