El presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, criticó ayer la "miopía y pasividad" de su homólogo estatal, José Luis Rodríguez Zapatero, para hacer frente a la crisis económica que sufre este país desde finales de 2007, pues, en su opinión, ha tardado dos años y medio largos en reconocer que era necesario adoptar medidas. No obstante, dijo que no se arrepiente del apoyo prestado por CC a la política económica de los socialistas.

Rivero, que aprovechó la habitual rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno para valorar el paquete de medidas anunciado por Zapatero el miércoles, señaló que son "insuficientes" e insistió en la urgencia de llevar a cabo una reforma del mercado laboral, de la administración pública y del sistema financiero.

Con el fin de que su demanda no caiga de nuevo en saco roto, apuntó que había solicitado la convocatoria de la Conferencia de Presidentes de Comunidades Autónomas, ya que si se pretende involucrar a éstas en el recorte del déficit es preciso analizar, "con las cartas boca arriba", quién ha realizado su trabajo y quién no, para que cada uno asuma sus responsabilidades. Una convocatoria que, según apuntaron posteriormente fuentes del Ejecutivo canario, cuenta también con el respaldo del presidente de la Generalitat catalana, José Montilla.

Rivero dejó claro que "el déficit generado por Zapatero con medidas populistas debe asumirlo el Gobierno central. Nosotros vamos a seguir trabajando para que los servicios esenciales se resientan lo menos posible, pues no estamos dispuestos a sacrificarlos para salvar a Zapatero". El presidente canario se mostró bastante crítico con la política económica llevada a cabo por el Ejecutivo socialista desde finales de 2007 y le recriminó que ahora sean los pensionistas y los trabajadores públicos los que tengan que pagar su "pasividad y falta de compromiso".

A su juicio, si desde el inicio de la crisis, en 2008, se hubieran congelado los sueldos de los empleados públicos, "seguramente hoy no haría falta adoptar medidas tan drásticas".

Como contrapartida, puso como ejemplo las iniciativas del Gobierno canario, que lleva dos años con los complementos salariales de los trabajadores públicos congelados, al igual que los sueldos de los altos cargos, además de haber reducido un 1,7% el gasto en personal y un 24,55% los gastos corrientes.

Pese a las duras críticas de Rivero a la política económica de Zapatero -"no ha tenido reflejos y ha preferido mirar para otro lado esperando que las cosas cambien por sí solas"-, el ex presidente de CC dijo no arrepentirse del apoyo prestado por su formación política a los presupuestos generales del Estado en los dos últimos años, pues sin ese respaldo no se hubieran conseguido sacar adelante cuestiones como el convenio de carreteras o las ayudas al transporte. Es más, explicó que hay cosas como el compromiso de reindustrialización de las Islas, los parques tecnológicos y la promoción turística que "se vienen cumpliendo razonablemente".

Medidas ejemplarizantes

El jefe del Ejecutivo canario anunció que aunque la reducción de un 15% en los sueldos de los altos cargos "no va a resolver el problema de la pasividad con la que se ha actuado", también se aplicará en su Gobierno, por su valor ejemplarizante.

Asimismo, tuvo palabras de reproche, aunque sin citarlo, para el presidente del PP, Mariano Rajoy, al advertir que estamos ante una situación en que "todas las instituciones y partidos políticos deben actuar con responsabilidad; no es el momento para jugar a tumbar un Gobierno ni para dejar de atender los problemas por razones estrictamente políticas".

Rivero descartó reducir el núme- ro de consejerías, una medida que, en su opinión, puede tener un gran efecto mediático, pero que ahora mismo perjudicaría a los servicios que el Gobierno presta a los ciudadanos. Igualmente se mostró reacio a subir impuestos como el IGIC, pues "hay otras alternativas más justas y razonables que no afectan al consumo". No obstante, no descartó optar por dicha medida si se pusiera en peligro la calidad de servicios esenciales como la educación o la sanidad.

El presidente del Gobierno canario confía en que en el encuentro de Zapatero con los presidentes de las CCAA primen los intereses del Estado frente a los partidistas y se pueda llegar a puntos de encuentro para hacer frente a la crisis. Con este espíritu volverá a demandar "una urgente reforma del mercado laboral que no restrinja los derechos de los trabajadores, y del sistema financiero, pues no es justo que pensionistas y trabajadores paguen los platos rotos mientras las entidades financieras continúan amasando beneficios históricos".