Alrededor de 3.000 docentes de las universidades de La Laguna (ULL) y Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) protagonizarán mañana una jornada de huelga para exigir a la Consejería de Educación del Gobierno regional que cumpla los acuerdos suscritos en relación a la consolidación de complementos retributivos. De este modo, los profesores desentierran "el hacha de guerra" frente a la Administración educativa.

Así lo afirmó ayer la profesora de Metodología de las Ciencias del Comportamiento en la Facultad de Psicología y vicepresidenta de la junta del personal docente e investigador (PDI) de la ULL, Stephany Hess, que compareció junto al presidente de la junta de la ULPGC, Santiago Rodríguez, así como con los representantes de los comités de empresa de ambas universidades.

Los representantes del profesorado universitario incidieron en que desde la presentación del preaviso de huelga no ha habido por parte de la Consejería de Educación del Ejecutivo regional "ninguna iniciativa que haga aconsejable la desconvocatoria del paro académico", que consistirá en la no impartición de docencia en clases teóricas y prácticas, aunque se mantienen exámenes, tutorías, gestión e investigación.

Con ese fin se han presentado en ambas universidades y ante la autoridad laboral los correspondientes preavisos de huelga. Por medio de esta jornada de paro, el profesorado exige a la Consejería canaria de Educación que cumpla los acuerdos firmados con los representantes del profesorado el 2 de agosto de 2005 y el 31 de julio de 2008 en materia de consolidación de complementos retributivos.

Prejubilaciones

Los trabajadores creen, además, que la negativa del Gobierno a cumplir estos compromisos pone en peligro el plan de prejubilaciones elaborado por la ULL para renovar su envejecida plantilla, ya que Educación sostiene que dichos acuerdos no incluyen la posibilidad de que los docentes prejubilados puedan percibir los complementos.

"Estamos en pie de guerra, estamos desenterrando el hacha", declaró Hess, para quien dicho acto de protesta "es más un toque de atención y para advertirles" de que los profesores no están "dormidos".

El profesorado quiere dejar claro que "esta demanda no implica mejora o incremento salarial alguno, sino la consolidación de las cantidades que actualmente se perciben tras sucesivas evaluaciones" a que se han sometido los docentes. Hess aseguró que los afectados entienden la situación de crisis, pero también reivindican mantener "unos derechos adquiridos y consolidados".