José Luis Padrón Pérez, de 38 años y vecino de El Cardonal (La Laguna), lleva una semana en huelga de hambre y, salvo cambios imprevistos, seguirá así hasta que este jueves, a las 16:00 horas, vuelva a entrar en prisión. Su protesta se debe precisamente a una decisión judicial que considera totalmente injusta y a la imposibilidad de ver a su hijo desde hace cuatro años. Si nadie lo remedia, José Luis asegura que lo sacarán de Tenerife II con los pies por delante porque no está dispuesto a deponer su actitud y persistirá en su huelga hasta que le den salidas satisfactorias.

José Luis responsabiliza de lo que le ocurra al Juzgado número 6 de Santa Cruz, que el pasado mes de noviembre le sentenció a dos años por un delito de amenazas contra su ex pareja. Según explica, precisamente el 19 de ese mes salió de la cárcel, en la que permaneció durante un año en situación preventiva por decisión de un juez tras la denuncia interpuesta por su ex mujer en la Guardia Civil de Candelaria. Al enterarse del paso dado por su ex pareja, José Luis dice que le dio un ataque de ansiedad que le llevó al hospital y que fue allí, "totalmente influido por los medicamentos, cuando dije locuras sobre ella (que si la iba a matar...), de las que, una vez recuperado, ni me acordaba. Por eso he estado un año en la cárcel de forma preventiva".

Su abogado ha presentado diversos recursos por la sentencia, el último ante la Audiencia Nacional, pero han sido rechazados. No obstante, insiste en que es inocente, en que nunca le hubiera hecho nada a su ex pareja y que, en un claro contraste, el que se siente realmente sufridor de un injusticia es él tras haber presentado "hasta 78 denuncias en todos los juzgados de La Laguna" y ante diferentes cuerpos de Seguridad porque se le ha impedido ver a su hijo desde el día en que cumplió dos años (en octubre hará seis). Además, asegura que su ex pareja le visitaba en la cárcel para tener relaciones, que le amenazó con sicarios "colombianos que me iban a matar, algo que también denuncié", y que le compró un coche para que firmara el divorcio, "ya que no quería concedérmelo".

En su opinión, la ley de igualdad "no se cumple o, simplemente, no sé lo que es porque a mí me ha pasado esto". Sostiene también que no sólo lucha por su caso, "sino por otros 115 presos de Tenerife II víctimas de falsas acusaciones de sus ex parejas".

EL DÍA intentó ayer, sin éxito, conocer la versión del entorno de su ex pareja.