UNO DUDA de que exista verdadera coordinación entre los diputados de Coalición Canaria al Congreso de Madrid y la dirección del partido aquí. Y tenemos motivos para dudarlo porque los discursos de don José Luis Perestelo y de doña Ana María Oramas parecen no ir en sintonía con las directrices que supuestamente reciben -o deberían recibir- desde las Islas. Es decir, tiene uno la sospecha de que van por libre.

Las desafortunadas declaraciones de Ana Oramas (de pequeña, entre sus amigos, tenía fama de metepatas) relativas a las radios "legales e ilegales", términos absurdos por lo que ya explicaremos, han colmado el vaso de la paciencia de la asociación de radios privadas, Radicán, que incluso ha iniciado una campaña para protestar por tanta memez oficial.

Y decimos que esos de radios "legales e ilegales" son términos absurdos por lo siguiente. Las emisoras que ella llama "ilegales" ocuparon el espacio porque el Gobierno de Canarias lleva más de 25 años (no es culpable el actual) sin convocar concursos de concesión de emisoras privadas de FM. Y las que ella llama "legales" tienen tantos postes ilegales en estas islas como las otras. Así que debería cuidar más su lenguaje la señora Oramas para no meter más veces el remo.

Los encargados del sistema audiovisual del Gobierno de Canarias deberían llamar a capítulo a la señora Oramas y decirle que no meta más la zarpa en un tema que no conoce. Nos tememos que la creación de esa fantasmagórica Agencia Estatal que ella y los socialistas preconizan va a dar más de un disgusto a las cadenas canarias, las nuestras, las que han nacido con la ilusión de defender a su tierra y no de enriquecer a empresas godas que han colonizado tradicionalmente el espacio radiofónico de las islas. Ya sean de los obispos, ya sean de los magnates al servicio del PSOE, ya sean de empresas peninsulares muy dignas, pero que no están regidas por gentes de nuestro Archipiélago.

Si queremos ser libres harán falta emisoras libres que hablen de nuestras cosas y sean dirigidas desde nuestros peñascos. Al margen de las alianzas de conveniencia -muy respetables- que se establezcan, en el uso de la libertad de cada cual.

De nuevo se habla en los foros políticos de descoordinación entre la gente de Coalición Canaria de aquí, la dirigencia que le dicen, y los diputados de Madrid. Unas reuniones de vez en cuando no les vendrían mal ni a los de allá, ni a los de aquí. Más eficacia en la gestión y menos totorotismo. Que ya hay bastantes totorotas en Canarias para que se siga añadiendo gente a la lista.