LOS BANCOS han rizado el rizo de la destrucción social. La reforma del sistema financiero se hace muy urgente porque el actual corre peligro de colapsarse, llevándose consigo a la sociedad española. Los bancos y cajas pretenden paliar sus malos resultados a costa de los clientes. Por un aviso de descubierto, una simple comunicación, entre 15 y 30 euros. Se da la paradoja de que si el descubierto es de un euro te cobran 30 por avisarte. ¿Es esto normal?

Por comisiones, las cifras se han disparado. Hay que ser muy avispado para no caer en la red corrupta -pero legal- de las entidades bancarias sin escrúpulos, que están esquilmando a sus clientes con el permiso del Banco de España.

Además, en las hipotecas pretenden ganarte por goleada. Si no protestas y aprovechando la debilidad económica y la necesidad imperiosa de obtenerlas por parte de los peticionarios, te endilgan unos intereses que rayan la usura, unas comisiones de apertura desmesuradas y otras "de estudio" (nunca hemos sabido qué tanto tienen que estudiar), desorbitadas. Y lo peor es que se ceban con los ingenuos, con los necesitados, con la capa más débil de la sociedad y de la empresa, que necesita del salvavidas para no ahogarse en el océano de la crisis. Es casi imposible obtener un crédito personal y ya se sabe que los avales de las sociedades de garantías recíprocas son un negocio (para ellas); y una entelequia para el ciudadano. La banca no está dando la talla en los momentos de crisis y sus recortes llegan a horadar los cimientos de la empresa y de los particulares.

Si el Gobierno socialista tiene tan arraigada la justicia social debería empezar por meterle mano a los bancos y cajas y a la injusticia que están cometiendo con sus clientes. Si vas a cobrar un cheque en una oficina distinta al de la cuenta del expedidor, aunque sea del mismo banco o caja, te cobran entre tres y diez euros. Si sacas dinero en el cajero, de la misma entidad en donde tienes la cuenta de la tarjeta, las comisiones se han disparado. ¿Pero qué es lo que pasa? ¿Ha olvidado la banca la vergüenza?

Todo el sacrificio que se le está pidiendo a este país, y más que se le va a pedir, se estrella en los bancos y cajas, cuyos resultados, al contrario de los de las empresas pequeñas y medianas, se disparan. Y se jactan de publicar los balances extraordinarios que consiguen. Pero, ¿a base de qué? En una economía normal, la palabra es rotunda: de robar legalmente a sus clientes. Es terrible, pero es así. Y hay excepciones, claro.