Andrés Lorenzo, un alumno palmero, lleva casi dos años embarcado en una lucha tenaz, aunque hasta el momento infructuosa, para conseguir que se repare lo que considera una injusticia que, hasta ahora, le ha impedido continuar adelante con sus estudios de Administración de Sistemas Informáticos.

En julio de 2007, este estudiante de Formación Profesional en el IES Virgen de las Nieves presentó su primera reclamación al suspenso que se le otorgó en la asignatura Redes de Área Local. Hoy, y después de que diferentes instancias no hayan atendido su petición, el caso se encuentra ante los tribunales, que serán los que decidan si sus esfuerzos tienen finalmente resultados, después de que sus demandas hayan sido desestimadas por el departamento de Informática del centro, la Inspección Educativa, otro centro de La Palma y la Dirección Territorial de Educación, además del Diputado del Común y el Defensor del Pueblo, que han preferido no pronunciarse al respecto.

Los reparos de Andrés Lorenzo hacia la calificación que obtuvo, algo más de un cuatro, comienzan con la fórmula empleada por el profesor -un docente sustituto, puesto que la titular de la asignatura estaba de baja- para hallarla.

A juicio del afectado, este sistema de corrección es "extrañísimo", puesto que determina que un fallo en uno solo de los subapartados en los que se divide cada pregunta supone una puntuación de cero para ésta. Además, afirma que la fórmula no estaba recogida en la programación anual de la materia ni fue explicada antes o en el momento del examen, sino que es posterior a éste.

"En un correo que el profesor envía al centro dice que la puntuación estaba clara en el examen. Sin embargo, en el examen no se hizo referencia en ningún momento a la fórmula de corrección que fue aplicada y que apareció, tras muchas reiteraciones, posteriormente. Si en su momento hubiera tenido constancia de los criterios de evaluación, me hubiera centrado en contestar las preguntas completas y no el máximo de apartados sueltos", explica Lorenzo.

Trato de favor

Asimismo, sostiene que en la documentación que el IES Virgen de las Nieves entregó a la Inspección educativa "se observan claras modificaciones a la hora de elaborar la puntuación final de los alumnos". En este sentido, Andrés Lorenzo asegura que a un compañero se le subió de cero a cuatro y, posteriormente, se le llamó para que presentara un trabajo que le permitiese aprobar la asignatura. "¿No se considera esto trato de favor hacia un alumno existiendo otros en iguales o incluso mejores condiciones?", se pregunta. Otros, añade, figuraban al principio como suspendidos y luego como aprobados.

Otra queja de Lorenzo tiene que ver con la nota que evaluaba la actitud. En este sentido, afirma que, cuando le fue mostrada en julio, era de un punto, mientras que en septiembre había descendido a 0,25, algo que, a su entender, no se corresponde con la impresión, expresada por el profesor de la materia y corroborada por el departamento de Informática, de que su interés, dedicación y asistencia a clase eran "encomiables".

En la programación de la asignatura, prosigue Andrés Lorenzo, se recoge que "a los alumnos con dificultades para conseguir las capacidades satisfactoriamente se dispondrá de actividades de refuerzo motivadoras. El profesor hará un seguimiento más detallado de ellos y los agrupará". Sin embargo, alega, si esta era su situación, nunca se tomaron esas medidas con él.

Cuando la Inspección Educativa analizó el caso, decidió remitir la información a otro IES de La Palma, el Eusebio Barreto, que concluyó que las notas eran correctas. Pero lo que no entiende Lorenzo es cómo se llegó a esa conclusión si la documentación que se envió estaba incompleta.

Llamada de atención

La intención de Andrés es hacer una llamada de atención sobre los protocolos que actualmente se aplican en este tipo de situaciones que, a su juicio, "dejan totalmente desprotegido y desamparado al alumno". En este sentido, se lamenta: "Ningún representante de los organismos educativos quiso escuchar mi versión de lo sucedido ni cotejar conmigo las pruebas y exámenes".

Después de que las instancias educativas no atendieran su reclamación, Andrés Lorenzo recurrió a la vía judicial, pero también en ésta halló dificultades. Un abogado de la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita de La Palma renunció a llevar su caso, y un segundo alegó ante el juez que el proceso era insostenible, algo que el magistrado ha rechazado, de forma que ahora vuelve a abrirse una puerta a la esperanza para Andrés.