Los jugadores del Tete quieren un millón y medio de euros por permanecer en Primera División. Es lo mismo que si los empleados de la limpieza de Santa Cruz pidieran la misma cantidad por limpiar bien. Como si el cumplimiento de la obligación laboral de cada cual llevara consigo, por obligación del empleador, una prima, además del sueldo estipulado.
No sabemos de quién partió la estúpida idea, a la que la junta directiva -el consejo de administración, que se dice ahora- se ha negado. Los jugadores del Tenerife lo primero que tienen que hacer es creerse que están en Primera División, que todavía parecen un equipo de Segunda. Y luego, Dios dirá.
Van a la cola de la clasificación y están pidiendo más dinero. ¿Cómo sería si fueran a la cabeza? ¿De qué genio partió esta propuesta que ha causado risa en la afición y el rechazo de las peñas?
El Tenerife es un equipo patético que no juega bien, no marca goles y ha desencantado a su afición. Ninguno de sus jugadores tiene derecho a pedir un euro más de lo que figura en su contrato. ¿Cómo que una prima? ¿Una prima por el cumplimiento de la obligación contractual? ¿Una prima por hacer bien su trabajo? Váyanse por ahí.
El consejo no debe aceptar, bajo ningún concepto, chantajes de este tipo. Que no se acostumbren más a la papita suave, que tengan vergüenza, que se dejen la piel en el campo y no empaten partidos como el del Málaga ni se dejen golear por el que era colista, el Villarreal. Que tengan vergüenza, repetimos, y que devuelvan la ilusión que los aficionados chicharreros han puesto en estos futbolistas que, con estas peticiones absurdas, no se merecen el respeto de sus seguidores.
Si la directiva transige ante estos pedigüeños, el proyecto de Paulino Rivero y de Miguel Concepción se irá a pique. Nosotros no queremos mercenarios del fútbol, queremos hombres que se dejen la piel en el campo, patriotas que defiendan los colores, no soldados de fortuna que vengan aquí a hacerse ricos. Esperemos que las peñas les reciban con una sonora pitada en el próximo partido. Por frescos. Por caraduras. Por solicitar lo que ni moral ni económicamente se les puede dar.
El Tenerife necesita de gente con ilusión que lleve con orgullo los colores de la Isla y no de personas interesadas en cobrar más de lo estipulado por algo tan obvio y tan obligatorio como es conservar la categoría. Faltaría más. Faltaría más que la sociedad se tuviera que endeudar más para darles una sobreprima a estos individuos. ¡A trabajar!