Algunos alumnos del catedrático y profesor jubilado de la Facultad de Farmacia, que está siendo juzgado por un delito de falsedad en documento oficial, aseguraron ayer durante el juicio celebrado en al Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife que Antonio C.B.R., de 80 años, "nunca llegó a impartir contenidos farmacéuticos" en su asignatura de primer curso.

El acusado, según las conclusiones provisionales de la Fiscalía, falsificó el programa de su asignatura "Fundamentos de morfología y fisiología vegetal" para participar en un concurso de instalación de nuevas oficinas de farmacia convocado por la Dirección General de Salud del Servicio Canario de Salud. El juicio comenzó el pasado jueves y continuó ayer.

Antonio C.B.R. llegó a incluir en este documento hasta 21 temas que nunca llegó a impartir, además de parte del contenido de las diez primeras lecciones. Además, incluyó en el nombre de la asignatura la especificación de "aplicada a la farmacia".

Según los testigos, que recibieron clase con este profesor en los cursos 1996, 1997 y 1999, Antonio C.B.R. sólo impartió contenidos relacionados con la morfología vegetal. Es decir, sobre "las partes de las plantas y su clasificación según su morfología, como el tallo, la raíz y tipo de hojas, entre otros cuestiones. Y nunca llega a dar contenidos referidos a farmacia", materia ésta que se impartía en cursos superiores.

En calidad de testigo también acudió el profesor con el que el procesado compartía la asignatura, y que impartía la segunda parte de la misma y todas las prácticas, desde 1996 hasta 2000.

El titular de Farmacia aseguró que, por petición de la facultad, él elaboraba el programa de esa asignatura durante el citado periodo y que el procesado nunca "llegó a participar en la elaboración de este documento", que incluía la materia que daba el procesado, y que éste no lo revisaba al carecer de importancia para él.

Este profesor añadió que eran sus programas los que se repartían a los alumnos y los que se podían adquirir en la Secretaría de la facultad, y que desconocía que el catedrático tuviese algún programa propio. En referencia al, supuesto, programa falso, el testigo indicó que el temario de ese documento no se correspondía con el que él impartía en clase.

Respecto al sello de la facultad que posee el programa que presentó el acusado, dos funcionarios de la Secretaria aseguraron que nunca se lo llegaron a poner, y que existía la posibilidad de que el acusado pudiese haber tenido acceso al mismo, ya que los profesores podían entrar en este lugar con facilidad.

La Fiscalía solicita para el acusado una pena de tres años de prisión, mientras que la acusación pide cinco. Además, se solicita una multa de 20 euros diarios durante un periodo de doce meses.

Por su parte la defensa solicita la libre absolución, y señaló que el referido concurso de adjudicación de nuevas oficinas de farmacia fue anulado por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias el 11 de febrero de 2005, dicha sentencia fue ratificada el 31 de junio de 2009. La letrada añadió que cuando se presentó la denuncia, hubo un sobreseimiento de la causa, aunque se volvió a abrir.