Cáritas Diocesana de Canarias reducirá y hasta podría suprimir servicios para personas desfavorecidas que piden cosas básicas como comida o una cama a causa de un recorte de las ayudas que recibe del Gobierno Autónomo para el año próximo de en torno al 50%.

La secretaria general de Cáritas en Canarias, Fátima Díaz, que presentó hoy una campaña en favor de los sin techo, ha dicho en conferencia de prensa que la organización está, de hecho, en un proceso de reflexión para decidir cuáles de sus servicios de ayuda a los más necesitados tradicionales suprime.

Una elección "difícil" en un contexto de crisis ya que este año sólo en Las Palmas de Gran Canaria han sido ya 637 las personas que han pedido ayuda de su programa para personas sin hogar.

Al hilo de esa campaña, que bajo el lema "Nadie sin derechos. Nadie sin hogar", tratará de recabar la colaboración de la sociedad con motivo del Día de los Sin Techo, Cáritas quiso denunciar las políticas sociales y presupuestarias "no acordes a las necesidades reales" que hay en las islas, según dijo su responsable de Personas sin Hogar, Yolanda Rodríguez.

Políticas que se producen mientras los "escasos servicios" que atienden a los necesitados están "cada vez más desbordados, con listas de espera para cubrir la necesidades más básicas, como la comida y el alojamiento".

Eso se ha podido constatar en las dependencias de Cáritas donde, de los 637 usuarios del programa para personas sin techo, 200 acudían por primera vez, una afluencia que se ha debido en buena medida al cierre de centros de asistencia públicos como consecuencia de la crisis.

En cuanto al perfil de los beneficiarios del programa para personas sin hogar, señaló que aproximadamente el 60% tiene entre 40 y 65 años de edad, que un 80% de ellos son personas solteras o divorciadas y que proceden de otros países de dentro y fuera de Europa en un 34%.

La secretaria general de Cáritas Diocesana de Canarias, Fátima Díaz, detalló que los recortes que ha anunciado el Gobierno Autónomo en el dinero que transfiere a la organización, que este año alcanzó un montante de unos 730.000 euros y bajará casi hasta la mitad de esa cifra el próximo, se traducirán en la reducción de la asistencia que prestan a los necesitados.

En concreto, anunció que esa rebaja obligará a Cáritas de despedir, sólo en Las Palmas de Gran Canaria, a diez de las personas que tiene contratadas, lo que conllevará, previsiblemente, la desaparición de otros tantos servicios atendidos por esos empleados.

Pedro Herranz, el director de la organización en Canarias, dijo que, en ese contexto, la campaña "Nadie sin hogar" va destinada a recabar ayudas para atender a los desfavorecidos pero "también a denunciar una situación de injusticia".

Acorde a ello, José Domínguez, delegado episcopal de Cáritas, avanzó que la meta última de la iniciativa es movilizar por sus derechos a los propios sin techo, a los que, en una rueda de prensa que ofreció en un parque y rodeado por varios de ellos, invitó a que "ocupen los espacios públicos, las dependencias administrativas y todo lugar donde puedan molestar" pidiendo atención.