María (nombre ficticio) debe atender sólo 30 pacientes al día, pero me dice que ha visto 58. Médico de Atención Primaria desarrolla su actividad en un centro de salud de Santa Cruz de Tenerife, donde dice que hay tres médicos de baja, pero no se sustituye a nadie. De esta forma, María tiene que atender a los pacientes de su lista, "más a los de fuera de hora" y "más los de los médicos de baja que se reparten entre todos los facultativos".

Todo esto más rellenar informes, hacer domicilios, por todo ello reconoce que llega a su casa "psicológicamente agotada" y "hasta con ganas de vomitar". Parte de este malestar proviene de que María reconoce que "la calidad asistencial que se ofrece es una basura" y pone como ejemplo cómo se atiende a un paciente que sufre una diarrea y cómo debería atendérsele. Con la presión asistencial que padece María y sabiendo que hay un virus, le dice al paciente que tiene una gastroenteritis y que debe estar tres días con dieta. Sin embargo, si tuviera tiempo, esta facultativo reconoce que "exploraría la barriga" al paciente para descartar otro tipo de patologías.

Además, María no tiene plaza, por lo que asegura que le hacen contratos de uno, dos y, como mucho, tres días.

María está quemada y no es la única. A consecuencia de casos como el de esta doctora, el Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife ha decidido poner en marcha un programa de prevención del riesgo psicosociolaboral.

El coordinador es Pedro Javier Rodríguez, vicepresidente de la organización médica colegial, y el programa ha sido ideado en colaboración con María Teresa Santamaría y José Ángel López, dos psicólogos que han estudiado de cerca el estrés en los profesionales sanitarios.

Un estudio realizado en Inglaterra encontró que el 20% de los médicos residentes o MIR estaba deprimido y que el 74% sufría un desgaste profesional. Durante el período en el que se realizó este estudio, se comprobó que los MIR que estaban deprimidos cometieron 6,2 veces más errores en la administración de fármacos que los que no lo estaban.

En España, otro estudio de la Fundación Galatea entre los médicos residentes de Cataluña señalaba que la prevalencia del malestar psicológico era del 30%.

"Los médicos están sufriendo leves problemas de ansiedad o de estrés", dice Pedro Javier Rodríguez, que asegura que el porcentaje de facultativos que los sufre "ha crecido mucho en los últimos años y va a seguir creciendo".

El Programa de Prevención del Riesgo Psicosociolaboral engloba tres programas o subprogramas diferenciados. Uno de ellos es un plan de desarrollo profesional del médico, otro un plan de desarrollo profesional del MIR y, el tercero, un programa de atención psicológica individualizada a estudiantes MIR.

"Lo que más interés ha despertado han sido los grupos Balint", explica Rodríguez. La finalidad de estos grupos es "intervenir sobre el riesgo psicosociolaboral". El coordinador de este proyecto explica que "a través de unas técnicas se identifican problemas laborales que se pueden repetir" en diferentes individuos independientemente del lugar en el que desarrollen su labor profesional.

Por ejemplo, no poder dormir o descargar las tensiones del trabajo con la familia son situaciones que se pueden repetir en varias personas. En los grupos Balint se toman esas situaciones y "se reconducen conductas a través de técnicas grupales". "Poco a poco todas las personas del grupo ayudan a las demás y, al mismo tiempo, a sí mismos", al comentar esos problemas, resumió Rodríguez.

De esta forma, se explica "por qué se producen esas conductas desde el punto de vista psicológico" y todos los asistentes "van dando alternativas de respuesta" para evitar que se produzcan esas situaciones.

El Programa de Prevención del Riesgo Psicosociolaboral se pondrá en marcha en el mes de abril y el coordinador señala que ya ha hay inscritos cerca de 20 médicos. Una acción que pretende ofrecer una solución preventiva a médicos como María, que sufren de estrés y ansiedad, antes de que esta situación desemboque en una enfermedad.