LA TELEVISIÓN Canaria debería contratar, en el próximo futuro, con las televisiones locales mejor dotadas, la producción y realización de determinados programas (sobre todo culturales y costumbristas, de calidad pero sin grandes complicaciones en cuanto a realización) destinados a la televisión pública autonómica y así ayudar a aquellas en su financiación.

Esto lo ha puesto en práctica la TVAC de manera esporádica, pero existen estaciones locales de TDT, ya sean comarcales, insulares, etcétera, en disposición de realizar espacios muy dignos que enriquezcan la programación de la televisión oficial canaria y que una vez sean pasados por esta antena reviertan en la programación de las mismas televisiones que los produjeron. Programas divulgativos con los que ganamos todos: se enriquece la cultura, se instruye y se entretiene a la gente.

El Gobierno de Canarias no debería dejar al arbitrio del destino a las TDT que han hecho un gran esfuerzo y han creado muchos puestos de trabajo en las islas. Sus modestos presupuestos no pueden ser cubiertos en época de crisis y hacen falta más ayudas. Estas ayudas se nos ocurre que podían partir de la TVAC, que cuenta con un presupuesto generoso que se están llevando productoras en las que no participan todos los medios de comunicación canarios importantes. Es preciso, cuanto antes, un cambio de modelo.

La televisión pública canaria ha mejorado en contenidos y en audiencia. Se cuidan más los programas, se ha acertado plenamente con algunos de ellos, se ha contratado fútbol europeo y ahora el televidente busca esos canales, tanto el primero como el segundo. Pero si la unión hace la fuerza no estaría mal una alianza entre el medio público y los medios televisivos privados de TDT. Este modelo podría ser extensivo a las radios para la elaboración futura de informativos comunes, informativos canarios, cuando se sustancie -si se sustancia- el concurso de las emisoras de FM, que parece ser el cuento de nunca acabar.

Son temas que sometemos a la reflexión de las autoridades canarias competentes. Esta tierra necesita de la unión de todos para su supervivencia. Potenciando las televisiones locales se potencia también lo canario. Y ayudando a las radios alegales, cuando cobren carta de naturaleza legal, estaremos conformando una cadena poderosa, al servicio también de lo canario. Nos hace falta unión. Porque, repetimos, la unión hace la fuerza.

Esta propuesta puede caer en saco roto, pero estamos seguros de que, tarde o temprano, tendrá que cumplirse. Por el bien de Canarias y por una mejor televisión y radio para sus habitantes.