Investigadores de distintas áreas, entre ellos físicos, químicos, geógrafos, ecólogos y expertos en enfermedades tropicales, se han unido para crear el primer modelo específico de predicción del clima en Canarias y determinar cómo su evolución afectará al medio ambiente, la salud y los recursos naturales.

Estos científicos pertenecen a la Red de Energía, Agua y Medio Ambiente de la Universidad de La Laguna que coordina el profesor de Física Aplicada Albano González, quien afirma en una entrevista que este proyecto novedoso se inició hace cuatro meses y probablemente comenzará a dar sus primeros resultados globales dentro de tres años.

Albano González, quien tiene previsto participar hoy en la IV Jornada de Oportunidades de Negocio en Sectores Emergentes en la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, indica que el proceso será largo porque se tarda unas treinta veces más en elaborar la simulación del clima para Canarias que para la Península entera, ya que la resolución espacial y temporal necesaria es muy superior.

Todos las regionalizaciones climáticas dejan fueran "o en el borde" a Canarias, o simulan su clima con la misma resolución que en la Península.

Los complejos modelos climáticos globales dividen a la Tierra "en mallas", similares a cuadrículas, con la dimensión horizontal en latitud y longitud, más las capas verticales oceánicas y de la atmósfera, y que simulan los procesos físicos y biológicos que se producen en el planeta.

Cada país o continente toma los resultados de esos modelos y los regionaliza, obteniendo estimaciones a menor escala y en el caso de Europa, habitualmente "no entra Canarias" en la región de estudio o aparece en un borde.

También sucede que la resolución con la que se simulan las islas es baja, por lo que los modelos no tienen en cuenta fenómenos como las precipitaciones causadas por la peculiar orografía canaria.

En Canarias se necesita una simulación de mayor resolución para tener en cuenta fenómenos locales, como las zonas afectadas por el mar de nubes (los estratocúmulos marinos), que aporta gran parte del agua que reciben las plantas del norte de las islas, explica.

Que el mar de nubes cambie de frecuencia o altura "va a influir mucho en los ecosistemas y es una de las cosas que queremos estudiar", indica el coordinador de la Red, quien subraya además la importancia de fenómenos como la calima.

También deben estudiarse fenómenos a escala sinóptica que influyen en los climas locales, como los fenómenos del Niño o la Niña, o la Oscilación del Atlántico Norte, que es la que más afecta a Canarias.

Este invierno el índice de la oscilación, que mide las anomalías de presión entre Azores e Islandia, es negativo, por lo que las tormentas se han desplazado más hacia el sur, y afectan en mayor medida Canarias.

En la Red se intenta realizar una "regionalización dinámica" de los modelos climáticos para la región de Canarias con una resolución adecuada, unos 5 kilómetros, un trabajo costoso porque la evaluación mde las ecuaciones físicas debe realizarse en intervalos de tiempo pequeños para evitar inestabilidades en las zonas de relieve abrupto.

Los investigadores tratan ahora de simular lo ocurrido en los últimos 40 años para determinar si los modelos dan resultados correctos y así luego "realizar proyecciones hacia el futuro".

En su proyecto cuentan con el Centro de Procesamiento de Datos de la Universidad de La Laguna y algunas simulaciones se están realizando en el "supercomputador" de la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información.

También son relevantes los registros históricos, qué ha pasado anteriormente con el clima, y por ello hay investigadores dedicados al estudio de crónicas, documentación eclesiástica y de periódicos.

De esta manera se puede reconstruir el clima de forma indirecta, pero la Red realiza además estudios paleoclimáticos, que se efectúa a través del análisis del polen de plantas que ha quedado en distintos sedimentos.

A su vez los químicos estudian la corrosión en diferentes materiales y cómo el clima puede afectar a las infraestructuras, mientras que los especialistas del Instituto de Enfermedades Tropicales averiguan cómo las distintas masas de aire pueden "transportar" patógenos y su relación con ciertos vectores de enfermedad.

Asimismo, se realizan estudios relacionados con el efecto de los cambios en el clima sobre la vegetación de las islas.

Todo ello servirá para determinar "qué va a pasar en el futuro", aunque una de las mayores incertidumbres no radica en la modelización del sistema, sino en la evolución de la situación socioeconómica.

"¿Qué va a ocurrir con el dióxido de carbono en la atmósfera de aquí a un siglo?, ¿qué ocurrirá con países emergentes como China o la India? ¿llegarán a contaminar tanto por habitante como Estados Unidos?", se pregunta el investigador.

Ello produce escenarios "catastrofistas" u "optimistas", puesto que las incertidumbres no proceden del modelo de evaluación del clima, sino de que "no sabemos lo que va a pasar en el futuro socioeconómicamente".

La Red de Energía, Agua y Medio Ambiente colabora en este proyecto con la Agencia Canaria de Desarrollo Sostenible y Cambio Climático y los resultados que se obtengan estarán disponibles en la base de datos de la Agencia Estatal de Meteorología.

Algunos investigadores también participan en el proyecto internacional "Cordex", que tiene como objetivo realizar regionalizaciones climáticas en todos los continentes, cuyos resultados se presentarán en el próximo Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático.

Reitera que "simular, regionalizar toda África es objetivo 1, pero también es mucho menos costoso computacionalmente que Canarias" y precisa que en el proyecto participan las universidades de La Laguna, Cantabria, Murcia y Ciudad del Cabo (Sudáfrica).