ZEROLO dirá adiós a la Alcaldía de Santa Cruz cuando termine esta legislatura. Serán dieciséis años al frente del Ayuntamiento, batiendo un récord en su historia.

Miguel Zerolo ha tenido luces y sombras en su actuación, como todo el mundo que ocupe un puesto político durante tantos años. Hay que recordar que a don Santiago García Sanabria, histórico edil de la ciudad, lo despidieron los chicharreros con críticas y la historia se encargó de reivindicar como se merecía a este político excepcional.

A Zerolo le va a reconocer la historia su labor, porque en dieciséis años la ciudad se ha transformado, Santa Cruz ha crecido, se ha modernizado y ha cambiado su fisonomía. Hacer política municipal en Canarias es muy difícil. Y más con ciertas moscas cojoneras revoloteando alrededor de los gestores, moscas cojoneras que fundamentan su tarea pública en la denuncia y en la amenaza. No hace falta dar los nombres de los cuatro mentecatos del "no a todo" que intentan pervertir la democracia, porque todo el mundo los conoce. Están ahí, caminando por la calle.

Zerolo dice adiós en el momento justo. Los últimos años han sido especialmente duros, a causa de la actuación de personas que no querían el progreso de la ciudad, sino aprovecharse del alcalde y del sistema para derribar todo lo que se ha querido hacer. No lo han conseguido.

La historia se encargará de demostrar las acusaciones falsas, las tergiversaciones de la verdad, la actuación de un Estado policial/judicial que se ha querido imponer en Canarias en épocas recientes y más cosas. Miguel Zerolo se va con la pena de no haber dado carpetazo al "affaire" de Las Teresitas, un extraño asunto con pintorescos protagonistas en la judicatura, la fiscalía y la policía, que no acaba de sustanciarse. Se va con la satisfacción de haber terminado obras muy importantes, como la expansión hacia el Sur por Cabo-Llanos, la construcción del túnel de Tres de Mayo, la transformación del barranco de Santos, unas actuaciones decisivas en los barrios y la modernización administrativa del Ayuntamiento, que es verdad que ha tenido altibajos, muchos de ellos a causa de los criterios encontrados de los funcionarios de los cuerpos nacionales. Es difícil hallarlos que sean competentes, ágiles y eficaces. Y la eficacia de las oficinas municipales depende en gran parte de ellos.

Ha anunciado Zerolo su retirada con cierta emoción. Es lógico: recogió la alcaldía muy joven. Pero con el mismo amor a la ciudad en que nació y con los mismos resultados en las encuestas: la gente lo quiere. Pero será la historia quien mejor lo juzgue.